El objetivo

El equipo ganador es el que se levanta el primero después de una derrota

jueves, 31 de diciembre de 2009

La década del Deporte

Llegamos al final de una nueva década. La primera del Siglo XXI. Una década donde el Deporte ha seguido cobrando protagonismo en el panorama mundial. El Deporte se ha convertido en una especie de octavo arte, una disciplina seguida por millones de personas a lo largo y ancho de este planeta. Fútbol, baloncesto, tenis, golf, fórmula 1, motociclismo, ciclismo, balonmano, atletismo… pero también pádel, beisbol, voleibol, vóley playa, ping pong. Da igual la modalidad, el ámbito o la categoría. La sociedad de este nuevo siglo está rodeada de Deporte, lo practica y lo observa, lo critica y lo admira, paga por ello y clama contra los tramposos, se preocupa por su salud, aplaude a los que baten récords, anima a los derrotados.


En el mundo que nos ha tocado vivir, un deportista tiene más poder que un político, que utilizan a las estrellas del fútbol, del atletismo, del baloncesto como reclamos; los escritores reflexionan sobre estos nuevos artistas; los directores y productores cinematográficos, sabedores del gancho, no dudan en explotar el filón del deporte para crear película, documentales o reportajes; las esculturas de los mitos brillan a las puertas de los estadios como las imágenes de los dioses lo hacen en su templos. Tal es la magnitud, que la sociedad ya no sólo valora lo que hacen los deportistas dentro de la cancha, de la pista, del pabellón o del campo; su relevancia es mayor, se les consideran ejemplos para la sociedad, dioses, cuyos errores son mutiladores para sus admiradores y fans, y carne fresca de la que se alimenta una nueva saga de periodistas sin escrúpulos, ávidos del escándalo y faltos de criterios éticos.


Concluyen diez años donde el deporte se ha erigido en un aspecto fundamental para la vida diaria. Haciendo recuento, en este tiempo ha habido grandes momentos a nivel mundial: Phelps, Woods, Federer, Bryant, Rossi, Schumacher, Amstrong, Isinbayeva … y muchos más que se quedan en los libros de la historia. Sin embargo, he elegido un momento que resume bien lo que es el deporte en la actualidad. Superación, ambición, competitividad, futuro, frescura, alegría, deportividad, velocidad. “La Carrera”, la final de los 100 metros de los Juegos Olímpicos de Pekin 2008. Menos de 10 segundos, la máxima expresión en el menor tiempo posible del espíritu que implantaron los griegos en la Antigüedad. El Deporte ahora es Usain Bolt.



sábado, 26 de diciembre de 2009

El mensaje navideño del "Rey" del Deporte

En una entrevista concedida al diario El País, Jacques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional, realiza un análisis, sin escusas, del mundo del Deporte. Describe las preocupaciones de su mandato (doping, corrupción), habla de los objetivos (ayudar a paises subdesarrollados, igualdad de la mujer), y sobre todo, mantener el interés de los jóvenes por el deporte, en un mundo donde predomina la droga y la delincuencia. Es interesante su método para definir a un hombre y una mujer, el peso de España en el COI o como avisar a los deportistas que sus éxitos no se reducen a la pista, el césped o el green, sino que la vida personal y deportiva de una gran estella del deporte es indisoluble. En definitiva, este es el mensaje del "Rey" del Deporte Mundial. Una entrevista de Carlos Arribas. Recomiendo la lectura de esta entrevista lejos de los odios o rencillas por la no designación de Madrid como ciudad olímpica para el 2016. A fin de cuentas, muchos sabíamos que eso era sólo un sueño imposible de conseguir.

CARLOS ARRIBAS - Lausana - 25/12/2009

Una de las pocas personas de la tierra que les puede responder no a Obama o al rey Juan Carlos es belga, tiene 67 años, habla un español que, humildemente, califica de "turístico" y preside desde hace ocho el Comité Olímpico Internacional (COI), un club privado de poco más de 100 socios, seleccionados por cooptación, que monta cada dos años, alternando invierno y verano, una gran fiesta deportivo-político-comercial llamada Juegos Olímpicos. Aunque la sede del COI, a orillas del lago Leman, es un rutilante cubo de acero y cristal, con interior de imponente y frío mármol blanco, Rogge mantiene su despacho en el mismo lugar en el que lo tuvo su antecesor, el español Juan Antonio Samaranch, una salita en un edificio adosado, el viejo castillo de Vidy, construcción del siglo XVII que ocupa el COI desde 1968. "Soy una parte de una cadena", dice Rogge. "Me iré en 2013, pero si me muero mañana hay media docena de personas que ocuparían mi puesto perfectamente". "Hablo un español turístico. Si hay dudas, lo diré en francés".

Pregunta. Bien entrado ya el siglo XXI, ¿qué es lo que le preocupa como presidente del COI?

Respuesta. El primer desafío es el de los valores. Tenemos que luchar contra el dopaje y contra la corrupción en las competiciones, las apuestas. Son los dos grandes peligros. El segundo desafío es que los jóvenes mantengan su interés en el deporte. El tercero es un desafío universal, aumentar el apoyo a los países en desarrollo, y, finalmente, luchar por la igualdad de la mujer, un objetivo que no se alcanzará de hoy para mañana. Es mi lista.

P. A Juan Antonio Samaranch, se le recordará como el presidente que acabó con el amateurismo, que propició el tremendo boom económico de los Juegos. ¿A usted por qué le gustaría ser recordado? ¿Por la globalización, por la igualdad de géneros?

R. Sería un sueño. Soy una parte de una cadena. Recibí el legado de Samaranch, intento mejorarlo, y mi sucesor hará lo mismo. Sí, una participación igualitaria de la mujer es un punto muy importante de mi política, pero mi legado es luchar por los valores.

P. ¿El problema del dopaje está ya en camino de solución con el poder que está asumiendo la Agencia Mundial Antidopaje?

R. El camino ha mejorado, pero la solución absoluta, que no haya dopaje, no creo que la alcancemos. El dopaje es una cosa eterna, no desaparecerá nunca, pero la situación mejora día a día.

P. ¿Está la lucha, entonces, mejor que hace dos años, cuando usted lamentaba en Madrid el caos de la Operación Puerto que impedía sancionar a los ciclistas?

R. La Operación Puerto fue una desilusión. El juez decidió que no podía transmitir las informaciones a las autoridades deportivas. Nosotros respetamos la decisión, pero estamos decepcionados ya que esperábamos poder actuar. Sin embargo, hay una segunda operación, la del atleta de la marcha con una nueva ley. Creo que España ha tomado buenas medidas, su ley contra el dopaje es muy moderna y el juez podrá actuar.

P. En el asunto de la corrupción, usted pone el acento en las apuestas ilegales, pero también ha habido indicios y casos de corrupción en las federaciones internacionales. ¿Creará el COI alguna comisión de control de las federaciones o de investigación de las apuestas?

R. Tenemos una Comisión de Ética y, bajo mi mandato, hemos expulsado a dos miembros y un tercero ha dimitido. Funciona bien. Hemos tomado otras decisiones, como bloquear el presupuesto de la federación de boxeo, porque creíamos que el arbitraje no era limpio. Les pedimos que cambiaran y les advertimos que si no, no restituiríamos el dinero. Han cambiado. Hemos hecho lo mismo con la de voleibol. A un dirigente le hemos dicho que sus costumbres no eran transparentes y que tenía que cambiar. Se fue.

P. Pero ya que las federaciones cada vez tendrán más peso en el movimiento olímpico, ¿no debería el COI controlar más su funcionamiento interno?

R. Todas las federaciones que reciben dinero del COI tienen una auditoría muy estricta de empresas como PriceWaterhouse o Ernst&Young y les exigimos democracia, transparencia y una asamblea general que controle gastos e ingresos de los dirigentes. Hay un control también en nuestro programa de Solidaridad Olímpica, de becas y apoyo financiero, en el que controlamos hasta el último dólar.

P. ¿Cómo vigilarán las apuestas ilegales en Vancouver o Londres?

R. Hemos creado una empresa que observará a todas las compañías de apuestas, y si hay un perfil sospechoso avisaremos a la federación correspondiente. Cuidado, hay sospechas, tome medidas. Eso lo hacen ya en el fútbol y en el tenis. Esta compañía comenzará a funcionar en Vancouver.

P. ¿Tiene sospechas o pruebas de que en alguna competición olímpica haya habido algún problema de amaño de resultados?

R. No. Teníamos ya un acuerdo con la compañía de la FIFA en Pekín, y allí no vieron nada sospechoso. Pero sabemos que algún loco lo intentará algún día y queremos estar listos. Del pasado no tenemos dudas, pero el futuro...

P. El caso Semenya, la atleta surafricana campeona del mundo cuyo género está investigando la Federación de Atletismo, ¿puede obligar al COI a cambiar la definición de hombre y mujer?

R. El elemento fundamental no es la presencia de órganos sexuales masculinos o femeninos, testículos u ovarios, sino el nivel de producción de testosterona. La testosterona equivale a rendimiento. Si una persona tiene, por genética o enfermedad, una producción anormalmente elevada de testosterona, hay que tomar medidas porque perjudica a las otras mujeres. Eso es lo fundamental porque es muy difícil de definir qué es una mujer; hay excepciones de cromosomas, de órganos sexuales, por lo que es fundamental la determinación de la testosterona. Si se juntan cromosomas excepcionales y producción excesiva de testosterona, hay que decir a esa persona 'nos duele, pero no puedes participar'.

P. Pero también se sabe de deportistas enfermos de gigantismo o acromegalia por excesiva producción de hormona de crecimiento que se benefician de ellos para jugar al baloncesto o saltar altura, y no sufren prohibiciones, o atletas etíopes y ciclistas colombianos, con más nivel de hematocrito genéticamente.

R. Pero los casos conocidos de acromegalia son todos casos de hombres o mujeres, sin dudas de cromosomas, y en el caso de los ciclistas colombianos se pueden aceptar excepciones porque viven en altura.

P. En aras de la igualdad hombre-mujer, al menos en el número de competiciones, el COI decidió recientemente eliminar algunas pruebas clásicas, como la persecución o la puntuación, del programa olímpico del ciclismo en pista en Londres. Usted es belga, un país donde los velódromos son catedrales, ¿Cómo aficionado, no ha sufrido con la medida?

R. No, porque la propuesta de la UCI estaba muy bien documentada. Para algunos países, como Bélgica, va a ser duro, pero no estoy aquí para favorecer a mi país, sino al deporte en general.

P. Siete de las nueve medallas españolas en pista llegaron en disciplinas desaparecidas...

R. Y otros países ganarán ahora más medallas. Si la UCI dice que el futuro de la pista pasa por otras pruebas, por más mujeres, nosotros tenemos que escuchar. Ellos son los expertos.

P. El que el presidente de la UCI, Pat McQuaid, haya sido cooptado para entrar en el COI en febrero, ¿no tiene nada que ver?

R. Es una coincidencia. La propuesta es muy anterior. El programa olímpico tiene que cambiar. Nos pasaba lo mismo con el boxeo femenino, que lo introduciremos en Londres. Nacerán nuevas campeonas. En Inglaterra Chris Hoy ganará menos medallas, pero Veronica Pendleton podrá ganar más... Hay equilibrio.

P. El doble mixto en tenis no tiene ningún peso en los torneos y su valor deportivo es más que dudoso, ¿su inclusión en el programa olímpico puede crear una nueva tendencia?

R. Sí, porque despertará un interés muy grande en los Juegos. Son otros tiempos, pero imagine que hubiera habido un doble mixto con Ferrero y Arantxa, que son más o menos de la misma generación, ya no digo Nadal y Arantxa, que son de generaciones diferentes... Sería algo grande.

P. Pero no los veríamos en España, por lo menos en unos cuantos años. Después de la elección de Río para 2016, desde la candidatura de Madrid se le acusó a usted de haberles mentido, de animarles a presentarse sabiendo que no tendrían posibilidades por la rotación de continentes...

R. Madrid debería saber ganar y perder. El alcalde y Juanito

[Juan Antonio Samaranch júnior, miembro del COI], que estaban conmigo en las primeras reuniones, saben exactamente lo que dije. Lo que yo dije, y se lo diré en francés, es: 'claramente no es una ventaja, pero no es una ley no escrita. No es una ventaja, pero no es imposible porque hemos visto antes, en Lillehamer 94, tras Barcelona 92, o Turín 06, tras Atenas 04, que había Juegos consecutivos en el mismo continente. No hay una regla que diga que no es posible'. Después, las críticas diciendo que yo podía controlar 66 votos para Río... una tontería. Nadie puede controlar votos. Pregúntele a Juan Antonio, le dirá que eso no funciona.

P. ¿Cree, entonces, que las declaraciones del alcalde Gallardón y de otros políticos fueron una justificación ante su electorado?

R. El alcalde no hizo declaraciones. Fue muy claro conmigo, me mandó una carta, me llamó, y nunca me ha criticado. El entorno, es posible. Vino por lo que se llama la decepción de la derrota. Hay que ser un poco filosófico.

P. En España se llegó a la conclusión de que el poder del deporte español en los pasillos era muy inferior a lo que su fuerza deportiva debería exigir, que se pinta menos en los despachos, incluido el COI, con un solo miembro, que en los estadios...

R. No estoy de acuerdo. Está Juanito, está Juan Antonio, que es miembro de honor, estará con toda seguridad Marisol Casado... No hay muchos países con más de uno o dos miembros, ¿eh? Y federativos que no son miembros del COI pero con un papel muy importante, como Perurena en piragüismo u Odriozola en atletismo. Si quisiéramos equilibrar el peso político y el peso en el COI, entonces China tendría que tener 15 miembros, y sólo tiene uno, y es un país muy importante en el deporte.

P. Han empezado a nacer dudas respecto a la capacidad de Río para organizar unos buenos Juegos, se teme por la violencia...

R. Nosotros no dudamos y creemos que el Mundial 2014 ayudará mucho al proyecto. Hay dos tipos de Juegos, aquellos en los que todo está listo con varios años y aquellos en los que todo está por hacer. En Sidney hubo que construir mucho, sólo tenían un viejo estadio de críquet, lo sabíamos, pero confiamos en los australianos y lo hicieron muy bien. En Pekín, lo mismo. En Atenas, tuvimos dificultades pero finalmente aceleraron y salió muy bien. En Salt Lake City y Turín todo estaba listo. Así que en el COI no estamos de manera filosófica en contra de un proyecto virtual, aunque suponga un poco más de riesgo.

P. ¿Confía plenamente en Río?

R. Hemos tenido excelentes Juegos en Sidney, Salt Lake City, Atenas, Turín y Pekín, los Juegos bajo mi mandato. Tenemos un sistema para ayudar al comité de organización. En Sochi no tendremos problemas, porque los rusos trabajan muy bien, es un gran país, 70 millones de habitantes, uno de los más poderosos del mundo, tienen petróleo, diamantes... Confiamos en los brasileiros porque tienen un desarrollo extraordinario; las previsiones del Banco Mundial son que Brasil será la quinta economía en 2025. Habrá momentos de preocupación, como con Atenas, pero sabrán reaccionar. Con Londres tampoco hay dudas, y tenía que construir mucho.

P. ¿Los Juegos de Río pueden ayudar al desarrollo social y político de toda Latinoamérica?

R. Ya le hemos dicho a Lula y al alcalde que el éxito de los Juegos no será sólo el éxito deportivo, sino también el legado social. Le hemos dicho de manera muy clara que tienen que trabajar para mejorar la situación social. Lo han prometido y lo harán.

P. Un año después de Pekín, ¿cree que en China los Juegos han marcado un punto de inflexión social y política?

R. Me parece que sí. Hay varias medidas que ha tomado el Gobierno chino, ha mejorado mucho la posibilidad de trabajar de la prensa extranjera, y la gente en China me dice que los Juegos han dejado un legado en el país, un legado de orgullo y de conciencia. Pero, claro, los Juegos nunca van a cambiar de una vez un país de manera fundamental. No es una obligación de los Juegos.

P. Pero contemplando la historia de los Juegos, sólo el pensar en un legado social y político es una novedad respecto a lo que pensaba hace 30, 40 años...

R. Es verdad que hace 30, 40 años, el movimiento olímpico estaba menos abierto a la sociedad, y podemos decir que el movimiento olímpico se ha adaptado a la sociedad. El legado comenzó con los Juegos de Barcelona 92, un fantástico legado ciudadano, y con Lillehamer, el primer legado ecológico. Desde esos dos Juegos hemos dicho siempre a los organizadores, por favor señores y señoras, ustedes tienen que crear no solamente unos buenos Juegos durante dos semanas sino también una buena herencia para su ciudad. Eso ha cambiado.

P. En Río 2016 debutará el golf y cabría suponer que Tiger Woods, el mejor golfista de la historia será el primer campeón. ¿Desde el punto de vista de los valores olímpicos, cómo analiza sus desventuras actuales?

R. Eso no es una preocupación del COI, pero pedimos a los atletas que sean un modelo para los jóvenes. Está claro que lo que ocurrió con Woods no lo es, pero vamos a ver cómo evoluciona. Es una decepción, claro, aunque sea su vida personal: un atleta de este nivel tiene que saber que su vida personal está indisolublemente unida a su vida profesional.

P. Después de sus problemas personales se ha sabido que en Canadá y EE UU investigan a un médico por el uso de Actovegin y blood spinning para acelerar la recuperación tras su operación de rodilla. ¿Usted, que es cirujano traumatológico, cree que la AMA debería intervenir?

R. La AMA ya ha estudiado ese producto. Primero lo puso como dopaje y después lo borró de la lista. Yo, como médico, no creo en productos como el Actovegin, que funcionan probablemente por efecto placebo, pero no está prohibido.

P. ¿Ni tampoco el blood spinning, el plasma rico en plaquetas extraído del propio enfermo?

R. Desde el 1 de enero alguna forma de administración, intramuscular, estará prohibida, pero no la inyección intraarticular.

P. ¿Madrid debe presentarse de nuevo para los Juegos de 2020? ¿Se lo aconsejaría?

R. Si hay un apoyo unánime en el país como el que había para Madrid 2016, yo creo que Madrid tiene buenas posibilidades. Hay que analizar el voto de Copenhague, pero me parece que lo que tiene Madrid ahora será moderno y eficiente dentro de 10 años también. No va a cambiar tanto el mundo en 10 años para que las infraestructuras dejen de ser modernas y eficientes. Va a depender de la gente que quiera preparar la puja, pero para el COI sería muy gratificante una candidatura de Madrid. Y también hay que tener en cuenta que la candidatura de Río era el tercer intento. Eso no quiere decir que vayan a ganar por ser la tercera, pero...

P. ¿Dependerá del nivel de los rivales? Se habla de París, Roma, Berlín... grandes capitales que ya han acogido los Juegos.

R. Eso habrá que verlo en 2012, 2013. La fecha límite es septiembre-octubre de 2011; eso es mañana, no es un futuro lejano...

P. ¿Debería anunciarlo ya el alcalde?

R. No anunciarlo, pero sí ver si hay consenso. Para el COI sería una buena cosa.

P. ¿Le gustaría a usted seguir siendo presidente en 2020?

R. No... [se ríe]. Mi cargo se terminará en 2013. Entonces cumpliré 12 años, es suficiente. En 12 años puedes realizar tus sueños, tus ideas. Y yo lo he hecho.

P. Le queda organizar unos Juegos en África...

R. ¿Quién sabe? Si hay una buena candidatura en 2013, es posible, pero no bajo mi cargo. Bajo mi cargo los últimos serán Londres. Después sigo un año más y basta.

P. ¿Hay ya ruidos de pasillo pensando en las futuras elecciones?

R. Aún no hay una campaña electoral, que vendrá de una manera muy clara, pero estoy muy tranquilo porque tenemos en el COI media docena de personas muy capaces que podrían tomar el mando sin problemas. Si me muero mañana, el COI podría elegir un mes después un candidato muy capaz. No tengo que preocuparme de formar a un sucesor.

P. Pero sería parte de su legado que el sucesor mantuviera su filosofía...

R. Creo que la gente en la que pienso ya tiene mi filosofía, una filosofía que parte de que el atleta es lo primero. Y lo segundo, que los Juegos no son sólo competición deportiva, sino también valores. Y después, la calidad de los Juegos, y luego la universalidad, la relación hombres-mujeres, el apoyo a los países en desarrollo. Y eso es el COI.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Sáez y el tiempo


El presidente de la Federación Española de Baloncesto (FEB), José Luis Sáez, nada muy bien a favor de corriente y presume mundialmente de dirigir una organización deportiva plagada de éxitos, no sólo masculinos, sino también femeninos. Sin embargo, Sáez, sí, ese que fagocita seleccionadores nacionales absolutos como patatas fritas, carece de la capacidad suficiente para gestionar una federación tan importante, la del segundo deporte de España.

En esta ocasión el grano le ha salido en la Liga Femenina. La Asociación Nacional de Baloncesto Femenino (ANBF) se ha plantado y va a hacer huelga en las dos jornadas que restan hasta final de año porque Sáez se niega a aceptar una Copa de la Reina con ocho equipos, algo que ha sido siempre así hasta que al presidente se le han cruzado los cables y ha dicho que no, que en 2010 será a cuatro. Evidentemente, en una liga con una dualidad muy marcada, Ros Casares y Perfumerías Avenida, para el resto de equipos nobles la competición copera es el verdadero objetivo de la temporada.

De golpe y porrazo, Sáez ha dejado con el culo al aire a muchos clubes, cuya viabilidad económica depende de entrar en la Copa. El presidente se escuda en que a los partidos de cuartos de final no va nadie, que la asistencia es muy baja y que no merece la pena. El año pasado la afluencia media de la Copa fue de 5.000 espectadores. Ya me dirán ustedes.

Sáez lleva razón en una cuestión: que quedan pocos meses para el torneo y que los clubes han tardado en reaccionar. En esto estoy con él, la ANBF ha estado falta de reflejos conociendo al presidente que tiene. Quizá los clubes debían haber parado la liga mucho antes. Bien es cierto que la FEB notificó la decisión hace bien poco. La postura de Sáez es incomprensible hasta en el apartado económico, pues la asociación de clubes está dispuesta a asumir los gastos extras que supone organizar, ahora, una Copa de ocho.

Este problema lo provoca un hombre que presume de abanderar la igualdad entre el hombre y mujeres, de potenciar el básket femenino, de triunfos de la selección que encabeza Amaya Valdemoro o Marta Fernández. Lo hace un presidente que se cargó a un seleccionador que llevó a España a ganar el único Mundial absoluto masculino que tiene porque no se entendía con él, a sabiendas de que todos los jugadores, aficionados y la mayoría de directivos apoyaban a Pepu; y de que quedaban pocos meses para los Juegos Olímpicos. Mire por donde, señor Sáez, en este caso usted no tuvo reparos con el tiempo.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Equilibrio

No hay duda de que el Real Madrid ha salido reforzado del Camp Nou. Pese a la derrota, y como dijo Manuel Pellegrini, la afición se sintió mucho más segura en un conjunto que hasta entonces sólo era una plantilla plagada de estrellas. Ahora, y como se pudo ver ante el Olympique de Marsella, el Madrid tiene un estilo, distante y distinto del Barça, pero un estilo con sistema de juego y confianza en sus posibilidades.

Sin embargo, dos factores han sido claves en la evolución. El primero, claro está, el regreso de Cristiano Ronaldo, fontanero de partidos atascados y que desahoga los encuentros casi sin querer. Chulo, egoísta, infantil… pero muy bueno. El Madrid será esta temporada lo que quiera ser Ronaldo, lo decía Juanma Trueba, redactor jefe del As, y cuánta razón lleva. Aunque no toda, porque el portugués necesitará un respaldo, y ahí es donde entra Kaka, aún perdido e invisible, pero que tiene que ser el corazón que haga latir al equipo.

Otro de los aspectos a tener en cuenta es la paulatina y silenciosa salida de Raúl del once. Ejemplar ambas partes. Pellegrini, ingeniero y equilibrista, ha sabido cómo y de qué manera introducirlo en su nuevo rol, el de suplente de lujo; y, por supuesto, Raúl, un futbolista caballero dentro y fuera del campo. Ni una declaración fuera de tono. No es titularísimo, pero lo asume con responsabilidad, consciente de que es lo mejor para el conjunto. Le dolerá, claro está. A nadie le gusta que le quiten su silla después de más de diez años en el mismo despacho.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Apuestas y dopaje, la peste del siglo XXI

Esta semana han sido noticia dos problemas que van a ser, o mejor dicho, que ya son la peste del deporte. Primero fue el dopaje, con escandalosos casos ‘made in EE.UU.’, como el de Marion Jones, genial atleta de mentira. O tiempo antes con la sospecha, confirmada, de los deportistas de la zona soviético. Todo valía con tal de ganar, siempre ha sido la filosofía de muchos americanos y, antaño, de los comunistas. Ocurre que a algunos se les va de las manos.

Hace unos días, la Guardia Civil intervino en una red de dopaje. La investigación llegó hasta la casa de Paquillo Fernández. Miedo me entró en el cuerpo. Al parecer, la Guardia Civil encontró pruebas que le implican en una trama, cuyo cabecilla es un médico de Valencia, un tal Viru, amigo de Eufemiano Fuentes. Mala paja. Miedo me da, digo, porque Paquillo es un referente del atletismo español, igual que lo fue Marion Jones del americano. Y es muy duro ver cómo caen, como un mito se rompe.

El otro problema, más reciente, es el de las apuestas ilegales. Desde que se destapó una red fraudulenta en Alemania hace cuatro años, en torno a las declaraciones de un árbitro, Robert Hoyzer, que amañaba partidos, las apuestas en internet han estado en el ojo del huracán. Ahora, los vientos llegan a España. Rayo, Las Palmas y diversos futbolistas de la Segunda están bajo sospecha e investigación. Esto inscrito en el marco de una macro investigación donde se estudian 200 partidos a nivel europeo.

La verdad, ¿a quién no le ha llegado el rumor de que tal o cual partido de Tercera División estaban mojados y que podíamos apostar al seguro caballo ganador? A mí, hace un par de temporadas, me empezaron a susurrar. Al principio lo comprobé y los resultados no eran totalmente fieles a los rumores. Pero alguno sí que coincidía. Ahora, la bola de nieve se ha hecho más grande y son los propios futbolistas profesionales, conscientes del poder de influencia que gozan, los que juegan en internet con su propia honra.

Apuestas y dopaje, juegos y drogas, siempre han sido mala mezcla. El deporte sufre, como si de una gripe A se tratara, con más miedo que soluciones. Además, creo que con ir al médico no va a servir, y no porque alguno sea de la calaña de Fuentes, sino porque no hay antivirales suficientes para curar estas lacras que ya afectan a todo el mundo del deporte.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Ley del silencio

Noelle Neumann era una politóloga alemana que desarrolló la Espiral del Silencio, una teoría según la cual la minoría, consciente de su condición en el ambiente donde se encuentre, no expresa su opinión en público por miedo a quedarse aislada, excluida de la sociedad. Es algo que alguna vez nos ha pasado a todos. No decir lo que pensamos por miedo a sentirnos raritos o estar fuera de la tónica general.

En el País Vasco ocurre algo semejante. Durante muchos años parte de la sociedad vasca no ha podido pronunciarse en público por miedo a represalias. Por ejemplo, a no tratar el tema de organizar un partido de la Selección Española porque el gobierno de turno lo tenía vetado debido a unos estúpidos idearios nacionalistas que mezclan deporte y política como el ajo y el perejil.

La semana pasada el Parlamento vasco ha abierto la posibilidad de que España y La Vuelta regresen a su comunidad, una comunidad que bebe, como el resto, de los presupuestos estatales y que aporta cientos de deportistas a las distintas federaciones. El tema inflamó una hoguera que parecía apagada y silenciada.

Sin embargo, en contra de lo que creían los que antes ahí mandaban, muchos sectores del deporte, al palpar ahora que su pensamiento no es tan minoritario como pensaban, han alzado la voz. El alcalde de Barakaldo, el presidente del Alavés, su homólogo de la Real Sociedad… Y tras ellos, miles y miles de vascos deseosos de ver a la Roja jugar en el campo de su ciudad.

Porque en la Selección juegan vascos, igual que extremeños, gallegos, andaluces, catalanes, canarios… Porque el País Vasco es España, y los vascos tienen el mismo derecho que los madrileños de ver a su equipo nacional.

¿Qué no hay sentimiento español en los vascos? Mentira. Eso son erráticos argumentos de algunos políticos. Además, los datos nunca mienten: las dos provincias que más futbolistas han reportado a la Roja son Vizcaya y Guipúzcoa. Ahora, que el silencio invada a los otros, a los que han amordazado el tema durante tanto tiempo.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Una de superhéroes

Hay superhéroes de muchos tipos. Está Superman, Spiderman o Batman. Luego hay otro tipo de superhéroes más desconocidos. Al principio se les toma a risa, pero que con el paso del tiempo y de las ediciones, se van colando en el corazoncito de cada uno. Como Superlópez, por ejemplo.

Empezó allá por los años 70 como una parodia de Superman. Juan López Fernández no tiene parangón con el personaje americano: narigudo, tirillas y más bien feúcho con un bigote fuera de época. Lejos del escultural Clark Kent, que porta con estilo su traje azul con su capa roja.

Algo parecido se pude decir de Usain Bolt y José Luis Posado. ¿Quién? Al veloz, excéntrico, genial, bello, divertido y rompedor velocista jamaicano creo que no hace falta presentarlo. Ya aparece él, y con su sonrisa y su característico gesto nos embelesa a todos. Después, eso sí, de haber roto alguna barrera de velocidad.

Posado, por su parte, es un cincuentón zamorano que empezó a correr grandes distancias después de que su médico le dijese que tenía el nivel de azúcar alto. Tan en serio se lo tomó, que se ha convertido en un loco del atletismo de fondo. La última, el pasado fin de semana. Se fue de Zamora al Angliru, así porque sí. 260 kilómetros en 36 horas.

La cuestión es creer que no existe el no pudo, el no me atrevo o el imposible (ya saben, “Impossible is nothing”). Da igual Superman que Superlópez, no hace falta ser guapo, lo importante es saber que no existen los límites.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Cuestión de 'feeling'

Aprovecho el artículo que he ‘posteado’ (creo que acabo de inventarme un verbo) aquí abajo para hablar del feeling que me recorre el cuerpo. Se trata de algo muy distinto. No va de dioses, mitos o historias que llevaron a lograr mundiales o grandes campeonatos. Es algo más sencillo, cercano y, a la vez, preocupante.

El Zamora C.F. no pasa por su mejor momento de la temporada. En realidad, desde que empezó ha sido una montaña rusa de resultados. Buen inicio, con dos victorias. Un oasis en el desierto, un rayo de luz en un día tormentoso. Los números cantan y los resultados mandan.

Tras trece jornadas, el equipo está a tres puntos de los puestos de descenso, es el tercero con más derrotas del Grupo I de Segunda B y el segundo con más goles en contra. Aunque, es cierto, el Zamora es el segundo con más goles a favor. El primero, ojo al dato, es el siempre mezquino Lemona. Los goles en este grupo no dan prestigio.

Los números son interpretables. Pueden servir para defender posturas contrarias. Manejables. Manipulables. Lo que no se puede adulterar es la interpretación del juego del equipo. No hay sistema, no hay idea, ni sistema consistente. El equipo no transmite nada. Ni juego ofensivo, ni defensivo. Es un conjunto apático y, peor aún, blando, con jugadores mediocres que entorpecen a los que tienen calidad. Que los hay.

Lo dijo Ángel Crego, entrenador del Guijuelo. Este Zamora no sabe a qué juega, pero tiene mimbres. Gente rápida por las bandas, dos o tres tipos con experiencia y, por fin, delanteros que hacen goles. Pero el entrenador no sabe cómo gestionarlo. Esa es la impresión que da. Errores defensivos clamorosos, jornada sí y jornada también, no dicen mucho de un entrenador que antes fue defensa.

Por cierto, tanto que apela el técnico Ricardo Pozo a las estadísticas, ahí van unos datos, tanto que gusta de las comparaciones: la temporada pasada el equipo tenía cuatro puntos más, 11 goles en contra menos y, sí, eso sí, seis menos a favor. Ya ven, los goles a favor no dan puntos en la Segunda B.

El Maradona español

Interesante símil del genial escritor inglés John Carlin publicado en El País.

-"Cuando yo uso una palabra..., quiere decir lo que yo quiero que diga, ni más ni menos".

De Alicia en el país de las maravillas.

El feeling de Pep Guardiola, el entrenador del Barcelona, le susurró que había llegado la hora de traspasar a Samuel Eto'o. Fue por cuestión de feeling, también, que Arsène Wenger vendió a Thierry Henry al Barcelona; que Luis Aragonés descartó a Raúl para la selección española; que, yendo mucho más atrás, el seleccionador inglés Alf Ramsey optó durante el Mundial de 1966 por eliminar de su once preferido a Jimmy Greaves, el mejor goleador de su país en aquel momento.

En todos los casos se generó una gran polémica, complicada aún más por la imposibilidad de refutar con argumentos racionales a los que estaban en contra. Guardiola, habitualmente un tipo de ideas muy claras, fue incapaz de explicar por qué se había quitado de encima al excelente Eto'o. No encontró palabras ni en español ni en catalán para expresarse y tuvo que recurrir a aquello del feeling, una palabra en inglés cuya traducción literal al español sería "sentimiento", pero cuyo significado real es aún más impreciso y etéreo.

El problema es que había entrado en el terreno inescrutable de la intuición. No existen mapas aún para aquellas partes del cerebro que nos avisan -a través de señales eléctricas, se supone- de que no deberíamos fiarnos de determinada persona que acabamos de conocer; de que, si entramos al bosque por ese sendero, vamos a dar con un lobo feroz; de que enamorarnos de ese hombre o esa mujer nos va a traer muchas penas; de que la permanencia del jugador X, por bueno que sea, será nociva para la psicología colectiva del equipo.

La decisión del entrenador se dificulta todavía más cuando el jugador del que se trata se ha convertido para la afición -organismo social que se guía por el más puro feeling, sin que apenas entre en juego la razón- en una vaca sagrada. Tal fue el caso de Henry, la gran figura de un Arsenal triunfador. Pero la intuición de Wenger le convenció de que Henry se había convertido en una losa para el conjunto de los jugadores, de que su abrumadora presencia en el vestuario resultaba asfixiante para los demás, de que impedía su desarrollo colectivo y personal. Lo vendió, y parece que tuvo razón. El Arsenal, es verdad, no ha ganado ningún trofeo desde la salida del francés, pero sí ha ganado en juego. Futbolistas como Cesc y Van Persie han vivido una especie de liberación cuyo fruto se está viendo, más que nunca, esta temporada.

El caso de Greaves, el crack indiscutido del fútbol inglés en la primera mitad de los años sesenta, fue más contundente. Ramsey lo reemplazó con el menos sonado Geoff Hurst e Inglaterra ganó la Copa del Mundo con tres goles de Hurst en la final contra Alemania.

Ninguno de estos casos ingleses, sin embargo, es comparable al de Raúl, vaca sagrada no sólo para la afición, sino también para los medios deportivos españoles. Este fenómeno no se da en los medios ingleses, más irreverentes que los españoles, del mismo modo que la sociedad inglesa es más irreverente que la española. La decisión de Luis de apartarlo de la selección fue valiente, pero, como se ha visto, acertada. No es que Raúl sea mala persona ni mal jugador, pero Luis intuyó que la química del equipo -química: otra palabra difícil de explicar en este contexto- mejoraría con su ausencia. Del Bosque, pese al clamor de ciertos sectores para que lo reincorpore, comparte el feeling de que su presencia no ayudaría a que España repitiese en el Mundial de 2010 lo que logró en la Eurocopa de 2008.

Mucho más difícil que Luis, incluso, lo tendría Manuel Pellegrini, el actual entrenador del Madrid, si se le llegase a ocurrir que la losa psicológica que inhibe a su equipo es el capitán. A Wenger le habría costado mucho más descartar a Henry si no hubiese ocupado el banquillo durante una década. Pellegrini no sólo tendría el problema de que lleva apenas seis meses en el Madrid, sino también el de que la casi totalidad de la prensa capitalina y de más allá ha convertido a Raúl en una especie de Maradona español. Es decir, en un dios. Y a un dios no hay feeling que le venza.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Amarillismo y amarillo

We called them yellow, because they are yellow”. Esta frase fue acuñada por la prensa seria de Estados Unidos de finales del siglo XIX para denominar al tipo de prensa que practicaban dos de los mayores magnates de la historia del periodismo: Joseph Pulitzer y Willam Randolph Hearst. Ambos fueron artífices del nacimiento de la prensa amarillista, sensacionalista, al fin y al cabo (yellow, traducido al español es amarillo, pero también cruel, cobarde). Entiéndase ahora el sentido de la frase.

Quizá, en sus orígenes, los directivos del Alcorcón eligieron el amarillo como color de la indumentaria porque pretendían darle un sentido despiadado, para acobardar al rival. O quizá no, y simplemente es que no había otro color en la tienda. El caso es que jamás un equipo se hizo tan famoso en tan poco tiempo. Han provocado un auténtico escándalo. Su amarillo ha sido portada en todos los diarios y telediarios.

Informativos como los de Cuatro. También, para que negarlo, amarillos. Pero no por el color corporativo, que es rojo, sino por el manejo de sus espacios, sobre todo el deportivo. La entrevista a Florentino Pérez del martes rompe los cánones del periodismo. Se acerca más a un atraco navaja en mano en un angosto callejón oscuro de Nueva York, donde la víctima no tiene derecho a réplica, y observa, perpleja, como le roban.

Dos periodistas con experiencia, rodados en mil y una batallas no pueden caer en un trabajo tan barriobajero. Hasta el momento, los deportes de Cuatro rozaban el amarillismo con un sentido satírico, pero sin acabar de entrar en esa zona. Ahora ya han subvertido. Si quieren un Ondas como el de Jorge Javier Vázquez, van por buen camino. Aunque dudo que esa sea la intención. Eso sí, Pulitzer y Hearst estarán orgullosos.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Astiazarán, protector de los forasteros

El nombre es ya de por sí glamuroso. Ley Beckham. Vaya nombrecito para una norma que pretendía, en su origen, atraer y retener a científicos, directivos y profesionales extranjeros a nuestro país. Vamos, no digo que el futbolista inglés no sepa de física, química o economía, pero ya el nombre nos da una idea de por dónde van los tiros.

Resulta que la dichosa ley permitía a España, bueno, a la Liga, tener una mínima presión fiscal en comparación con otros torneos europeos. Un 24% en concepto de IRPF se lleva Hacienda de los futbolistas-millonarios que ganan más de 600.000 euros al año. Estoy seguro de que ni Messi, ni Kaká, ni Cristiano, ni Ibra lo sabían. Ellos ingresan entre nueve y 13 millones, y lo demás es un cuento.

Porque claro, esta ley sólo beneficia a los extranjeros. Raúl, Xavi, Iniesta o Antoñito tienen una retención del 43%. Por ellos la Liga de Fútbol Profesional no monta un escándalo ni una huelga como la que propone José Luis Astiazarán. Vaya artista el presidente de la LFP. El Gobierno subiendo impuestos a todos los españoles y porque a los multimillonarios de los futbolistas les quiten dos millones más al año (que por cierto, no es que trabajen de sol a sol) hay que parar las máquinas. Ni que fuera una cleptomanía.

Según Astiazarán los crack mundiales dejarán de venir a la Liga y, al final, no habrá negocio. Pobre iluso. ¿Acaso no conoce los paraísos fiscales? Los futbolistas no lo sé, pero estoy seguro de que sus agentes, la mayoría crápulas sin entrañas que sólo piensan en el dinero, sí. Cogen su cuenta, la pasan, por ejemplo, a Andorra y punto. Ya se sabe, hecha la ley, hecha la trampa.

Más vale que Astiazarán se dedique a resolver conflictos más importantes como la guerra del fútbol, la cual no supo atajar, y se deje de proteger a los deportistas extranjeros, que ya tienen guardaespaldas que les protejan.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Sobre Megía Dávila, aficionado del Real Madrid

Hace casi un año (exactamente el 6 de noviembre) este diario digital ( Diario Siglo XXI ) me publicó un artículo en el que reflexionaba sobre unas declaraciones explosivas de Iturralde González. El árbitro vasco afirmó en un medio de comunicación público ser aficionado del Ahtletic de Bilbao. Declaraciones fuera de lugar para un colegiado que está en activo y que, como dije entonces, puede juzgar de manera indirecta a ‘su equipo’.

Amén de que el señor Iturralde entendiera mal mi mensaje o no, sigo reafirmando que declaraciones así no hacen más que atolondrar un corral ya de por sí alterado. Además de echarse mierda a sí mismos, cuando los árbitros abren la boca sobre sus sentimientos futbolísticos provocan que todos desempolven las estadísticas y las manipulen a conveniencia de cada uno.

A principios de esta semana, el ex colegiado Megía Dávila confesó ser del Real Madrid desde pequeño. No veo nada malo en ello, amén de reafirmar algo sabido, pues ahora trabaja en el club blanco. Pero claro, una cosa es que se sepa y otra muy distinta que lo digas. ¿Qué ha pasado? Pues que ahora los periodistas han revisado el historial del colegiado madrileño, que estaba ya cerrado con lazo rojo en el fondo del cajón de los datos olvidados.

Resulta que Megía Dávila arbitró un par de partido en los que ‘favoreció’ al Madrid de manera indirecta. Uno fue cuando el equipo de Del Bosque le ganó la Liga a la Real. Resulta ahora, fíjense por dónde, que el colegiado madrileño dirigió un Celta – Real que le quitó el liderato a los donostiarras. U otro donde perjudicó al Alavés, al expulsar a Téllez, en la lucha entre madridistas y vitorianos por entrar en Champions League. Claro, de los partidos que ‘perjudicó’ al Madrid nadie dice nada, evidentemente.

Espero que Iturralde entienda ahora por qué dije hace un año que sus declaraciones eran dañinas para un ya enfermizo arbitraje español. Megía Dávila tiene la suerte de estar retirado. Iturralde no. Sigue arbitrando y puede que llegue el día en el que tenga en su silbato el destino de ‘su Ahtletic’.



A. Alvarez Rodrigo

jueves, 22 de octubre de 2009

El ocaso de Ronaldinho

El ocaso de un futbolista puede llegar por múltiples variables. Bien porque su rendimiento físico entra en declive, bien porque sobrepasa la treintena, o bien, como es el caso de Ronaldinho, porque decide echarse a perder por sí mismo, sin la ayuda de ningún factor externo. En dos temporadas ha pasado de ser aplaudido en el Santiago Bernabéu, a que los aficionados se rían de él, cuál mono de feria.

Es cierto que al final sus frondosos piños brillaron por la victoria del Milán. Pero hasta que los italianos empataron, la gran parte de los madridistas asistían entre carcajadas al lamentable juego de un brasileño que podía haber pasado a la historia, pero que eligió la discoteca al balón. Besó la gloria en el 2006 y desde entonces no ha dejado de tomarse copas, y no precisamente de celebrar títulos.

Garrincha o George Best fueron grandes estrellas del mundo del fútbol que se perdieron fuera del campo, pero que luego sobre el césped mantuvieron la compostura y un carácter ganador. Ronaldinho ha perdido frescura, eso está claro, lo que le ha llevado a perder también esa chispa, ese toque mágico que lo caracterizaba y dejaba embobado al personal.

Se puede decir, salvando las distancias, que el Gaucho ha ido por el camino de Paul Gascoigne, otro genial futbolista que prefirió la botella al balón. Lo bueno que tiene el brasileño es su edad, 29 años. Por delante tiene, aún, el derecho de tirar de un equipo como el Milán y un Mundial, lugar idóneo para resucitar.

A. Alvarez Rodrigo

lunes, 19 de octubre de 2009

Sobre el Mundial 2018

Tras el previsible fracaso de Madrid 2016 para albergar los Juegos Olímpicos, en España parece que todavía no nos hemos enterado muy bien de cómo les gustan a los comités y organismos las candidaturas para grandes eventos. Ahora la Real Federación Española de Fútbol se ha lanzado a por todas para conseguir el Mundial de 2018.

En principio, la intención es aceptable, ya que si nos quedamos sin Olimpiadas, albergar la Copa Mundial parece más factible. Sin embargo, en esta ocasión, al presidente Ángel María Villar no se le ha ocurrido otra idea que hacer una candidatura junto con los portugueses. Vamos, otro fracaso.

Lo digo porque Joseph Blatter ha repetido en incontables ocasiones que no le apasiona la idea de conceder otro Mundial a dos países, si uno de ellos tiene la capacidad para albergarlo solo. Se puede entender la solicitud que también van a hacer Holanda y Bélgica, pues son países pequeños. Pero, me atrevo incluso a decir que Portugal estaría más que preparada para albergar en solitario un evento de tal magnitud.

España, bueno mejor dicho, Villar nos está pillando los dedos con la tapa del piano. Nuestro país está sobradamente preparado para ir solo a por el Mundial de 2018. Además, ir junto con los lusos significa que muchas ciudades españolas que podrían albergar una sede se queden sin ella. Para tener la mitad, casi mejor no tener nada.

Además, la competencia parece feroz. Amén de la dicha anteriormente candidatura belga-holandesa, Inglaterra, Estados Unidos, Rusia y Australia también tienen la intención de presentarse. Los ingleses prometen mucho dinero en referencia a los ingresos; los australianos, la ventaja de no haber albergado ningún Mundial antes; los rusos, los mismo más el poder del petróleo; y los americanos, espectáculo y relanzar el “soccer” en un mercado apetecible.

En cambio España va de principio con un lastre.



A. Alvarez Rodrigo

sábado, 5 de septiembre de 2009

La República Independiente de Platini

Desde que el señor Michel Platini es presidente de la UEFA, este organismo se ha transformado en un auténtico sistema político que despliega leyes a diestro y siniestro. Fuera explicaciones, sanciones sin excusas y eviten replicar que sino... les envía a los árbitros en contra. No hay peores justicieros que los colegiados, amparados por ese cristal antibalas que es el Comité de Control y Disciplina deportiva.

Sí, ese mismo comité que esta semana sancionó al jugador del Arsenal Eduardo por “engañar al árbitro” en el encuentro de la previa de la Champions League que enfrentó a los londinenses con el Celtic. ¿Raro, verdad? ¿Cuántos árbitros estafados hay cada fin de semana? Pero, ¿no es una de las gracias del juego engañar, crear polémica y que haya moviola? Si el fútbol se transforma en algo ortodoxo, perderá una de sus grandes virtudes.

La llegada de Platini a la dirección del máximo organismo futbolístico europeo en 2007 se ha notado hasta en las Antípodas. El francés no está desarrollando un modelo muy consensuado. Más bien, busca, en cada decisión que toma, una polémica. Por ejemplo: la injustificable sanción al Atlético de Madrid de la pasada campaña. Por cierto, el bruto de Santos Mirasierra está en libertad, y el Marsella juega este año en el Santiago Bernabéu… Cuidadín Florentino con tocar al nene.

Porque Florentino no es de los preferidos de Platini. Tachó el proyecto blanco de “indecente”. Y sin contar la idea de poner topes salariales para intentar ‘perjudicar’ al Madrid. Vamos, que el club banco está en su punto de mira. Como lo estuvo España, a la que no respaldó en su conflicto con la FIFA. Sí, aquel en el que Joseph Blatter retaba a la legislación española. Pero claro, como Platini y el presidente suizo de la FIFA son del mismo astillero…

Este altruista francés, que se ganó parte de los votos para salir victorioso amparándose en ayudar a los equipos más pobres, ha reformado la Copa de la UEFA para… hacerla más rentable. Y la Champions, de la que dijo que había muchos equipos españoles, italianos e ingleses, también la ha cambiado: ahora se clasifican tres equipos directamente, en lugar de los dos antes. ¡Amigo Platini, cuándo el dinero llama a su puerta… cualquier promesa es olvido! Sobre todo cuando eres presidente, sí, de tu propia República Independiente

A. Alvarez Rodrigo

viernes, 14 de agosto de 2009

Atletismo: con la vista en Londres

Mañana comienzan los Campeonatos Mundiales de atletismo en Berlín. Una nueva cita que inicia el ciclo olímpico, cuya estación final es Londres 2012. Después de la clamorosa decepción de hace un año en Pekín, la Selección Española deberá de responder o, cuanto menos, dar síntomas de recuperación. En los pasados Juegos Olímpicos, el equipo nacional obtuvo los peores resultados de la historia desde Seúl en 1988, sin ninguna presea.

Es cierto que el atletismo no ha sido muy boyante porque sólo ha aportado 11 medallas en toda la historia olímpica. Pero en la evolución del deporte español exige que la verdadera disciplina olímpica, por lo menos la que practicaron los griegos desde los orígenes, ensalce todavía más el prestigio de España. José María Odriozola tiene una batalla muy dura.

El problema está en el relevo generacional, por el momento ausente. Marta Domínguez o García Bragado no tienen un sustituto claro. Y luego, en una disciplina como la de 1.500 metros, donde siempre ha habido grandes competidores, Reyes Estévez demostró con su gran campeonato de España que los jóvenes aún no están a la altura.

En Berlín la selección habrá de dar la cara para mejorar la imagen. Pero urgen jóvenes. Cuando llegue Londres, Marta tendrá 34 años y José Ángel García Bragado, quien obtuvo el mejor puesto del atletismo en Pekín con un cuarto puesto en los 50 kilómetros marcha, contará 42. Las nuevas generaciones flaquean. De modo que el problema viene de abajo, del infructuoso trabajo con la cantera.

A. Alvarez Rodrigo

domingo, 9 de agosto de 2009

La natación reflota

Los pasados Mundiales de natación han excitado los ánimos de España con 11 medallas y un ‘subidón’ espectacular en el ránking. Después del sentimiento azorado que dejaron los Juegos Olímpicos de Pekin, con ese aroma a fracaso y desesperanza, Roma ha devuelto la ilusión a una disciplina estrella en el deporte internacional. Nuestra selección nunca ha sido muy exitosa. Contadas excepciones, como el equipo de waterpolo, el de sincronizada y nadadores esporádicos, confirmaban la regla.

Sin embargo, el bronce de Rafa Muñoz es alentador. Por fin un nadador nacido en nuestro país (en Córdoba, en este caso) se alza en una de las pruebas reinas. Los 100 metros mariposa estaban marcados, no sólo por ver si había ‘vendetta’ de Cavic, sino por conocer el verdadero nivel de Rafa. Impecable. Su tercer puesto, detrás de dos tiburones como son el serbio y Phelps, nos permite soñar con una medalla en Londres. Luego, Aschwin Wildeboer, también bronce, promete dar batalla en los 100 espalda. Tan sólo reseñar una pequeña decepción: Mireia Belmonte. La catalana no acaba de dar la cara en las grandes competiciones. Lo bueno: aún es demasiado joven, pero en Londres no puede fallar.

El reto es el 2012: mejorar la imagen de 2008 y confirmar en la piscina el crecimiento de España. La natación no ha sido un fuerte de nuestro deporte. Y ahora que triunfamos en multitud de disciplinas, hay que exigirles algo más a los nadadores. Lejos quedan los conflictos con el antiguo seleccionador y el mal rollo entre los componentes del equipo. La sincro, junto con los encomiables guerreros del waterpolo que nunca fallan, marcó la senda del triunfo. Ahora Muñoz, Wildeboer, Belmonte, Erika Villaécija, Yurema Requena, Margarita Domínguez… deben de allanarlo.

A. Alvarez Rodrigo

viernes, 24 de julio de 2009

Los problemas de Guardiola

Da la impresión que Pep Guardiola lleva entrenando varios años al Barcelona. Y resulta que sólo ha pasado uno. Pero sus grandes éxitos en ese corto periodo de tiempo es fruto de una sabiduría y madurez en un entrenador que ha volcado al banquillo todos sus apuntes recabados en la época de jugador.

El martes, el entrenador blaugrana explicaba, o medio explicaba, los motivos por los que no quiere a Eto´o en su plantilla. Dijo que era cuestión de ‘feeling’. Vamos, que el delantero camerunés es un guerrero loco e individualista, y Guardiola solamente quiere a honrados trabajadores que acaten sus órdenes sin rechistar. Ha tragado con él un año, pero no quiere tragar otro.

Entre sus argumentaciones, Guardiola comentó que su “experiencia como jugador” le decía que después de un año de éxitos hay que cambiar jugadores de la plantilla. Parece una locura que un conjunto de jugadores que ha ganado todo lo que podían ganar no se hayan ganado la continuidad. Pero Pep es sabio. Sabe que si sigue con los mismos otro año surgirán envidias, algunos jugadores caerán en la relajación y autocomplacencia, y otros se verán envueltos en la desidia de no saber cómo evolucionar y en la frustración de que siempre juegan los mismos.

Fue el error mortal de Rijkaard, y Guardiola no quiere cavar ese mismo hoyo. De ahí que pida fichajes, aunque Laporta se muestre “tritranquilo ante el modelo imperialista de Florentino”. Bonita palabra por cierto, aunque su creación y pronunciación demuestran todo lo contrario. A ver cómo la tritranquilidad del presidente culé soluciona el problema de Eto´o, que a fin de cuentas, es el problema del entrenador que le ha llevado a estar “tricontento”. Pep es sabio, pero va a tener que lidiar con la prepotencia de Laporta. Eso es peor que tener a Eto´o cien años más.

A. Alvarez Rodrigo

miércoles, 15 de julio de 2009

El regreso del Mosquito


El domingo por la tarde, en Marbella, Juan Carlos Ferrero dio a España el pase a semifinales de la Copa Davis de tenis al conseguir el quinto y definitivo punto en la eliminatoria ante Alemania. Ferrero, desaparecido durante largo tiempo, regresa así a la primera plana del tenis mundial, de donde salió sin explicación, y adonde ha vuelto sin ella, también. Con casi una treintena de años, el Mosquito ha recuperado su mejor nivel. Combatiente, duro, tenaz y sencillo, con un gran juego en tierra batida, el valenciano ha resurgido cuando nadie lo esperaba.

En el 2003 ganó Roland Garros, el único Gran Slam que posee. Ese mismo año llegó a la final del US Open y poseyó durante un tiempo el número uno de la ATP. Entonces pocos conocían a Rafael Nadal, y Ferrero era la referencia y esperanza del tenis español. Pero en 2004 una serie de lesiones le apartaron de la élite. Su fuerza de voluntad y su confianza en sí mismo le han permitido volver cinco años después.

Su gran juego en Wimbledon y la lesión de Ferrer obligaron a Albert Costa, capitán español, a tirar del Mosquito. No entró en los primeros planes, pero el destino le tenía guardada una redención. Justo en un torneo que le ha dado mucho, ya que suyo fue el punto del triunfo, ante Australia, de la primera Copa Davis que conquistó España en el 2000. Ferrero, el Mosquito, ha puesto fin al vejamen sobre su figura deportiva.


A. Alvarez Rodrigo

miércoles, 1 de julio de 2009

Rubio, Timberwolves y Juventud


Ricky Rubio ya tiene destino en la NBA. No es el que deseaba ni imaginaba. ¡Ni por asomo! La fría, lúgubre y norteña ciudad de Minneapolis, donde los Timberwolves tienen instalada su franquicia. El gozo del esbelto base español de entrar en el Draft se derrumbó al conocer a quien le correspondía la quinta plaza del sorteo. Tanto Rubio como sus allegados, incluso los especialistas, pronosticaban un tercer puesto. Se habló de Sacramento, Nueva York o Uklahoma. Pero nunca Minnesota. ¡Da gusto como nos conocemos ahora las ciudades y estados de EEUU!

Los Timberwolves no parecen, en principio, un lugar apropiado para el talentoso y pueril Rubio. Poseen un equipo débil, perdedor a corto y medio plazo, pero con aspiraciones de luchar por el anillo en el futuro. Precisamente futuro es lo que le sobra al español. Con 19 años presupone una carrera aún por empezar. De modo que da igual si la franquicia es de las peores. Seguro que él la hará un poco mejor (sino mucho). Además, ir a un conjunto en ciernes le asegurará jugar muchos minutos, coger experiencia, no caer en la desgracias de Sergio Rodríguez: en un equipo grande, pero sin jugar nada, derrumbado, y casi sin salida.

El mayor problema que ha de asumir Rubio es finalizar su pelea con el Juventud. Me resulta extraño que ambos acordaran esa cláusula tan alta sabiendo que más pronto que tarde el de El Masnou estaría en el Draft. También creo que el conjunto de Badalona se está comportando con demasiado testarudez: Rubio les ha sido fiel y les ha dado todo; ahora, ellos deberían de entender la postura del jugador de la ÑBA y facilitar su salida, como en su momento hizo el Barça con Pau Gasol.


A. Alvarez Rodrigo

Foto:As

domingo, 21 de junio de 2009

El himno, de España a Sudáfrica

Orfeo Suarez, redactor-jefe de deportes de El Mundo, toma a Sudáfrica y su historia para reclamar un poco de respeto en este país y sobre todo en regiones como Cataluña y País Vasco, donde llevar una camiseta de España parece una provocación.

Comprobar cómo canta todo un estadio la mitad de un himno que años atrás significaba la melodía de la opresión, por entender que fue bueno para la reconciliación nacional, para la integración, es toda una lección para quienes procedemos de un país donde la interpretación de esa pieza es, a menudo, motivo de conflicto. El fútbol ha servido dos ejemplos con pocas semanas de diferencia, en la final de Copa entre Barcelona y Athletic, y en el Free Stadium de Bloemfontein, minutos antes del duelo entre Sudáfrica y España. El público de mayoría negra, después de respetar el himno español en silencio, cosa que tampoco sucede en nuestro país, entonó el suyo emocionado, primero el 'Nkosi Sikelele' en 'xhosa'; después, el 'Di Stem', en 'afrikaans'. Al mismo tiempo, en nuestro país, independentistas radicales boicoteaban en Terrasa, pueblo natal de Xavi, la retransmisión del encuentro de la selección y quemaban una de las pantallas que Telecinco había colocado para seguir el encuentro.

Las dos letras, sobre la misma melodía, son producto de un pacto que impuso Nelson Mandela al núcelo duro del Congreso Nacional Africano (CNA) en 1994, año de su llegada al poder, contra la opinión, incluso, de Jacob Zuma, actual presidente. Formaba parte de una estrategia que pretendía la reconstrucción del país a través de una transición incruenta, sin rencor, a pesar de los 27 años que pasó en prisión. Hasta los 'Springboks', el equipo de rugby, gran símbolo de los 'afrikaners', aprendió la parte en 'xhosa' del 'Dios protege a África', con una profesora particular durante una concentración.

No era sólo el estadio el que imponía esa liturgia, porque en uno de los antiguos barrios segregados, un 'township llamado Botha, un grupo de periodistas españoles pudimos comprobar de qué forma lo entonaban los niños, de principio a final, con la lengua de sus antepasados y la de los opresores de sus padres, mientras un conductor de autobús los dirigía. Sus miradas estaban limpias, sin odio, al contrario de lo que sucede demasiadas veces en España con el himno nacional, los autonómicos o los de otros países. Es perfectamente legítimo no compartir un himno, ni una bandera, hasta comprensible en un país como España, con su pasado a cuestas. Pero lo exigible, ya en un régimen que garantiza las libertades, es respeto, tanto por lo que evoca unidad como por lo que pone en valor las diferencias. La suma es lo bueno. Esta selección española, desde el éxito, y esta Sudáfrica, desde la difucltad, son buenos ejemplos.

jueves, 18 de junio de 2009

El Barroco del deporte español

Pau Gasol consiguió el domingo el anillo de vencedor de la mejor liga de baloncesto del mundo, la NBA, poco después de que Marc Gené hubo cruzado el primero la línea de meta en Las 24 horas de Le Mans. Otros dos hitos que derrumba el deporte español muy acostumbrado en las últimas décadas a derribar techos a una velocidad casi supersónica. Cuesta pensar hasta dónde llegarán nuestros deportistas. Antes se necesitaban pocos dedos para contar los éxitos nacionales que se resumían en dos o tres nombres: Ángel Nieto, Severiano Ballesteros o Manolo Santana. Ahora resulta complicado señalar qué eventos de la élite mundial no han sido conquistados por algún compatriota.

Da igual la modalidad, si es individual o en equipo, si es hombre o mujer. Desde Bahamontes hasta Edurne Pasaban; desde el gol de Marcelino hasta el combinado de sincronizada de Gemma Mengual; desde Joaquín Blume hasta Joane Somarriba; desde Paquillo Fernández Ochoa hasta Arantxa Sánchez Vicario. Al deportista español se le resisten pocos logros. Se ha convertido en un atleta tenaz, humilde, constante y, lo más importante, ganador.

Acostumbrados a un pesimismo y un costumbrismo a la derrota que se prolongaban casi desde la pérdida de Cuba, ha tenido que ser el deporte quien recupere el ánimo de un país imbuido en una confusión de identidad y una confrontación interna constante. El baloncesto, el balonmano, el fútbol sala, el waterpolo y hasta el suspicaz fútbol, todos los equipos han dado motivos de alegría a la afición.

Se puede decir que el deporte español vive su Barroco. Aquel movimiento cultural y artístico del siglo XVII conoció la edad de oro de la literatura española, pero rodeado de una gran crisis económica y social, con una visión pesimista de la vida, una prominente corrupción política y la desmembración del Imperio conquistado cien años antes. Ahora tenemos todo eso, salvo el trance imperial. Entonces estaban Lope de Vega, Luís de Góngora y Francisco de Quevedo. Ahora tenemos a Pau Gasol, Fernando Alonso y Rafael Nadal.

¿Cuál será el próximo pico a conquistar? ¿El Mundial de Sudáfrica? Quién sabe. Ahora más que nunca la tendencia invita a soñar.


A. Alvarez Rodrigo

Foto:El País

domingo, 14 de junio de 2009

A Rossi le conviene Lorenzo

El Gran Premio de Cataluña fue eso, un grandísimo premio. La carrera en Moto GP dejó evidente que este año el mundial va a estar entre Rossi, Lorenzo y Stoner. Dos Yamahas y una Ducati, los dos fabricantes que más rendimiento han dado en las últimos años. Lamentablemente, Pedrosa se descuelga. Ya sea por el pobre rendimiento de su Honda o por sus continuas lesiones, el número tres lo tiene más que difícil para unirse al triunvirato que sienta magistratura carrera tras carrera.

En esta ocasión fue Rossi quien sentó lección ante un abarrotado Montmeló: hasta la bandera a cuadros no concluye la carrera. Desde el inicio se confirmó el ansiado mano a mano entre el prometedor piloto español y el confirmado mito italiano. Lo bueno, es que el gran Rossi ha vuelto. Lorenzo le ha exigido lo máximo, hasta el punto de que se “The doctor” se las ha visto y deseado para ganar.

¿Y qué ha hecho Rossi para pasar el primero por la meta? Pues nada más y nada menos que magia. Adelantar en la última curva, por el lugar menos esperado, por donde sólo él ve y sabe pasar. Lorenzo, que parece su aprendiz más avanzado, se quedó como la bandera final: a cuadros. Aún tiene mucho que aprender el mallorquín. Aunque su carácter y su evolución ha obligado hoy a Rossi a sacar la chistera y dejar con la boca abierta a todos. A Rossi le viene bien Lorenzo.


A. Alvarez Rodrigo

viernes, 12 de junio de 2009

Gloria en tiempos de paro

La historia del deporte siempre recuerda a equipos que forjaron sus éxitos ante un clima de adversidad. Le pasó a la gran Hungría de Puskas perseguida por el comunismo en los 50, a la Argentina del Mundial de 1978 amenazada por el dictador Videla, o al mismo Irak de la actualidad que ha ganado la Copa de Asia en plena guerra interna. Luego otros clubes dieron la gloria a zonas deprimidas. Como aquel Nottinghan Forest de finales de los setenta que llevó hasta el éxtasis a la deprimida zona de las Midlands británicas. Aquel equipo ganó dos Copas de Europa mientras la principal industria del lugar, la textil, echaba el candado.

Una hazaña parecida van a conseguir dos equipos españoles. No porque vayan a alzarse con un trofeo, sino por el hecho de llevar felicidad a dos provincias ahogadas por el paro. De un lado está el Xerez, club variopinto y polémico donde los haya. Los jerezanos han sufrido ascensos no ejecutados, presidentes corruptos y enfrentados con el gobierno local, y hasta mudanzas de estadios para poder jugar. Pero aún así han logrado mantenerse en la Segunda División. Por fin el premio va a llegar. Después de rozar la tragedia la temporada pasada, el club de Jerez de la Frontera puede conseguir su primer ascenso a la Liga BBVA.

El otro conjunto es el Tenerife. Al igual que los azulones, los insulares han sufrido multitud de achaques. El más doloroso fue el descenso a la división de plata en el año 2002 con una deuda cercana a los 42 millones de euros. El Tenerife fue un club que gozó de su época dorada en los años 90. Diez temporadas seguidas en Primera División para acabar en el pozo de segunda endeudado y sin rumbo. Ahora, de la mano de José Luís Oltra regresará al cielo con todos los honores y un gran equipo que practica un precioso juego.

Pero el verdadero mérito de ambos clubes no es el de subir a la Liga BBVA. No. El gran mérito es que han, están y van a ilusionar a una afición que vive ahogada por la penuria económica. Cádiz y Tenerife son dos de las provincias más acuciadas por la crisis en forma de un paro asfixiante. Si en la isla ronda el 24%, en tierras andaluzas sube hasta el 26%. Pero poco parece importar porque las colas, con noches en tiendas de campaña incluidas, para hacerse con una entrada han sido una tónica general en las dos ciudades. Si hay que quitarse de comer para ver a mi equipo, se quita.

A. Alvarez Rodrigo

Pura sangre


Después de leer mucho sobre el nuevo actor/futbolista que ha adquirido el genial, perpicaz y economísta presidente del Real Madrid, creo que el perfil que ha realizado Cayetano Ros, del diario El País , es el que abarca de una manera más cercana la personalidad del chulesto jugador portugués.

Por encima de todo, Cristiano Ronaldo (Funchal, Madeira, 1985) es un atleta fabuloso, una conjunción entre explosividad y resistencia en perfecta armonía con el dominio malabarista del balón.

Su lujosa mansión en las afueras de Manchester gravita en torno al gimnasio, el lugar donde Cristiano se pasaba las horas después de los entrenamientos. Allí esculpía sus músculos en un culto al cuerpo que exhibe al levantarse la camiseta cuando marca. Enseña su supremacía muscular.

Ronaldo aprendió a cabecear como los mejores, con los ojos abiertos y atacando el balón, apenas el año pasado, después de largas sesiones practicando tras los entrenamientos del United. Ya sabía cómo imponer en las áreas sus 184 centímetros de estatura. Esas horas extra también las aprovechó para aprender a disparar de una manera única desde larga distancia. Una especie de folha seca por la que el balón adquiere una trayectoria imprevisible para los porteros, llena de curvas.

Ronaldo va sumando recursos para proclamarse el número 1, el número 2 y el número 3 del mundo, según bromeó el propio jugador. La vanidad ha sido un motor imprescindible en su carrera. En 2008, se relamió al conquistar el Balón de Oro, la Bota de Oro y el FIFA World Player. Y ahora, al convertirse el fichaje más caro de la historia. Las cifras que se barajan, que serían un récord mundial, servirían para compensar mi deuda de gratitud con United, declaró hace meses en el diario portugués Publico.

Sus goles en el Manchester 12, 23, 42 y 26 marcan una evolución imparable, atenuada en su último ejercicio por las lesiones. Pero su crecimiento no se entiende sin el tutelaje de su representante, Jorge Mendes, y del entrenador en el United, Alex Ferguson. En Portugal aseguran que Mendes le dedica el 99% de su tiempo a Ronaldo y el 1% al resto de sus jugadores.


Por su parte, Ferguson ha hecho de CR7 una máquina despiadada de ganar, despojado de las alharacas que le sobraban a su juego. Un delantero 10 que, sin embargo, baja a 7 cuando pisa la selección lusa. El técnico escocés lo arropó en los peores momentos. Cuando, en septiembre de 2005, murió su padre y fue acusado de violar a una chica, de lo que fue absuelto. Y cuando, tras el Mundial de Alemania 2006, Inglaterra cargó contra él por haber reclamado la expulsión de Rooney después de que éste pisara a Carvalho en la entrepierna.

La otra persona decisiva en su vida es su madre, María Dolores, de la que ahora estará a una hora de avión. Siempre tuvo suerte Ronaldo con los maestros. Aurelio Pereira, el director de la escuela del Sporting de Lisboa, la mejor cantera de Portugal, lo recuerda así: "Vino a los 11 años. Era alto y delgado, vivaz y extravertido. Al tratarse de un niño de la calle, tuvimos que ofrecerle un acompañamiento mental".

Siendo un crío, Cristiano amenazó con una silla a un profesor del colegio porque los otros niños se reían de su acento de Madeira. Años después, se saltó un control antidopaje en un Europeo sub 21 en Francia después de destrozar el vestuario con sus compañeros.

Ronaldo nació y creció en un barrio obrero de Madeira, en una familia humilde, junto a tres hermanos. A los ocho años entró a jugar en el Andorinha, y a los 10 ya se lo rifaban los dos grandes clubes de la isla, el Marítimo y el Nacional. Optó por este último antes de dar el salto a Lisboa. En verano de 2003, en un amistoso entre el Sporting y el Manchester en el estadio José Alvalade, Roy Keane, capitán del United, entró en el vestuario y le gritó a Ferguson: ¡Jefe, fiche a ese chico!. El chico tenía 18 años y ya pensaba en jugar algún día en España.

Florentino Pérez no ha pasado por alto un último detalle: al igual que Beckham, Ronaldo cultiva su enorme impacto mediático. CR7 adora el chocolate y odia el tabaco. Juega mirándose al espejo, pero nunca pierde de vista la portería contraria.

miércoles, 3 de junio de 2009

Estúpidos

Toni Nadal, entrenador y tío de Rafael Nadal, lo dijo bien claro: el público de Roland Garros es un poco “estúpido”. Pudo expresarse más alto, quizá desde la Torre Eiffel que tanto admiran nuestros queridos vecinos. Pero no pudo explicarlo de manera más clara. Los franceses son unos auténticos estúpidos cuando ven triunfar a un español en su país.

No hace mucho vivimos la lamentable proclamación de campeón del Tour de Francia 2006. Óscar Pereiro, segundo en la general en París pero posterior ganador tras el positivo de Floyd Landis, tuvo que reivindicar y protestar durante muchos meses para reclamar su maillot amarillo ante el intento galo de dejar el primer puesto en blanco. Entonces dio la sensación de que los gabachos preferían coronar a un americano sucio que a un español limpio.

Durante los últimos cuatro años se palpaba que los parisinos sufrían al ver triunfar a Nadal en su arcilla. Reconocían la superioridad del manacorí, pero a regañadientes. El comportamiento mostrado el domingo pasado en el encuentro que enfrentó al número uno de la ATP y actual campeón del torneo ante el desconocido Soderling fue la gota que colmó el vaso. Los gritos a favor del sueco estuvieron fuera de lugar y dejaron una mala imagen de la afición gala.

Siempre he reconocido la inteligencia y el buen estar de los franceses en el mundo del deporte. Tienen uno de los diarios deportivos más serios y respetables del mundo por su imparcialidad y buen periodismo. Sin embargo, vamos a decirlo claro: a los gabachos les jode que Nadal gane Roland Garros; que Induráin, Pereiro, Contador y Sastre se lleven su Tour; que España sea el país con más Ligas de Campeones, torneo de iniciativa francesa; y que un asturiano conduzca su cochecito de Fórmula Uno.

Señores vecinos de más allá de los pirineos, siempre nos miraron por encima del hombro, pero ahora van a tener que acostumbrarse a mirarnos a la altura de los ojitos porque España vive su edad de oro en el mundo del deporte. Comportamiento como el domingo es propio de niño envidioso y estúpido.


A. Alvarez Rodrigo

sábado, 30 de mayo de 2009

Los maestros del relato

Porque para ser un buen entrenador no hace falta haber sido Balón de Oro. Por Enric González:

Hay grandes futbolistas que no saben jugar al fútbol. Y futbolistas mediocres, o poco más, que juegan como los ángeles. Son casos minoritarios, pero existen. ¿En qué consiste saber jugar al fútbol? En conocer el juego, simplemente. En conocerlo desde dentro, en dominar (y anticipar) los movimientos colectivos propios y ajenos, en intuir espacios que aún no existen. En comprender el sentido del relato que se desarrolla durante 90 minutos. En resumen, en saber por qué pasa lo que pasa.

Hay grandes futbolistas que ignoran todo eso. Recuerden a Rivaldo, por ejemplo. Tenía, y dentro de lo que cabe mantiene, un toque exquisito, una técnica individual refinada y una notable capacidad para inventar regates y disparos difíciles. No creo, sin embargo, que sea un buen jugador de fútbol. No creo que sepa por qué pasa lo que pasa durante un partido. El fútbol de Rivaldo comienza y acaba en sí mismo.

Otro ejemplo: Beckham, un deportista encomiable en muchos sentidos. Vive en un ambiente que eleva lo pijo a niveles grotescos; cuando salta al campo, sin embargo, se esfuerza como un debutante. Ha sobrevivido a múltiples defunciones futbolísticas y, ya en la decadencia, resulta todavía útil. Ahora bien, es un tipo de una sola jugada y de un solo pie: dobla el tobillo derecho y saca un centro estupendo. Y otro. Y otro. Es una máquina de golpear el balón. Háganle hacer otra cosa, y Beckham naufraga. No alcanza a comprender el intríngulis del juego.

Luego están los otros, los que carecen de características sobresalientes, los que no han nacido para acariciar el balón, pero entienden de qué va la cosa. Guardiola, sin ir más lejos. Guardiola fue un futbolista lento, frágil, sin especial talento para el pase larguísimo (comparado con especialistas como Schuster) y sin llegada a puerta. En términos estrictamente técnicos, Guardiola no valía la mitad que Xavi o Pirlo. El talento de Guardiola era, y debe seguir siendo, básicamente mental. Guardiola siempre daba la impresión de saber por qué pasaba lo que pasaba en un partido, y qué había que hacer para que las cosas siguieran igual, o cambiaran a favor de su equipo. Los ritmos, las distancias, los espacios, esos elementos que definen el futuro inmediato de un balón en movimiento, estaban en su cabeza.

Y no es cuestión de centrocampismo. Piensen en Romario, una de las cumbres estéticas del fútbol. Era un tipo que jugaba de espaldas al partido: cuando se procuraba un balón, inventaba un gol. Él se lo guisaba, él se lo comía. De Hugo Sánchez podría decirse que fue futbolista de una sola jugada, el remate: toque y gol. En realidad, era lo opuesto a Romario: sabía desde dónde partiría el centro, dónde iría a parar y en qué posición y postura debía encontrarse él para tocar y marcar, sin más florituras. Leía el partido y participaba en él como el centrocampista más iluminado. No se perdía ni una línea de la narración, aunque sólo apareciera en la última página. No hubo futbolistas más distintos que Guardiola y Hugo Sánchez. Pero ambos compartían una misma cualidad: cada uno en su estilo, fueron maestros del relato.

miércoles, 27 de mayo de 2009

El "mite"

Corría noviembre de 2001 cuando llegó a España una noticia que a muchos nos dejó helados: Josep Guardiola había dado positivo por nandrolona. Pep, que había dejado el F.C. Barcelona por el prehistórico juego italiano del Brescia, estaba señalado por la duda de la trampa. Él siempre luchó por su inocencia hasta que finalmente la consiguió.

Cuando a principios de verano Joan Laporta anunció el fichaje de Pep para reconstruir el Barça, corrieron ríos de tinta dudando de su inexperiencia. Recuerdo un artículo del periodista Santiago Segurola que, a contracorriente, defendía a Guardiola. Señalaba que Cruyff con el Ajax, Clemente con el Athletic, Sacchi con el Parma y Mourinho con el Oporto habían logrado grandes títulos para sus clubes en su primer año en el banco.

Guardiola comenzó a prepararse para ser entrenador cuando aún era jugador. Dejó la Liga española para entender las antípodas del Calcio, ese juego tan radicalmente opuesto a su idea. Pero sabía que de Italia sacaría grandes conocimientos defensivos. Probó otras culturas como la asiática de Qatar y la centroamericana de Méjico. Y cuando se sintió preparado, volvió.

Menos de 365 días después de acceder a un banquillo de élite, Guardiola ha logrado historia. Pero no una historia común. No. Es el primer triplete (Liga, Copa y Champions) de un club español. Pero, a buen seguro, ha logrado algo más difícil y que tardará en repetirse, si alguien lo logra alguna vez: convertirse en el primer entrenador del mundo en ganar la Triple Corona en su año de debut.

Mister Clough, el entrenador que consiguió ese peculiar hito con el Notthinghan Forest, que es el único club que ha ganado más Copas de Europa (dos) que Ligas (una), afirmó una vez: “Si Dios hubiera querido que el fútbol se jugara por las nubes, no habría puesto hierba en el suelo”. Desconozco si Pep lo conocía, pero ha logrado llevarlo a la práctica de la manera más bella. Es cierto que con Iniesta, Xavi y Messi es fácil. Pero el año pasado también estaban. Guardiola les ha convencido hasta el punto de que el astro argentino se siente “esclavo de su credibilidad”.

Guardiola evade el protagonismo, huye de los focos, disfruta en la sombra y le cede la atención a los jugadores, los verdaderos artífices. Podríamos hablar de todos. Pero lo que quedará en la retina de los culés y de los amantes de fútbol es que el 27 de mayo de 2009 Pep dejó de ser Guardiola y se convirtió en el mito, el “mite”.

A. Alvarez Rodrigo

lunes, 25 de mayo de 2009

Una vuelta al estadio Olímpico

Peculiar previa para el diario El País de Enric González para el partido del miércoles entre el Manchester United y el F.C. Barcelona que dilucirá al nuevo campeón de Europa. No habla de entrenadores, ni de jugadores ni de los clubes. Habla del estadio.



Es una gran final y, como suele decirse cuando no se sabe qué decir, puede pasar cualquier cosa. A no ser, claro está, que el escenario influya. Si el estadio Olímpico, con su pasado y sus fantasmas, tiene voz en el asunto, hay que esperar pelea y sufrimiento.

El Olímpico recuerda la final de la Copa de Europa de 1984, que el Roma jugaba en casa frente al Liverpool y perdió en los penaltis: el lugar es experto en decepciones. Recuerda también la final del Mundial de 1990, la más indigesta de todos los tiempos (Alemania, 1; Argentina, 0). Y, por supuesto, los clásicos tremebundos entre el Lazio y el Roma. Ha trasegado decenas de partidos de abordaje, cuchillo en boca y cuerpo a cuerpo. Tras un derby de 1971, el entonces director del Corriere dello Sport, Antonio Ghirelli, resumió en pocas y entusiásticas palabras el espíritu dominante: "Ha sido un gran derby: feo, raro, malparido, pero grande".

Habrá quien, ante los mármoles y las estatuas, invoque a los gladiadores. Seguro: "La final de los gladiadores". No nos equivoquemos: el Foro Itálico, que incluye el estadio, nació como Foro Mussolini y sólo en los sueños fascistas tiene algo que ver con el antiguo imperio. Resultan lógicos, por tanto, la estética general, el monolito dedicado a Mussolini y los mosaicos con la inscripción Duce, Duce, Duce. La evocación fascista liga con el pasado de los dos inquilinos habituales. Especialmente, contra lo que habitualmente se supone, con el del Roma.

Nadie es responsable de su nacimiento, pero el Roma fue el resultado de una orden de Mussolini. El dictador, que procedía del norte, se esforzó en equilibrar el país mejorando el nivel del sur: saneó los territorios pantanosos, impulsó la agricultura y mejoró los ferrocarriles. Fallaba el fútbol: Roma, capital del imperio que soñaba el Duce, no ganaba ni a tiros. La SS Lazio, una sociedad fundada en 1900 por un grupo de burgueses entusiasmados por los ideales olímpicos (de ahí, los colores blanco y azul celeste, los de la bandera griega), se veía incapaz de competir con los equipos de Turín, Milán o Bolonia. ¿Solución? Fusionar a todos los equipos que jugaban en Roma.

El Lazio, respaldado por un jerarca del régimen, se negó. Y de la unión de todos los demás, empezando por la Ginnastica Roma, en 1927 surgió la AC Roma. De ahí surgió también la mala fama del Lazio, acusado de orgullo e insolidaridad por negarse a fundirse con el resto. Poco a poco, la propaganda romanista creó el estereotipo del laziale ajeno a la ciudad, procedente de los suburbios o de los pueblos de la provincia. Y empezó a apodar burini, catetos, a los aficionados blancocelestes.

Como se ve, la mala sangre entre romanistas y laziales viene desde siempre. En pocas ciudades se viven los clásicos con el encono de Roma. Cuesta pensar que toda esa bilis no se haya filtrado, año tras año, en las piedras del estadio. La bilis y también las lágrimas porque no es raro salir llorando del Olímpico: basta con acudir a un derby, o a un Roma-Nápoles, o a un Lazio-Livorno, o a un Roma-Juventus. Lo más normal, tras esos partidos, es que un sector del público remate la jornada atacando a la policía y que la policía responda con gases lacrimógenos. De ahí, lo de salir con llanto.

Ocurrirá otra vez el miércoles. No por los gases, esperemos, sino por el orden natural de las cosas: conviene recordar que las finales están hechas para llevar hasta el éxtasis a la mitad de los espectadores y para dejar hecha polvo a la otra mitad.