El objetivo

El equipo ganador es el que se levanta el primero después de una derrota

martes, 31 de marzo de 2009

Sobre la situación económica del Zamora

La directiva del Zamora C.F. anunció a finales de la pasada semana que el club no aguanta más. Los patrocinadores, que nunca fueron boyantes ni aportaron cantidades ingentes de dinero, se baten en retirada tan veloz como el Correcaminos y para la próxima campaña se espera que el presupuesto sea la mitad del actual. Es decir, una miseria.

Las estimaciones del presidente José María Casas rondan algo más de 600.00 euros. Estamos hablando de números semejantes a los años 2002 y 2003. De modo que el apartado económico va a sufrir una involución. En el apartado positivo: con ese dinero el Zamora C.F. entrenado por José Ramón Corchado jugó una fase de ascenso a Segunda División. No por tener más dinero se tiene más éxito. Aunque sí es cierto que el radio de los jugadores para fichar se reduce, y con ello su calidad.

Sin embargo, lo que más me sorprende de la noticia es que uno de los patrocinadores que dudan en seguir es General de Cuadros Eléctricos (GCE), la empresa que dirige José Fernández. El actual presidente del Tordesillas y, a la sombra, del Villaralbo tiene como una de sus aspiraciones ocupar la silla de Casas. De hecho, dice estar entrenado para ocuparla en un futuro no muy lejano.

Entonces, ¿por qué pretende retirar su patrocinio para la campaña que viene? Si, además, tenemos en cuenta que en un videochat del Norte de Castilla, Fernández aseguró que lo único que le falta al Zamora es “más dinero para fichar mejores jugadores”. Contradictorio, ¿no?. La primera respuesta que me viene a la cabeza es que quiere presionar a la Junta Directiva actual para que convoque elecciones anticipadas y poder subir ya al trono rojiblanco.

La publicidad es un pilar importantísimo del Zamora. En los presupuestos del año pasado representaba el 46%, por un mísero 27% de los abonos. De modo que la huída de algunas empresas que aportan dinero puede hacer más daño que un espaldarazo general de la afición. Puede que haya llegado la hora de preguntarse, ¿es el momento de reconvertirse en S.A.D.? ¿O la situación económica general de crisis lo desaconseja y habrá que seguir sufriendo unas cuantas temporadas en el vagón de cola de la Segunda B?.

A. Alvarez Rodrigo

jueves, 26 de marzo de 2009

La afición también juega

El Villarreal expedirá carnés de socio a coste cero a todos sus abonados que la próxima campaña estén sin trabajo. Medida digna de reconocimiento en momentos tan difíciles. El club que dirige Francisco Roig se está convirtiendo en una entidad moderna y totalmente volcada en sus aficionados. Lo que hace años era un club ascensor entre Primera y Segunda División, ahora se ha consolidado como uno de los más avanzados de Europa.

Lo encomiable de la decisión de la directiva castellonense es que protege a lo más valioso que puede tener un equipo: la afición. Ni Cazorla, ni Pellegrini, ni Pires, los fieles seguidores del submarino son el verdadero sustento y la verdadera causa del crecimiento del Villarreal. A veces a muchos directivos se les olvida que lo que siempre permanece con el paso de los años es la afición. Roig lo sabe y por eso los mima.

Los futbolistas, los patrocinadores y la gente del club van a crear un fondo común para que ninguno de los forofos que les animan en El Madrigal de manera religiosa se quede sin pisar la grada la próxima campaña. Nadie se ha quejado porque en Villarreal todos reman en la misma dirección y asumen la filosofía de humildad que ha implantado Roig y José Manuel Llaneza.

Del otro lado de la moneda, nunca mejor dicho, están directivas como la que encabeza Alfonso García, presidente de la Unión Deportiva Almería. En su aspiración por crecer más rápido de lo posible, en Almería han puesto unos precios abusivos desde el inicio de la temporada. Pretendían repetir el éxito del año pasado a costa, incluso, de la afición. Los abonos rondan entre los 400 y los 1.800 euros y las entradas entre los 95 y 45 en partidos no especiales.

Precios inasumibles para una provincia poco prolífica e incrustada en una de las Comunidades Autónomas con más paro de España. El resultado ahí está: el Mediterráneo con medio aforo jornada tras jornada. Sólo se llenó cuando García se bajó de las nubes y el Almería necesitaba vencer al Valladolid. Por cierto, ese partido lo ganó el equipo almeriense, después de remontar un 0-2 en la segunda parte y en inferioridad. Bueno inferioridad en el césped, pero superioridad en la grada. La afición también juega. Y Roig lo sabe.



A. Alvarez Rodrigo

domingo, 22 de marzo de 2009

Cristiano, Bugs Bunny y Florentino Pérez

La posible incorporación de Cristiano Ronaldo al Real Madrid puede ser un auténtico error. El club no necesita a un engreido y chulo que crea enemigos a mayor ritmo que admiradores. John Carlin, articulista de El País , así lo ve y refleja de manera maravillosa en su artítuculo dominical en la sección de deportes (22 de marzo).

John Carlin
- "Una vez le pregunté a un amigo italiano por qué veía tanto fútbol inglés y me contestó: 'Porque no paran durante los 90 minutos". Bobby Charlton, ex jugador del Manchester United e Inglaterra.

Ramón Calderón emergió esta semana de la tumba que él mismo se cavó para contarnos en la cadena SER que Cristiano Ronaldo ficharía por el Real Madrid en verano. El propósito del ex presidente del club fue dejar claro que su némesis y probable sucesor, Florentino Pérez, no debería recibir las gracias en el caso de que el portugués abandone el Manchester United por el Madrid. Porque fue él, Calderón, quien le ató.

Lo patético del caso es que, una vez más, Florentino, sin mover un dedo, le ha ganado la partida. El pobre Calderón nos recuerda a aquel obstinado cazador en los dibujos animados de Bugs Bunny. Una y otra vez, el cazador intenta pillar a Bugs, pegarle un tiro y acabar con él, pero, una y otra vez, de manera infalible, Bugs, frío como una zanahoria, se sale con la suya. El cazador vuelve y vuelve a intentarlo, no se rinde nunca, pero el tiro siempre le sale por la culata.

Con sus declaraciones sobre Cristiano, Calderón ha hecho dos favores a Pérez. Primero, si el jugador ficha por el Madrid, es posible que no dé el resultado esperado y, en ese caso, Pérez tendrá una coartada. No fui yo. Esto se consumó en un acuerdo previo a mi llegada. Pero, segundo y más importante (y más en serio), Calderón ha dado a Pérez, sin querer, una sana advertencia. Le habrá hecho reflexionar sobre la viabilidad de fichar al balón de oro portugués. Porque, como Calderón demostró durante sus dos años y medio en la presidencia, un fichaje suyo era una garantía de despilfarro. Donde ponía el ojo, fallaba, con pocas excepciones, el tiro.

Reflexionemos un poco sobre Cristiano, que se supone que costaría unas tres veces lo que costó Fernando Torres al Liverpool. Una de las lecciones que Florentino puede haber extraído de su época galáctica es que hay que fichar jugadores que poseen una fuerte personalidad competitiva, además de un gran talento. En este terreno, con Cristiano, afloran las dudas.

Mete goles por un tubo contra los Bolton Wanderers, los Fulham, los Middlesbrough..., pero su trayectoria en los partidos de máxima presión, contra rivales de envergadura, no es buena. Para elegir algunos ejemplos entre muchos, hizo poco en la final de la Champions contra el Chelsea la temporada pasada y, encima, falló un penalti. Hizo menos todavía para la selección portuguesa durante la Eurocopa que ganó España con un gol de Torres en la final. Y, en el partidazo de la temporada en la Premier League, la derrota del Manchester contra el Liverpool por 1-4 hace dos sábados, metió un penalti, pero, por lo demás, no se le vio. A diferencia de Torres, que en aquel partido, al igual que en la humillación del Madrid cuatro días antes, fue un torbellino.

Tampoco hay que simplificar. Cristiano anotó 42 goles la temporada pasada. Tiene un disparo formidable, un regate potente y va muy bien de cabeza. Se mereció su balón de oro, el primero que gana un jugador del Manchester desde los tiempos de George Best. Pero la diferencia con los que serán dos de los grandes candidatos para el premio este año, Torres y Messi, es que el portugués da la impresión muchas veces de no jugar para el equipo, sino para sí mismo. Tanto Torres como Messi, en cambio, juegan como si estuvieran dispuestos a morir por la causa. Por eso Torres es más querido por los fans de Anfield y Messi por los del Camp Nou que Cristiano por los de Old Trafford. Torres se desvive por la camiseta y Messi posee incluso más habilidad natural que Cristiano, pero siempre da el ciento por ciento y nunca pasa inadvertido.

Cristiano será un buen chaval en privado, ¿quién sabe? Pero en el campo tiene toda la pinta de ser un tonto engreído. Calderón vio en él mucho que le gustó, quizá porque en parte le recordó a sí mismo. Pero no está del todo claro que el portugués sea lo que necesita el Madrid para la gesta que se le exigirá la temporada que viene.

lunes, 16 de marzo de 2009

'Mister' Clough y la hazaña del Forest

Después de una larga ausencia de entradas os ofrezco a modo de disculpa una de esas historias que sorprenden y que sólo Enric González sabe y puede contar. Publicado el pasado 2 de marzo, responde a un gran pregunta: ¿hay algún club que haya ganado más Champions Leagues que Ligas?. Pues sí. Adelante.

La última gran batalla del viejo laborismo británico, socialista y cristiano, concluyó en marzo de 1985 con una derrota definitiva. Tras un año de huelga contra el Gobierno de Margaret Thatcher, los mineros se rindieron y en poco tiempo, una a una, las minas fueron cerrándose. Pero, antes de la huelga y del triunfo de Thatcher, aquella izquierda había disfrutado de una gloria irrepetible. Nunca en el fútbol europeo se había visto algo así. ¿Fútbol y política? Sí, por supuesto. A veces ocurre. El mundo de los símbolos es así de complejo.

Tomemos una ciudad: Nottingham, en el corazón industrial de Inglaterra. A mediados de los 70, Nottingham estaba perdiendo con rapidez sus fábricas textiles. La población decrecía. La crisis económica y la crisis del laborismo se unían en una sensación generalizada de declive.

Tomemos un equipo: el Nottingham Forest, tan histórico como deprimido. El Forest fue fundado en 1865 y adoptó el color rojo del revolucionario italiano Garibaldi; en 1976 poseía un pasado notabilísimo (patrocinó el nacimiento del Arsenal londinense, fue el primer equipo en experimentar las redes en las porterías y el arbitraje con silbato en vez de banderas) y un presente mediocre en la Segunda División.

Tomemos un joven entrenador: Brian Clough, que destacaba por su efectividad (le había dado una Liga al modesto Derby County en 1972), por su tremendo carácter y por su filiación laborista. Cuando había una huelga minera en las Midlands, Clough estaba ahí, animando a los piquetes y donando parte de su sueldo. Mister Clough, como exigía ser llamado, no puede ser comparado con los Mourinho o los Ferguson de hoy porque éstos no resisten la comparación. Una de sus frases célebres: "Ya sé que Roma no se construyó en un día, pero es que yo no me encargué de ese trabajo".

Ya tenemos la ciudad, el equipo y el técnico: una mezcla explosiva. En 1977, Mister Clough logró que el Forest ascendiera a la máxima categoría. Entonces empezó la fiesta: en la temporada siguiente, 1977-78, el Forest fue campeón de Liga. En 1979, el año en que Thatcher llegó al Gobierno, fue campeón de Europa. Y en 1980 lo fue otra vez. Ningún otro equipo europeo posee más Copas de Europa que títulos ligueros. El Forest logró la hazaña jugando limpio y raso: fue el primer equipo británico que amó el balón. Otra frase de Clough: "Si Dios hubiera querido que el fútbol se jugara en las nubes, no habría puesto hierba en el suelo".

Luego llegó la decadencia. Las estrellas como Peter Shilton y Trevor Francis se eclipsaron. Mister Clough se hundió en el alcoholismo. El 15 de abril de 1989, cuando Forest y Liverpool iniciaban una semifinal de Copa en el estadio de Hillsborough (Sheffield), una avalancha de espectadores causó 96 víctimas mortales. La tragedia de Hillsborough simbolizó el fin de una época. En 1993 llegaron el descenso y la despedida de Mister Clough.

El mejor entrenador británico (este título podría discutírselo su amigo Bill Shankly, pero nunca Alex Ferguson) murió en 2004, tras un trasplante de hígado que le dio unos pocos meses de tiempo suplementario. El Nottingham Forest malvive en la Segunda División inglesa. Lo que hicieron Mister Clough y el Forest nunca será superado.

martes, 3 de marzo de 2009

El delantero mudo

Su estrella no brilla porque al lado tiene al yerno de D10s. Pero tampoco le importa. Es sencillo, no le gustan los lujos, siempre trabaja a la sombra y nunca, nunca se ha quejado por que le cambien o por no jugar de titular. Diego Forlán, ese uruguayo de melena rubia y rizada más propia de una mujer que de un futbolista y con ojeras propias de un currante que casi no duerme, guió al Atlético de Madrid hacia la victoria en su duelo ante el F.C. Barcelona.

Es la primera vez que se destaca la figura de Forlán por encima de la de Agüero pese a aportar ambos los mismos goles en el triunfo colchonero (maldita la mala suerte atlética, su primer triunfo de entidad en la temporada beneficia a su eterno rival. La felicidad nunca es eterna). Sin embargo, el partido de ayer por fin encumbró al siete sobre el diez. Su partido fue perfecto. Siempre por detrás del argentino, fue quien lanzó los ataques, quien repartió el juego de un lado a otro, quien descolocó a Puyol y Márquez, quien hizo más daño sin recibir una patada (tan sublime fue su juego, que de las 15 faltas blaugranas ninguna tuvo como diana a Forlán. No le pudieron dar caza).

El uruguayo puso cordura en un partido loco, alborotado, sin cabeza, de cuchillos cruzados. Lógico, pues, que ganase el Atlético, un equipo que no sabe, ni puede controlar los partidos y que es el que mejor se mueve en el ámbito de la locura. Su defensa, un verdadero circo que en cada jugada aporta un nuevo número del que reírse, exige a la delantera rozar la perfección. El Barça, ese niño guapo, listo y bien vestido de la Liga, no sabe aún pelear en el recreo rodeado del resto de alumno que admiran en corro la lucha entre el empollón y el vago de la clase.

La enajenación del juego del Atlético no ha cambiado con Abel, quien quizás la ha aumentado con esa defensa adelantada (con Pablo, una lástima de jugador, otrora una promesa, hoy en día un ridículo) que desentona como una monja en un prostíbulo. Forlán, que llegó al Atlético con el dinero de Torres, pone ese contrapunto de cordura que necesita el equipo. Su Bota de Oro en el año 2005 y su gran carrera profesional deben merecer tantos o más respetos y halagos que Agüero. Sin embargo, el uruguayo, como en él es habitual, no se queja.


A. Alvarez Rodrigo

Foto: El País

domingo, 1 de marzo de 2009

Otro récord... pero algo ha cambiado

El Real Madrid se coloca a cuatro puntos del Barça (a falta de su encuentro contra el Atlético). Va a ser verdad que al final, de tanto repetirlo, el equipo de Josep Guardiola va a sentir el aliento a merengue. Otra historia será que se inquiete y pague con más puntos los nerviosos de rememorar lo que ocurrió hace dos temporadas. El protagonista de la victoria ante el Espanyol fue, otra vez, Raúl.

El 7 logró superar a Quini en la tabla de máximos goleadores de la historia de la Liga española. 220 tantos ya. Este récord se suma al de máximo goleador del Real Madrid, cuando igualó y más tarde amplió los 507 de Di Stefano. Son muchos goles, pero algo ha cambiado. Ya no pesan igual que antes. No le estoy restando valor a lo que ha conseguido Raúl, ni mucho menos. Me refiero a que ahora sus tantos no son tan decisivos como hace años.

Siguen siendo goles que dan puntos y victorias. Pero hace un tiempo, el blanco lograba marcar en partidos importantes, decisivos, cuando tenía que tirar del carro ante equipos de entidad. Me refiero a que ya no marca en encuentros como el del pasado miércoles ante el Liverpool, cuando el gol vale mucho más. Esos tanto que lograba antaño, ya no los consigue ahora.


A. Alvarez Rodrigo