El objetivo

El equipo ganador es el que se levanta el primero después de una derrota

lunes, 17 de noviembre de 2008

Vidas paralelas

Artículo de Enric González publicado en El País (17 de noviembre de 2008). Una delicia, como acostumbra.



En el fútbol, cada uno es cada cual. Pero algunas instituciones se parecen bastante entre sí. Real Madrid y River Plate, por ejemplo. Ambos clubes tienen casi la misma edad (un año más viejos los argentinos), el mismo color blanco (con una franja roja los argentinos) y la misma convicción de pertenecer a una cierta aristocracia futbolística. Para entendernos: cuando Real o River pierden de forma miserable, siempre hay alguien que escribe que sus jugadores han deshonrado una camiseta de historial glorioso. Eso, la obsesión hidalga por la honra y la deshonra, lo tienen muy compartido. Ambos se consideran, currículum en mano, las sociedades deportivas más importantes de sus respectivos países.

También les une Alfredo di Stéfano. El héroe supremo del madridismo surgió de la cantera millonaria. A los de River se les llama millonarios por las fortunas que, en los años 50, gastaban en el mercado futbolístico: sus alardes económicos no eran muy distintos de los del Madrid de la época. También se les llama gallinas desde que, en una visita a la cancha de Banfield, alguien arrojó al césped una gallina y Óscar Pinino Mas, estrella de River, le pegó una patada al pobre animal para devolverlo a la grada. ¿Ven? Otra coincidencia: en 1973, cuando la Liga española volvió a abrirse a los jugadores extranjeros, el Madrid fichó precisamente a Pinino Mas. Ahora tiene otros dos productos hechos en El Monumental de River, Saviola e Higuaín.

Resulta curioso que Real y River, vigentes campeones en sus respectivos países, coincidan ahora en la crisis. La de los millonarios es muchísimo más grave: ocupan el último lugar de la tabla, han sido apeados de la competición continental y su entrenador, Simeone, dio el portazo la semana pasada. Ambas crisis, sin embargo, van más allá de los resultados. Tanto River como Real han ido perdiendo desde hace algunos años el sentido del juego y no recurren a otra cosa que a su ADN, en el que manda eso que llaman carácter. El River de Simeone ganó el Torneo Clausura del primer semestre con un fútbol muy ofensivo, pero ha vuelto a las dudas y la rabia anteriores a ese paréntesis. El Real, con Capello y con Schuster, ganó las dos últimas Ligas "apelando a la épica", como dice la prensa castiza. O sea, jugando mal. Y, por lo visto hasta ahora, no se perfila como favorito ni en la Liga ni en Europa.

Hay algo, sin embargo, que distingue a Real y River. La diferencia está en los otros. Hace unos pocos años, la Federación Argentina decidió que no descenderían de categoría los últimos clasificados, sino los que registraran peor promedio en las anteriores tres temporadas. Eso se hizo para salvar a los millonarios, que estaban en el fondo del pozo, pero tal vez algún día sirva también para salvar a Boca Juniors. El caso es que hubo que montar un mecanismo para conseguir que el megaderby argentino, River-Boca, pudiera seguir disputándose en Primera por los siglos de los siglos. En España, eso no hace falta. Real Madrid y Barcelona están siempre arriba y se reparten los títulos: en dos décadas, desde 1988, sólo en cuatro ocasiones han dejado de mojar uno u otro.

Eso, el distinto nivel de la competencia, muy fuerte en Argentina, en España limitada casi exclusivamente al rival de siempre, distingue a River y Real. Yo creo que, en un sentido amplio, es mejor lo de River. Mejor para todos.

Foto: El País

sábado, 15 de noviembre de 2008

No entiendo de fútbol

El Madrid pierde contra el Valladolid en Zorrilla. De fondo escucho a Heinze decir que el equipo no juega mal. En Internet leo que Schuter está tranquilo. En el fondo uno se siente contrariado. ¿Acaso yo he visto otro partido? ¿Acaso los que jugaron en Pucela de azul no era el Real Madrid? ¿Me ha puesto el camarero otro partido? Tanta dudas, tantas preguntas sin respuesta. Bueno sí, hay una. O yo o ellos no vemos lo mismo.

Si soy yo el que tiene que graduarse la vista, cosa que hice en septiembre, pues en el fondo estaré tranquilo. No por la vista, ya que tendré que comprarme una gafas con un cristal bien grueso sino porque en realidad me doy cuenta de que yo no sé nada de fútbol y que el Real Madrid acabará ganando algo (la Copa ya creo que no, a no ser que me lo desmienta Schuster o Mijatovic), al igual que hace dos años Capello encabezó semejante remontada, después incluso de que en el Marca pidieran su cabeza a tumba abierta. Entonces pensé que aquello, remontar de tal manera, había sido un fenómeno de la naturaleza. Como la aurora boreal. Pero ahora, que yo no sé de fútbol, pienso que pudo ser una estrategia que Schuster ha planeado desde el inicio para conquistar su segunda Liga consecutiva con el Madrid.

Dentro de mi confusión y mi desconocimiento ya no sé si el Barça juega bien o no. A ver si le preguntan al alemán o a cualquiera de la plantilla para cerciorarme de que definitivamente he perdido la cabeza y que después de tantos años jugando y viendo fútbol, definitivamente no me han servido para nada.

Schuster dice que el Madrid no mereció perder. Yo creo que sí. Pero claro, él ha sido jugador profesional y tiene carné de entrenador. Sin embargo, yo soy un simple aficionado. Definitivamente, no entiendo nada de fútbol.

A. Alvarez Rodrigo

Foto: Marca

martes, 11 de noviembre de 2008

Sin Nadal, pero... ¿por qué no?

Se confirmó el peor augurio: Nadal no jugará la final de la Copa Davis contra Argentina. España pierde a uno de sus mayores pilares. No sólo porque el manacorí es el actual número 1 del ránking de la ATP, sino también por el miedo que le tenía el país suramericano. La cargada temporada que ha sufrido Rafa le ha provocado una tendiditis en su rodilla derecha. Dice que no puede aguantar el dolor. ¡Cuán fuerte tiene que ser para que este toro no lo soporte! En total ha jugado 93 partidos que le han llevado a desbancar a Roger Federer, rey e incluso tirano del tenis mundial en el último lustro.

Al tiempo que se anunciaba su renuncia, en Argentina saltaban de alegría. El rival de España, que parte con el factor cancha a favor, ya se ve campeón por primera vez en la historia de la mítica ensaladera que corona al mejor equipo nacional de tenis. Vamos, es lo más parecido a un Mundial. Pero, precisamente porque se trata de una competición por equipos, la eliminatoria no está perdida. Ahora la estrategia es aprovechar la euforia y casi, casi, la prepotencia de la que están pecando los albicelestes para afrontar la final con mucha más rabia y fuerza.

En el mismo momento en que concluyó la semifinal, desde Buenos Aires ya se calentó el duelo. ¡Los argentinos son expertos en ello! Aquellas palabras de Juan Martín del Potro, fruto de la euforia y de la obsesión con Nadal, avisaron de que va a ser un partido vibrante y muy caliente. Tal es el grado de fiebre de los argentinos con el número 1 del mundo que cambiaron de pista. ¿Y ahora qué? Pues ahora ya se ven campeones porque no está Nadal. Sin embargo, Argentina olvida una cosa: la final la juegan contra España, no contra Nadal. Si fuese por un jugador, Suiza ya habría llegado a alguna final.

Si uno mira el ránking de la ATP se encuentra a cinco tenistas españoles entre los 41 mejores. Por su parte, Argentina sólo tiene a dos. Sí, es cierto, uno es del Potro, en gran estado de forma y con un juventud que rebosa ambición y un gran futuro, pero que está jugando el Máster Series de Shangai; y el otro Nalbandián, el mejor tenista de su país (con permiso de Guillermo Vilas) y gran artífice de que Argentina esté en la final, pero que no ha tenido una buena temporada. También es cierto que en los partidos individuales España parte ahora con mucha desventaja.

David Ferrer ha realizado un año por debajo de las expectativas y Almagro, presumible recambio de Nadal, no ha obtenido grandes resultados en los torneos importantes. En lo que respecta al “dobles”, por una vez veo a los nuestros con más opciones. Desde el principio se creó una pareja (Verdasco-Feliciano) con el objetivo de sacar un resultado en la final. Ahora ha llegado su momento. Los argentinos no tienen un “dobles” fijo, ya que Nalbandián (que suele jugar tres partidos si la eliminatoria se complica) ha compartido cancha con Caña y Acasuco (que será su compañero, ante la ausencia de Cañas en la convocatoria de Mancini).

La posible saturación de Nalbandián, la prepotencia argentina, más la ambición y la humildad de un grupo de tenistas que nunca han ganado la Davis tienen que llevar a España a alzar su tercera ensaladera. ¡Acaso no ganó la selección de baloncesto una final del Mundial sin Pau Gasol!


A. Alvarez Rodrigo

Foto: El País

sábado, 8 de noviembre de 2008

El mejor recuerdo

Para aquellos que disfrutamos del fútbol y que sufrimos con la Selección, ahí va un excelente reportaje de Informe Robison sobre la Eurocopa de Austria y Suiza que ganó España

http://www.plus.es/esp/informe_robinson/t2p2/_esp_//index.html

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Sobre Iturralde, aficionado del Athletic


Las últimas semanas están siendo muy prolíficas en cuanto a comentarios absurdos y que dan juego para crear polémicas. Si hace siete días comentaba las declaraciones de Ferguson y Mijatovic sobre el franquismo, uno, y sobre conspiraciones arbitrales, otro, en esta ocasión el figura ha sido Eduardo Iturralde, cuyo nombre artístico es Iturralde González. Este árbitro de la Primera División se declaró aficionado del Athletic de Bilbao en una radio vasca, amén de meterse con tal y cual grupo de comunicación que a mí me trae sin cuidado.


El caso es que este colegiado ha tomado partido por uno de los clubes a los que puede que tenga que juzgar indirectamente en el futuro. Es, más o menos, como lo de la Reina y sus afirmaciones sobre el matrimonio gay. Iturralde tiene que comprender que él es un juez, y por tanto imparcial, de una competición en la que se mueve mucho dinero. Por muchos sentimientos que tenga, no debe hacerlos públicos. Ahora se ha posicionado y todas sus acciones van a ser miradas con lupa, más aún si cabe. Le lloverán las críticas y las tortas en los estadios cuyo equipo se juegue algo con el Bilbao. Luego, volverá a salir del agua para quejarse de la persecución que sufren los árbitros.


Es cierto que en la sociedad futbolística los trencillas tienen una mala fama. Bueno, unos más que otros, pues un servidor prefiere el arbitraje inglés al español. En un partido de la Premier los colegiados hablan con los jugadores, les explican el porqué de la amonestación o les avisan de una manera cordial de una posible tarjeta. Por su parte, Iturralde es de la escuela “Yo mando, yo saco la tarjeta y aquí que nadie hable porque se va a la calle”. El colegiado vasco se ha metido en un callejón sin salida. Y la única solución que veo es que deje el arbitraje de Primera División, porque si no podría llegar un momento en el que adultere la competición.


A. Alvarez Rodrigo