El nombre es ya de por sí glamuroso. Ley Beckham. Vaya nombrecito para una norma que pretendía, en su origen, atraer y retener a científicos, directivos y profesionales extranjeros a nuestro país. Vamos, no digo que el futbolista inglés no sepa de física, química o economía, pero ya el nombre nos da una idea de por dónde van los tiros.
Resulta que la dichosa ley permitía a España, bueno, a la Liga, tener una mínima presión fiscal en comparación con otros torneos europeos. Un 24% en concepto de IRPF se lleva Hacienda de los futbolistas-millonarios que ganan más de 600.000 euros al año. Estoy seguro de que ni Messi, ni Kaká, ni Cristiano, ni Ibra lo sabían. Ellos ingresan entre nueve y 13 millones, y lo demás es un cuento.
Resulta que la dichosa ley permitía a España, bueno, a la Liga, tener una mínima presión fiscal en comparación con otros torneos europeos. Un 24% en concepto de IRPF se lleva Hacienda de los futbolistas-millonarios que ganan más de 600.000 euros al año. Estoy seguro de que ni Messi, ni Kaká, ni Cristiano, ni Ibra lo sabían. Ellos ingresan entre nueve y 13 millones, y lo demás es un cuento.
Porque claro, esta ley sólo beneficia a los extranjeros. Raúl, Xavi, Iniesta o Antoñito tienen una retención del 43%. Por ellos la Liga de Fútbol Profesional no monta un escándalo ni una huelga como la que propone José Luis Astiazarán. Vaya artista el presidente de la LFP. El Gobierno subiendo impuestos a todos los españoles y porque a los multimillonarios de los futbolistas les quiten dos millones más al año (que por cierto, no es que trabajen de sol a sol) hay que parar las máquinas. Ni que fuera una cleptomanía.
Según Astiazarán los crack mundiales dejarán de venir a la Liga y, al final, no habrá negocio. Pobre iluso. ¿Acaso no conoce los paraísos fiscales? Los futbolistas no lo sé, pero estoy seguro de que sus agentes, la mayoría crápulas sin entrañas que sólo piensan en el dinero, sí. Cogen su cuenta, la pasan, por ejemplo, a Andorra y punto. Ya se sabe, hecha la ley, hecha la trampa.
Más vale que Astiazarán se dedique a resolver conflictos más importantes como la guerra del fútbol, la cual no supo atajar, y se deje de proteger a los deportistas extranjeros, que ya tienen guardaespaldas que les protejan.
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