El martes, el entrenador blaugrana explicaba, o medio explicaba, los motivos por los que no quiere a Eto´o en su plantilla. Dijo que era cuestión de ‘feeling’. Vamos, que el delantero camerunés es un guerrero loco e individualista, y Guardiola solamente quiere a honrados trabajadores que acaten sus órdenes sin rechistar. Ha tragado con él un año, pero no quiere tragar otro.
Entre sus argumentaciones, Guardiola comentó que su “experiencia como jugador” le decía que después de un año de éxitos hay que cambiar jugadores de la plantilla. Parece una locura que un conjunto de jugadores que ha ganado todo lo que podían ganar no se hayan ganado la continuidad. Pero Pep es sabio. Sabe que si sigue con los mismos otro año surgirán envidias, algunos jugadores caerán en la relajación y autocomplacencia, y otros se verán envueltos en la desidia de no saber cómo evolucionar y en la frustración de que siempre juegan los mismos.
Fue el error mortal de Rijkaard, y Guardiola no quiere cavar ese mismo hoyo. De ahí que pida fichajes, aunque Laporta se muestre “tritranquilo ante el modelo imperialista de Florentino”. Bonita palabra por cierto, aunque su creación y pronunciación demuestran todo lo contrario. A ver cómo la tritranquilidad del presidente culé soluciona el problema de Eto´o, que a fin de cuentas, es el problema del entrenador que le ha llevado a estar “tricontento”. Pep es sabio, pero va a tener que lidiar con la prepotencia de Laporta. Eso es peor que tener a Eto´o cien años más.
A. Alvarez Rodrigo
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