El objetivo

El equipo ganador es el que se levanta el primero después de una derrota

domingo, 21 de junio de 2009

El himno, de España a Sudáfrica

Orfeo Suarez, redactor-jefe de deportes de El Mundo, toma a Sudáfrica y su historia para reclamar un poco de respeto en este país y sobre todo en regiones como Cataluña y País Vasco, donde llevar una camiseta de España parece una provocación.

Comprobar cómo canta todo un estadio la mitad de un himno que años atrás significaba la melodía de la opresión, por entender que fue bueno para la reconciliación nacional, para la integración, es toda una lección para quienes procedemos de un país donde la interpretación de esa pieza es, a menudo, motivo de conflicto. El fútbol ha servido dos ejemplos con pocas semanas de diferencia, en la final de Copa entre Barcelona y Athletic, y en el Free Stadium de Bloemfontein, minutos antes del duelo entre Sudáfrica y España. El público de mayoría negra, después de respetar el himno español en silencio, cosa que tampoco sucede en nuestro país, entonó el suyo emocionado, primero el 'Nkosi Sikelele' en 'xhosa'; después, el 'Di Stem', en 'afrikaans'. Al mismo tiempo, en nuestro país, independentistas radicales boicoteaban en Terrasa, pueblo natal de Xavi, la retransmisión del encuentro de la selección y quemaban una de las pantallas que Telecinco había colocado para seguir el encuentro.

Las dos letras, sobre la misma melodía, son producto de un pacto que impuso Nelson Mandela al núcelo duro del Congreso Nacional Africano (CNA) en 1994, año de su llegada al poder, contra la opinión, incluso, de Jacob Zuma, actual presidente. Formaba parte de una estrategia que pretendía la reconstrucción del país a través de una transición incruenta, sin rencor, a pesar de los 27 años que pasó en prisión. Hasta los 'Springboks', el equipo de rugby, gran símbolo de los 'afrikaners', aprendió la parte en 'xhosa' del 'Dios protege a África', con una profesora particular durante una concentración.

No era sólo el estadio el que imponía esa liturgia, porque en uno de los antiguos barrios segregados, un 'township llamado Botha, un grupo de periodistas españoles pudimos comprobar de qué forma lo entonaban los niños, de principio a final, con la lengua de sus antepasados y la de los opresores de sus padres, mientras un conductor de autobús los dirigía. Sus miradas estaban limpias, sin odio, al contrario de lo que sucede demasiadas veces en España con el himno nacional, los autonómicos o los de otros países. Es perfectamente legítimo no compartir un himno, ni una bandera, hasta comprensible en un país como España, con su pasado a cuestas. Pero lo exigible, ya en un régimen que garantiza las libertades, es respeto, tanto por lo que evoca unidad como por lo que pone en valor las diferencias. La suma es lo bueno. Esta selección española, desde el éxito, y esta Sudáfrica, desde la difucltad, son buenos ejemplos.

jueves, 18 de junio de 2009

El Barroco del deporte español

Pau Gasol consiguió el domingo el anillo de vencedor de la mejor liga de baloncesto del mundo, la NBA, poco después de que Marc Gené hubo cruzado el primero la línea de meta en Las 24 horas de Le Mans. Otros dos hitos que derrumba el deporte español muy acostumbrado en las últimas décadas a derribar techos a una velocidad casi supersónica. Cuesta pensar hasta dónde llegarán nuestros deportistas. Antes se necesitaban pocos dedos para contar los éxitos nacionales que se resumían en dos o tres nombres: Ángel Nieto, Severiano Ballesteros o Manolo Santana. Ahora resulta complicado señalar qué eventos de la élite mundial no han sido conquistados por algún compatriota.

Da igual la modalidad, si es individual o en equipo, si es hombre o mujer. Desde Bahamontes hasta Edurne Pasaban; desde el gol de Marcelino hasta el combinado de sincronizada de Gemma Mengual; desde Joaquín Blume hasta Joane Somarriba; desde Paquillo Fernández Ochoa hasta Arantxa Sánchez Vicario. Al deportista español se le resisten pocos logros. Se ha convertido en un atleta tenaz, humilde, constante y, lo más importante, ganador.

Acostumbrados a un pesimismo y un costumbrismo a la derrota que se prolongaban casi desde la pérdida de Cuba, ha tenido que ser el deporte quien recupere el ánimo de un país imbuido en una confusión de identidad y una confrontación interna constante. El baloncesto, el balonmano, el fútbol sala, el waterpolo y hasta el suspicaz fútbol, todos los equipos han dado motivos de alegría a la afición.

Se puede decir que el deporte español vive su Barroco. Aquel movimiento cultural y artístico del siglo XVII conoció la edad de oro de la literatura española, pero rodeado de una gran crisis económica y social, con una visión pesimista de la vida, una prominente corrupción política y la desmembración del Imperio conquistado cien años antes. Ahora tenemos todo eso, salvo el trance imperial. Entonces estaban Lope de Vega, Luís de Góngora y Francisco de Quevedo. Ahora tenemos a Pau Gasol, Fernando Alonso y Rafael Nadal.

¿Cuál será el próximo pico a conquistar? ¿El Mundial de Sudáfrica? Quién sabe. Ahora más que nunca la tendencia invita a soñar.


A. Alvarez Rodrigo

Foto:El País

domingo, 14 de junio de 2009

A Rossi le conviene Lorenzo

El Gran Premio de Cataluña fue eso, un grandísimo premio. La carrera en Moto GP dejó evidente que este año el mundial va a estar entre Rossi, Lorenzo y Stoner. Dos Yamahas y una Ducati, los dos fabricantes que más rendimiento han dado en las últimos años. Lamentablemente, Pedrosa se descuelga. Ya sea por el pobre rendimiento de su Honda o por sus continuas lesiones, el número tres lo tiene más que difícil para unirse al triunvirato que sienta magistratura carrera tras carrera.

En esta ocasión fue Rossi quien sentó lección ante un abarrotado Montmeló: hasta la bandera a cuadros no concluye la carrera. Desde el inicio se confirmó el ansiado mano a mano entre el prometedor piloto español y el confirmado mito italiano. Lo bueno, es que el gran Rossi ha vuelto. Lorenzo le ha exigido lo máximo, hasta el punto de que se “The doctor” se las ha visto y deseado para ganar.

¿Y qué ha hecho Rossi para pasar el primero por la meta? Pues nada más y nada menos que magia. Adelantar en la última curva, por el lugar menos esperado, por donde sólo él ve y sabe pasar. Lorenzo, que parece su aprendiz más avanzado, se quedó como la bandera final: a cuadros. Aún tiene mucho que aprender el mallorquín. Aunque su carácter y su evolución ha obligado hoy a Rossi a sacar la chistera y dejar con la boca abierta a todos. A Rossi le viene bien Lorenzo.


A. Alvarez Rodrigo

viernes, 12 de junio de 2009

Gloria en tiempos de paro

La historia del deporte siempre recuerda a equipos que forjaron sus éxitos ante un clima de adversidad. Le pasó a la gran Hungría de Puskas perseguida por el comunismo en los 50, a la Argentina del Mundial de 1978 amenazada por el dictador Videla, o al mismo Irak de la actualidad que ha ganado la Copa de Asia en plena guerra interna. Luego otros clubes dieron la gloria a zonas deprimidas. Como aquel Nottinghan Forest de finales de los setenta que llevó hasta el éxtasis a la deprimida zona de las Midlands británicas. Aquel equipo ganó dos Copas de Europa mientras la principal industria del lugar, la textil, echaba el candado.

Una hazaña parecida van a conseguir dos equipos españoles. No porque vayan a alzarse con un trofeo, sino por el hecho de llevar felicidad a dos provincias ahogadas por el paro. De un lado está el Xerez, club variopinto y polémico donde los haya. Los jerezanos han sufrido ascensos no ejecutados, presidentes corruptos y enfrentados con el gobierno local, y hasta mudanzas de estadios para poder jugar. Pero aún así han logrado mantenerse en la Segunda División. Por fin el premio va a llegar. Después de rozar la tragedia la temporada pasada, el club de Jerez de la Frontera puede conseguir su primer ascenso a la Liga BBVA.

El otro conjunto es el Tenerife. Al igual que los azulones, los insulares han sufrido multitud de achaques. El más doloroso fue el descenso a la división de plata en el año 2002 con una deuda cercana a los 42 millones de euros. El Tenerife fue un club que gozó de su época dorada en los años 90. Diez temporadas seguidas en Primera División para acabar en el pozo de segunda endeudado y sin rumbo. Ahora, de la mano de José Luís Oltra regresará al cielo con todos los honores y un gran equipo que practica un precioso juego.

Pero el verdadero mérito de ambos clubes no es el de subir a la Liga BBVA. No. El gran mérito es que han, están y van a ilusionar a una afición que vive ahogada por la penuria económica. Cádiz y Tenerife son dos de las provincias más acuciadas por la crisis en forma de un paro asfixiante. Si en la isla ronda el 24%, en tierras andaluzas sube hasta el 26%. Pero poco parece importar porque las colas, con noches en tiendas de campaña incluidas, para hacerse con una entrada han sido una tónica general en las dos ciudades. Si hay que quitarse de comer para ver a mi equipo, se quita.

A. Alvarez Rodrigo

Pura sangre


Después de leer mucho sobre el nuevo actor/futbolista que ha adquirido el genial, perpicaz y economísta presidente del Real Madrid, creo que el perfil que ha realizado Cayetano Ros, del diario El País , es el que abarca de una manera más cercana la personalidad del chulesto jugador portugués.

Por encima de todo, Cristiano Ronaldo (Funchal, Madeira, 1985) es un atleta fabuloso, una conjunción entre explosividad y resistencia en perfecta armonía con el dominio malabarista del balón.

Su lujosa mansión en las afueras de Manchester gravita en torno al gimnasio, el lugar donde Cristiano se pasaba las horas después de los entrenamientos. Allí esculpía sus músculos en un culto al cuerpo que exhibe al levantarse la camiseta cuando marca. Enseña su supremacía muscular.

Ronaldo aprendió a cabecear como los mejores, con los ojos abiertos y atacando el balón, apenas el año pasado, después de largas sesiones practicando tras los entrenamientos del United. Ya sabía cómo imponer en las áreas sus 184 centímetros de estatura. Esas horas extra también las aprovechó para aprender a disparar de una manera única desde larga distancia. Una especie de folha seca por la que el balón adquiere una trayectoria imprevisible para los porteros, llena de curvas.

Ronaldo va sumando recursos para proclamarse el número 1, el número 2 y el número 3 del mundo, según bromeó el propio jugador. La vanidad ha sido un motor imprescindible en su carrera. En 2008, se relamió al conquistar el Balón de Oro, la Bota de Oro y el FIFA World Player. Y ahora, al convertirse el fichaje más caro de la historia. Las cifras que se barajan, que serían un récord mundial, servirían para compensar mi deuda de gratitud con United, declaró hace meses en el diario portugués Publico.

Sus goles en el Manchester 12, 23, 42 y 26 marcan una evolución imparable, atenuada en su último ejercicio por las lesiones. Pero su crecimiento no se entiende sin el tutelaje de su representante, Jorge Mendes, y del entrenador en el United, Alex Ferguson. En Portugal aseguran que Mendes le dedica el 99% de su tiempo a Ronaldo y el 1% al resto de sus jugadores.


Por su parte, Ferguson ha hecho de CR7 una máquina despiadada de ganar, despojado de las alharacas que le sobraban a su juego. Un delantero 10 que, sin embargo, baja a 7 cuando pisa la selección lusa. El técnico escocés lo arropó en los peores momentos. Cuando, en septiembre de 2005, murió su padre y fue acusado de violar a una chica, de lo que fue absuelto. Y cuando, tras el Mundial de Alemania 2006, Inglaterra cargó contra él por haber reclamado la expulsión de Rooney después de que éste pisara a Carvalho en la entrepierna.

La otra persona decisiva en su vida es su madre, María Dolores, de la que ahora estará a una hora de avión. Siempre tuvo suerte Ronaldo con los maestros. Aurelio Pereira, el director de la escuela del Sporting de Lisboa, la mejor cantera de Portugal, lo recuerda así: "Vino a los 11 años. Era alto y delgado, vivaz y extravertido. Al tratarse de un niño de la calle, tuvimos que ofrecerle un acompañamiento mental".

Siendo un crío, Cristiano amenazó con una silla a un profesor del colegio porque los otros niños se reían de su acento de Madeira. Años después, se saltó un control antidopaje en un Europeo sub 21 en Francia después de destrozar el vestuario con sus compañeros.

Ronaldo nació y creció en un barrio obrero de Madeira, en una familia humilde, junto a tres hermanos. A los ocho años entró a jugar en el Andorinha, y a los 10 ya se lo rifaban los dos grandes clubes de la isla, el Marítimo y el Nacional. Optó por este último antes de dar el salto a Lisboa. En verano de 2003, en un amistoso entre el Sporting y el Manchester en el estadio José Alvalade, Roy Keane, capitán del United, entró en el vestuario y le gritó a Ferguson: ¡Jefe, fiche a ese chico!. El chico tenía 18 años y ya pensaba en jugar algún día en España.

Florentino Pérez no ha pasado por alto un último detalle: al igual que Beckham, Ronaldo cultiva su enorme impacto mediático. CR7 adora el chocolate y odia el tabaco. Juega mirándose al espejo, pero nunca pierde de vista la portería contraria.

miércoles, 3 de junio de 2009

Estúpidos

Toni Nadal, entrenador y tío de Rafael Nadal, lo dijo bien claro: el público de Roland Garros es un poco “estúpido”. Pudo expresarse más alto, quizá desde la Torre Eiffel que tanto admiran nuestros queridos vecinos. Pero no pudo explicarlo de manera más clara. Los franceses son unos auténticos estúpidos cuando ven triunfar a un español en su país.

No hace mucho vivimos la lamentable proclamación de campeón del Tour de Francia 2006. Óscar Pereiro, segundo en la general en París pero posterior ganador tras el positivo de Floyd Landis, tuvo que reivindicar y protestar durante muchos meses para reclamar su maillot amarillo ante el intento galo de dejar el primer puesto en blanco. Entonces dio la sensación de que los gabachos preferían coronar a un americano sucio que a un español limpio.

Durante los últimos cuatro años se palpaba que los parisinos sufrían al ver triunfar a Nadal en su arcilla. Reconocían la superioridad del manacorí, pero a regañadientes. El comportamiento mostrado el domingo pasado en el encuentro que enfrentó al número uno de la ATP y actual campeón del torneo ante el desconocido Soderling fue la gota que colmó el vaso. Los gritos a favor del sueco estuvieron fuera de lugar y dejaron una mala imagen de la afición gala.

Siempre he reconocido la inteligencia y el buen estar de los franceses en el mundo del deporte. Tienen uno de los diarios deportivos más serios y respetables del mundo por su imparcialidad y buen periodismo. Sin embargo, vamos a decirlo claro: a los gabachos les jode que Nadal gane Roland Garros; que Induráin, Pereiro, Contador y Sastre se lleven su Tour; que España sea el país con más Ligas de Campeones, torneo de iniciativa francesa; y que un asturiano conduzca su cochecito de Fórmula Uno.

Señores vecinos de más allá de los pirineos, siempre nos miraron por encima del hombro, pero ahora van a tener que acostumbrarse a mirarnos a la altura de los ojitos porque España vive su edad de oro en el mundo del deporte. Comportamiento como el domingo es propio de niño envidioso y estúpido.


A. Alvarez Rodrigo