El objetivo

El equipo ganador es el que se levanta el primero después de una derrota

sábado, 30 de mayo de 2009

Los maestros del relato

Porque para ser un buen entrenador no hace falta haber sido Balón de Oro. Por Enric González:

Hay grandes futbolistas que no saben jugar al fútbol. Y futbolistas mediocres, o poco más, que juegan como los ángeles. Son casos minoritarios, pero existen. ¿En qué consiste saber jugar al fútbol? En conocer el juego, simplemente. En conocerlo desde dentro, en dominar (y anticipar) los movimientos colectivos propios y ajenos, en intuir espacios que aún no existen. En comprender el sentido del relato que se desarrolla durante 90 minutos. En resumen, en saber por qué pasa lo que pasa.

Hay grandes futbolistas que ignoran todo eso. Recuerden a Rivaldo, por ejemplo. Tenía, y dentro de lo que cabe mantiene, un toque exquisito, una técnica individual refinada y una notable capacidad para inventar regates y disparos difíciles. No creo, sin embargo, que sea un buen jugador de fútbol. No creo que sepa por qué pasa lo que pasa durante un partido. El fútbol de Rivaldo comienza y acaba en sí mismo.

Otro ejemplo: Beckham, un deportista encomiable en muchos sentidos. Vive en un ambiente que eleva lo pijo a niveles grotescos; cuando salta al campo, sin embargo, se esfuerza como un debutante. Ha sobrevivido a múltiples defunciones futbolísticas y, ya en la decadencia, resulta todavía útil. Ahora bien, es un tipo de una sola jugada y de un solo pie: dobla el tobillo derecho y saca un centro estupendo. Y otro. Y otro. Es una máquina de golpear el balón. Háganle hacer otra cosa, y Beckham naufraga. No alcanza a comprender el intríngulis del juego.

Luego están los otros, los que carecen de características sobresalientes, los que no han nacido para acariciar el balón, pero entienden de qué va la cosa. Guardiola, sin ir más lejos. Guardiola fue un futbolista lento, frágil, sin especial talento para el pase larguísimo (comparado con especialistas como Schuster) y sin llegada a puerta. En términos estrictamente técnicos, Guardiola no valía la mitad que Xavi o Pirlo. El talento de Guardiola era, y debe seguir siendo, básicamente mental. Guardiola siempre daba la impresión de saber por qué pasaba lo que pasaba en un partido, y qué había que hacer para que las cosas siguieran igual, o cambiaran a favor de su equipo. Los ritmos, las distancias, los espacios, esos elementos que definen el futuro inmediato de un balón en movimiento, estaban en su cabeza.

Y no es cuestión de centrocampismo. Piensen en Romario, una de las cumbres estéticas del fútbol. Era un tipo que jugaba de espaldas al partido: cuando se procuraba un balón, inventaba un gol. Él se lo guisaba, él se lo comía. De Hugo Sánchez podría decirse que fue futbolista de una sola jugada, el remate: toque y gol. En realidad, era lo opuesto a Romario: sabía desde dónde partiría el centro, dónde iría a parar y en qué posición y postura debía encontrarse él para tocar y marcar, sin más florituras. Leía el partido y participaba en él como el centrocampista más iluminado. No se perdía ni una línea de la narración, aunque sólo apareciera en la última página. No hubo futbolistas más distintos que Guardiola y Hugo Sánchez. Pero ambos compartían una misma cualidad: cada uno en su estilo, fueron maestros del relato.

miércoles, 27 de mayo de 2009

El "mite"

Corría noviembre de 2001 cuando llegó a España una noticia que a muchos nos dejó helados: Josep Guardiola había dado positivo por nandrolona. Pep, que había dejado el F.C. Barcelona por el prehistórico juego italiano del Brescia, estaba señalado por la duda de la trampa. Él siempre luchó por su inocencia hasta que finalmente la consiguió.

Cuando a principios de verano Joan Laporta anunció el fichaje de Pep para reconstruir el Barça, corrieron ríos de tinta dudando de su inexperiencia. Recuerdo un artículo del periodista Santiago Segurola que, a contracorriente, defendía a Guardiola. Señalaba que Cruyff con el Ajax, Clemente con el Athletic, Sacchi con el Parma y Mourinho con el Oporto habían logrado grandes títulos para sus clubes en su primer año en el banco.

Guardiola comenzó a prepararse para ser entrenador cuando aún era jugador. Dejó la Liga española para entender las antípodas del Calcio, ese juego tan radicalmente opuesto a su idea. Pero sabía que de Italia sacaría grandes conocimientos defensivos. Probó otras culturas como la asiática de Qatar y la centroamericana de Méjico. Y cuando se sintió preparado, volvió.

Menos de 365 días después de acceder a un banquillo de élite, Guardiola ha logrado historia. Pero no una historia común. No. Es el primer triplete (Liga, Copa y Champions) de un club español. Pero, a buen seguro, ha logrado algo más difícil y que tardará en repetirse, si alguien lo logra alguna vez: convertirse en el primer entrenador del mundo en ganar la Triple Corona en su año de debut.

Mister Clough, el entrenador que consiguió ese peculiar hito con el Notthinghan Forest, que es el único club que ha ganado más Copas de Europa (dos) que Ligas (una), afirmó una vez: “Si Dios hubiera querido que el fútbol se jugara por las nubes, no habría puesto hierba en el suelo”. Desconozco si Pep lo conocía, pero ha logrado llevarlo a la práctica de la manera más bella. Es cierto que con Iniesta, Xavi y Messi es fácil. Pero el año pasado también estaban. Guardiola les ha convencido hasta el punto de que el astro argentino se siente “esclavo de su credibilidad”.

Guardiola evade el protagonismo, huye de los focos, disfruta en la sombra y le cede la atención a los jugadores, los verdaderos artífices. Podríamos hablar de todos. Pero lo que quedará en la retina de los culés y de los amantes de fútbol es que el 27 de mayo de 2009 Pep dejó de ser Guardiola y se convirtió en el mito, el “mite”.

A. Alvarez Rodrigo

lunes, 25 de mayo de 2009

Una vuelta al estadio Olímpico

Peculiar previa para el diario El País de Enric González para el partido del miércoles entre el Manchester United y el F.C. Barcelona que dilucirá al nuevo campeón de Europa. No habla de entrenadores, ni de jugadores ni de los clubes. Habla del estadio.



Es una gran final y, como suele decirse cuando no se sabe qué decir, puede pasar cualquier cosa. A no ser, claro está, que el escenario influya. Si el estadio Olímpico, con su pasado y sus fantasmas, tiene voz en el asunto, hay que esperar pelea y sufrimiento.

El Olímpico recuerda la final de la Copa de Europa de 1984, que el Roma jugaba en casa frente al Liverpool y perdió en los penaltis: el lugar es experto en decepciones. Recuerda también la final del Mundial de 1990, la más indigesta de todos los tiempos (Alemania, 1; Argentina, 0). Y, por supuesto, los clásicos tremebundos entre el Lazio y el Roma. Ha trasegado decenas de partidos de abordaje, cuchillo en boca y cuerpo a cuerpo. Tras un derby de 1971, el entonces director del Corriere dello Sport, Antonio Ghirelli, resumió en pocas y entusiásticas palabras el espíritu dominante: "Ha sido un gran derby: feo, raro, malparido, pero grande".

Habrá quien, ante los mármoles y las estatuas, invoque a los gladiadores. Seguro: "La final de los gladiadores". No nos equivoquemos: el Foro Itálico, que incluye el estadio, nació como Foro Mussolini y sólo en los sueños fascistas tiene algo que ver con el antiguo imperio. Resultan lógicos, por tanto, la estética general, el monolito dedicado a Mussolini y los mosaicos con la inscripción Duce, Duce, Duce. La evocación fascista liga con el pasado de los dos inquilinos habituales. Especialmente, contra lo que habitualmente se supone, con el del Roma.

Nadie es responsable de su nacimiento, pero el Roma fue el resultado de una orden de Mussolini. El dictador, que procedía del norte, se esforzó en equilibrar el país mejorando el nivel del sur: saneó los territorios pantanosos, impulsó la agricultura y mejoró los ferrocarriles. Fallaba el fútbol: Roma, capital del imperio que soñaba el Duce, no ganaba ni a tiros. La SS Lazio, una sociedad fundada en 1900 por un grupo de burgueses entusiasmados por los ideales olímpicos (de ahí, los colores blanco y azul celeste, los de la bandera griega), se veía incapaz de competir con los equipos de Turín, Milán o Bolonia. ¿Solución? Fusionar a todos los equipos que jugaban en Roma.

El Lazio, respaldado por un jerarca del régimen, se negó. Y de la unión de todos los demás, empezando por la Ginnastica Roma, en 1927 surgió la AC Roma. De ahí surgió también la mala fama del Lazio, acusado de orgullo e insolidaridad por negarse a fundirse con el resto. Poco a poco, la propaganda romanista creó el estereotipo del laziale ajeno a la ciudad, procedente de los suburbios o de los pueblos de la provincia. Y empezó a apodar burini, catetos, a los aficionados blancocelestes.

Como se ve, la mala sangre entre romanistas y laziales viene desde siempre. En pocas ciudades se viven los clásicos con el encono de Roma. Cuesta pensar que toda esa bilis no se haya filtrado, año tras año, en las piedras del estadio. La bilis y también las lágrimas porque no es raro salir llorando del Olímpico: basta con acudir a un derby, o a un Roma-Nápoles, o a un Lazio-Livorno, o a un Roma-Juventus. Lo más normal, tras esos partidos, es que un sector del público remate la jornada atacando a la policía y que la policía responda con gases lacrimógenos. De ahí, lo de salir con llanto.

Ocurrirá otra vez el miércoles. No por los gases, esperemos, sino por el orden natural de las cosas: conviene recordar que las finales están hechas para llevar hasta el éxtasis a la mitad de los espectadores y para dejar hecha polvo a la otra mitad.

sábado, 23 de mayo de 2009

El FS Zamora ya es de División de Honor

Es la primera vez que escribo sobre fútbol sala. ¡Y qué mejor ocasión que el ascenso del Arcebansa F.S. Zamora a División de Honor! Un club creado hace nueve años y que subió a División de Plata hace cuatro. Toda una anomalía en la capital del Duero. Un club exitoso, triunfador y que no se achica ante nada. Recuerdo que en los dos primeros años en Plata se sufrió lo indecible. Si entonces hubieran pronosticado este ascenso, la inmensa mayoría pensaríamos en una filfa.

Pero no. Zamora tendrá la temporada que viene un club en la élite de un deporte. Un deporte peculiar en nuestra provincia. Se practica muchísimo, sin embargo, hasta que se creó el F.S. Zamora no había una afición. Personalmente, juego mucho al fútbol sala, pero no acostumbraba a ver muchos partidos profesionales. Ahora, estamos obligados a comprar la Guía Oficial de la Liga Nacional de Fútbol Sala.

Tras darle la enhorabuena a toda la gente que participa en este proyecto que encabeza Justy Fernández, hay que empezar a pensar en no perder la cabeza. Hay un aviso: los retrasos en los pagos de las mensualidades a los jugadores. No gastar más de lo que se tiene. El ejemplo está en el primo de la capital: el Zamora C.F.

Se debe soñar. En realidad, creo que esto ya es un sueño. Zamora se va a unir a ciudades como Segovia, Lugo o Guadalajara. Provincias pequeñas, olvidadas y hundidas en fracasos y miserias. Lejos de las grandes urbes, pero que se agarran a equipos como el F.S. Zamora para soñar, vivir el deporte y pasar nueve meses viviendo al límite la emoción del fútbol sala.
El equipo ya ha hecho su trabajo. El turno pasa a las instituciones (el pabellón nuevo urge) y las empresas (en época de crisis, la publicidad es la mejor forma para remontar el vuelo).

Gracias y felicidades.

A. Alvarez Rodrigo


Florentino se enfrenta a la impaciencia

Excelente artículo de Alfredo Relaño, director del diario As, en el que solicita paciencia a los madridistas para construir el futuro.

Controlar la impaciencia, ésa es la clave en el fútbol, más quizá que en ninguna otra actividad de la vida. Lo pensaba ayer en Ceuta, donde pasamos un magnífico día, culminado con un debate-coloquio sobre la prensa deportiva. Como es inevitable, se convirtió en debate-coloquio sobre el Madrid y el Barça, sobre sus parecidos y sus diferencias. Nadie discute algo: el Barça de hoy es la perfección. Sobre el Madrid hay ilusión, basada en lo que se espera de Florentino, pero empieza a detectarse cierta impaciencia.

¿Cuándo el entrenador? ¿Cuándo Cristiano Ronaldo? ¿Cuándo se irá este o aquel? Aún no ha empezado el periodo electoral y ya se espera que Florentino gobierne, que fiche, presente y coloque sobre el campo de nuevo un equipo rutilante, con galácticos de los de a 80 millones la pieza, con muchos españoles para que vuelva a 'notarse' el Madrid en la Selección, con defensas firmes, laterales explosivos, un par de creadores, extremos incisivos y un gran goleador. Todo eso, o poco menos, se espera para una semana, dos a lo más tardar. Y no va a ser así, conviene que nos vayamos acostumbrando.

Y los primeros, nosotros, los periodistas, que tenemos y metemos más prisa que nadie. Y, sin embargo, no puedo dejar de entender cierta pesadumbre que alcanza al aficionado con esta especie de calma chicha, que contrasta con la espectacular aparición de Florentino en el Ritz. "Hay que hacer en un año lo de tres". Esa frase entusiasmó, pero ahora Wenger dice que no, choca el bandazo hacia Mourinho, se oye que lo de Cristiano, que estaba hecho, hay que abaratarlo... Ayer, mientras los barcelonistas presumían de su inminente final de Champions, los madridistas pedían algo, una noticia, un fichaje, una confirmación. La impaciencia acompaña al fútbol. El secreto es dominarla.

miércoles, 20 de mayo de 2009

El fútbol es del aficionado, señor Suárez

El deporte lo integran muchos factores. Están los directivos, los entrenadores, los publicistas y los propios deportistas. Sin embargo, no hay nadie más importante que la afición. La gente es la que decanta un deporte como el rey del país. En España, es el fútbol. Como dice Manuel Vicent: “España es un partido de fútbol”.

Aplíquese el cuento, señor presidente del Real Valladolid. No intente coartar la libertad del aficionado a base del peor arma que hay en estos tiempos: el dinero. Su medida de subir los precios de los 30 a los 75 euros es pueril y cobarde. Su objetivo de evitar que “la mareona” no tiña de rojiblanco el estadio José Zorrilla ha dado resultado. Pero la imagen del Real Valladolid ha salido dañada.

A los sportinguistas les dará igual, pues verán a su equipo igualmente. ¿Qué culpa tiene el Real Sporting de padecer una de las mejores aficiones del país? ¿Acaso hay miedo en el Real Valladolid de una mayor presencia visitante que local en la grada? Ese es el único argumento. Pues incentive la presencia de los vallisoletanos para que acudan en masa este sábado o ponga las entradas durante todo el año a ese precio. Pero no time ni abuse del candor gijonés.


A. Alvarez Rodrigo

Foto:Diario As

martes, 19 de mayo de 2009

La lectura de los clásicos

Recupero otra joya de ENRIC GONZÁLEZ. Este texto fue publicado en el diario EL PAÍS el pasado 23 de febrero.

Para aprender periodismo deportivo basta con estudiar a dos clásicos, italianos ambos: Gianni Brera y Candido Cannavó. En esos dos hombres está todo. Por supuesto, jamás anduvieron de acuerdo.

Gianni Brera inventó el lenguaje del deporte italiano. Fue un escritor espléndido, elevó a niveles insuperables las crónicas de ciclismo y dio legitimidad al juego cínico y reservón con el que muchos identifican al calcio. Un tipo tremendo, Brera. Grueso, arrogante, racista, con una cultura enciclopédica y un carácter insufrible. Su secreto fue revelado tras su muerte: amaba el fútbol delicado y creativo de Gianni Rivera, pero no podía decirlo sin echar por tierra sus teorías sobre las bondades de la defensa, el patadón y el gol de picardía.

El sur italiano y sus habitantes ocupaban un puesto muy alto en su lista de manías. Brera, hombre del norte, toleraba con dificultad la existencia de Roma; cualquier cosa al sur de la capital le parecía insufrible. ¿Creen que un hombre así no podía ser un gran periodista? Se equivocan: fue grandioso. No sólo observaba el deporte como nadie (la agonía de un ciclista rezagado en la escalada, el cambio táctico que decanta un partido); era un maestro de la provocación inteligente y la polémica de profundidad, elementos fundamentales para la prevención del atontamiento.

Lo que hizo en 1983 fue perfectamente previsible: denunció que La Gazzetta dello Sport, el diario en el que había escrito sus mejores piezas, era víctima de "una conspiración sureña". La "conspiración" consistía en que La Gazzetta, el diario con mayor difusión en Italia, había quedado en manos de un director siciliano. El siciliano, llamado Candido Cannavó, prefirió no discutir con su ilustre colega y ponerse a trabajar.

El lector avisado puede imaginar la dificultad que entraña dirigir la Biblia rosa del deporte italiano. En España resulta un poco más sencillo porque los diarios deportivos tienen una clientela concreta. Para entendernos, no habrá muchos socios del Barcelona que compren el As ni muchos del Madrid que compren el Sport. La Gazzetta, en cambio, se ve obligada a mantener las distancias, cosa no siempre posible.

Cannavó, por ejemplo, opinó tras la tragedia de Heysel que el Juventus debía devolver la Copa y dejar vacante el título europeo: los aficionados juventinos empezaron a detestar al pobre director siciliano y bastantes se pasaron al Tuttosport, un diario inequívocamente blanquinegro. También hubo bronca cuando Cannavó se mostró partidario de que las maniobras de Luciano Moggi, el director deportivo del club de los Agnelli, fueran castigadas con el descenso del equipo. La peor bronca de todas fue interna: cuando afloró el dopaje en el ciclismo, Cannavó exigió la máxima dureza; cabe suponer cómo se lo tomaron los dueños de La Gazzetta, diario patrocinador del Giro.

Cannavó no escribía tan bien como Brera o como Gianni Mura, el gran cronista de La Repubblica. Pero era un grandísimo periodista, honrado y, además, bondadoso, tanto como para proclamar tras la muerte de Brera, en 1992, que su correoso rival había sido el mejor. Dejó la dirección de La Gazzetta en 2002, después de 20 años, y se instaló en una oficina pintada de rosa, como las páginas del diario, para escribir columnas de portada y libros sobre la vida carcelaria o los discapacitados físicos. Eran, a su manera, libros sobre el deporte porque hablaban de la capacidad humana para superar las dificultades.

Candido Cannavó, nacido en Catania en 1930, sufrió una hemorragia cerebral el pasado jueves mientras trabajaba en La Gazzetta. Falleció ayer por la mañana.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Camino a la gloria

Mientras en un hotel Florentino Pérez contrae la atención de medio mundo, voy yo y les hablo de la fase de ascenso a Segunda División A. ¡Menuda pequeñez! ¡Qué infamia! Y encima anoche se jugó la final de la Copa del Rey. ¿Por qué no hablar del campeón? O, bueno, aunque sea… ¿cómo no tratar un poco el tema de la ACB y su decisivo play off (menuda redundancia lo de decisivo, pues todos los play off lo son)?

Tras dudar un poco el tema de mi artículo, me decanté por la Segunda División B. Sí, esa gran desconocida. Para algunos por desgracia, no tanto. La división de bronces es un verdadero infierno. Pero un infierno que quema, no como la Segunda A, que por mucho sufrimiento que fuese para el Atlético, es una verdadera gloria.

Pues eso, que ya entramos en la recta final. En juego cuatro plaza para 16 equipos. Para los despistados, esta temporada el sistema ha cambiado un poco. En resumen: los cuatro primeros de los grupos se juegan dos puestos; los perdedores se unen a los otros doce clubes en un play off (¡decisivo, claro está!) que otorgará las otras dos plazas.

El sorteo nos ha brindado una verdadera joya, un lujo para lo que es la Segunda B. Cádiz C.F. y Real Unión de Irún se medirán por uno de los billetes fijos. Puede ser el regreso del histórico Irún, que desde su descenso en la temporada 64/65 no ha levantado cabeza; o la vuelta del simpático conjunto gaditano una año más tarde. Los dos representan culturas diferentes: la fría hinchada norteña ante la calurosa afición surista; el orden táctico ante el juego ofensivo; el rigor defensivo ante el canto al gol.

En la otra final, Alcoyano y Cartagena. El pasado ante la bisoñez. En Alcoy llegaron a ver la Primera División cuatro años. Pero pocos la recuerdan porque fue hace mucho. En Cartagena viven con fervor el fulgurante repunte de un club refundado en 1995, heredero de aquel creado en 1919 y que a mediados de los noventa cayó en el vicio de gastar más de lo que podía.

El resto (Cultural, Ponferradina, Zamora, Lorca, Alcorcón, Leganés, Villarreal B, Sant Andreu, Sabadell, Jaen, Poli Ejido y Marbella) deberán luchar más que nunca porque han de pasar hasta tres eliminatorias para poder subir. Queda mucho en juego. La solución, en junio.

Por cierto, ¿qué les parece lo de Florentino?


A. Alvarez Rodrigo>

lunes, 11 de mayo de 2009

"Yes, we can" porque "I have a dream"


Recupero dos citas históricas de la política de Estados Unidos. Una la pronunció Martin Luther King en su lucha por la igualdad de derechos entre la raza blanca y la raza negra. Fue un arrebato para solicitar justicia. Al Zamora C.F. el fútbol le debe un ascenso a la Segunda División A. La clasificación para su (nuestra) quinta fase de ascenso a se antoja como la oportunidad de oro para lograr la ansiada ascensión. “El día de la ascensión” rezaba el cartel del partido ante el Rayo Vallecano.

Esta tiene que ser la fase de la justicia. Porque el club, y cuando digo club me refiero a presidente, directivos, entrenador, afición, ciudad y jugadores, han de ver correspondido todo el esfuerzo y la insistencia. ¡Presidente y directiva!, diréis algunos. Pues sí. El trabajo de la junta que encabeza José María Casas (y de Miguel Ángel Álvarez Tomé) ha sido más que encomiable. Hacer una plantilla que va a jugar un play off por segunda temporada consecutiva, partiendo de cero, con unas pobres posibilidades económicas, rivalizando con clubes de mayor caché y sin arrastrar deudas, es casi un milagro. Y la quinta fase en ocho años. Una, dos o, incluso, tres veces puede ser cuestión de azar. Pero cinco no.

Luego he escogido el “Yes, we can” de Barack Obama, un luchador que nunca se dio por vencido. Pese a su condición de negro, pese a su escasa experiencia, pese al carácter más bien moderado de los votantes americanos, pese a la magnitud de su reto, Obama nunca dudó. Siempre creyó en él y en su equipo. Tomé y la plantilla han sido criticados toda la campaña. Primero por el poco acierto de cara a gol, pese a su excelso nivel de juego. Luego por su desamparada imagen, pese a las numerosas lesiones (más de cien llegó a contar el entrenador rojiblanco en la rueda de prensa del domingo). Sin embargo, ellos han creído en que podían conseguir una de las cuatro plazas.

Poco importa la distancia que ha habido entre equipo y afición esta temporada; poco importa que habrá que ganar tres eliminatorias para lograr la plaza en la Liga Adelante; poco importa que el resto de clubes tienen más posibilidades económicas; poco importa que se ha de ahorrar jabón y pintura para afrontar un gasto extra en el presupuesto. Ahora sólo importa el equipo. Sí, podemos porque yo una vez tuve el sueño de ver a mi equipo en Segunda División A.



A. Alvarez Rodrigo

Foto:Zamora C.F.

viernes, 8 de mayo de 2009

Valladolid regresa a su sitio


Justo hace 52 semanas el C.B. Valladolid descendió a la liga LEB Oro después de 25 años en la ACB. Hoy el club pucelano ha retornado a la élite después de asegurarse matemáticamente la primera plaza, la única que da el ascenso directo. La victoria en el duelo regional ante el Burgos, sumado a la derrota de Melilla en casa ante el descendido Illescas ha hecho que el equipo que dirige Porfirio Fisac devuelva a su sitio a una institución demasiado castigada por el “caso Forum”.

La temporada no ha sido nada fácil. Comenzó de manera irregular y las críticas llovían sobre el equipo y el entrenador. Sin embargo las victorias ante Alicante, Melilla y León en la primera vuelta dieron un soplo de confianza al equipo que le aupó al segundo puesto. De ahí al primero fue cuestión de tiempo. Aunque hubo tropiezos. El partido ante el Clínicas Rincón (el único que he presenciado en directo, el resto por la genial página de la FEB, lo único que voy a echar de menos de la LEB) evidenció que la plantilla quizá era un pelín corta.

La alegría del ascenso contrasta con la incertidumbre del futuro. José Luís Mayordomo, presidente de la entidad, aseguró hace un año, justo cuando cogió las riendas, que el proyecto era para subir en dos años, puesto que la deuda era demasiado grande. Curiosidades del deporte: cuando el presi no quiere que su equipo suba, éste va, y asciende. Los jugadores han cumplido, ahora les toca a los directivos confirmar el puesto ACB en los despacho.


A. Alvarez Rodrigo

jueves, 7 de mayo de 2009

Belleza ideal

Cuentan, no sé si será verdad, que un día en los campos de La Masía Pep Guardiola, cuando aún jugaba con el 4 a la espalda, le dijo a Xavi: “Tú me retirarás a mí. Pero este nos va a jubilar a los dos”. Guardiola se señalaba a un adolescente bajito, escuchimizado, lechoso y con cara de no haber roto un plato en su vida.

Sí, ese chico era Andrés Iniesta. El mismo que nació en Fuentealbilla hace 24 años. El mismo que se fue imberbe de Albacete a Barcelona. El mismo que lloraba por las noches añorando a sus padres mientras miraba por la ventana al Camp Nou. El mismo que representa un modo de fútbol que llevó a España a lo más alto de Europa. El mismo que anoche hizo justicia.

Bueno, aclaro esto de la justicia. Seamos sinceros. El Chelsea ha jugado mejor en los dos partidos. Jugar mejor no quiere decir jugar bonito, ¿vale? El equipo de Guus Hiddink ha logrado anular al Barça durante 180 minutos. Su estilo ha sido acre pero redaño.

Sin embargo ha ganado la belleza. Los culés han sabido sufrir. Pero el gol de Iniesta se convirtió en el premio a un estilo y, sobre todo, a una filosofía. En el once inicial que saltó ayer al césped de Stanford Bridge había seis canteranos. SEIS. Más Pep, Bojan y Pedrito que estaban en el banquillo.

No me cae bien Joan Laporta. Bueno, no voy a mentir. Me resulta prepotente, insolente y, en ocasiones, hasta chulo. Pero este Barça representa una belleza ideal. Hubiera sido injusto apartarle de una final que merece más que ningún otro club.

Enhorabuena Andrés. No serás guapo, ni saldrás en anuncios de calzoncillos, ni tendrás balones de oro, ni te llamarán CR7 ni nada por el estilo. Pero tú sí que eres un ejemplo a seguir, como jugador y, lo más importante, como persona.

Felicidades culés.

A. Alvarez Rodrigo

lunes, 4 de mayo de 2009

Sr Gutiérrez

El siguente artículo podría ser obra de cualquier buen periodista que escribiese en el As o el Marca. La visión del fútbol que tiene el autor del texto que aquí abajo les dejo no concuerda muchas veces conmigo. Sin embargo, su opinión es tan válida como la mía. Y muchas veces, cuando se explica así de bien, me llega a convercer. Esta vez, lo has conseguido Hugo Monsalve. Les desjo el original, que este madridista mandó al diario As. Luego Relaño le dio un poco de maquillaje y perdió algo de naturalidad.

“Cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificár-sele por este signo: todos los ne-cios se conjuran contra él”.

Esta reflexión parece hacer refe-rencia a la vida del 14 madridista, pudiendo citar cada partido en el que participa no me voy a ir más lejos que a la pasada jornada 32, partido contra el Getafe en el Bernabéu. El partido se complica, el luminoso marca 1-2 y hacer un gol parece imposible, ¿qué sucede? Don José, celoso de la Virgen María, se pasó por la castellana y obró el milagro que todos esperá-bamos, y por la escuadra. Con el empate el Madrid se metió en el partido y pasó lo que todos sabemos, los locales se llevaron la victoria, lógicamente Higuaín y Casillas fueron laureados.

Sin embargo, él, que sirvió un gol en bandeja desperdiciado por Huntelaar, rompió el marcador cuando parecía imposible y no hizo un buen partido debido en parte a que el juego del Madrid carece de bandas a las que dar salida al balón obligado a buscarse un hueco por el medio de la zaga, a él, ningún medio le reconoció nada, todos coincidieron criticándole, dijeron que estuvo ausente y que mostró una de sus peores versiones…

Encuentren uno mejor y tráiganlo.