
De modo que da igual cómo haya llegado el equipo hasta aquí. El Zamora ha ido de tropiezo en tropiezo, manteniendo que le ha impedido ganar tres partidos seguidos. Por el contrario, equipos como el Ferrol o el Pontevedra han enmendado en la segunda vuelta el desastre de la primera. Todos han tenido su baches, propios de una liga muy igualada donde todos. Salvo Irún y Cultural, el resto de equipos son demasiado parejos.
Lo que más me preocupa son las lesiones. Hoy, en el Ruta, he notado cierta tensión cada vez que un rojiblanco se quejaba en algún choque. Le pasó a Curro Vacas, a Limones o a Domingo. Después de la plaga de lesiones (Ibón, Cabezas, Koeman, Múgica, Willy…), cada queja atemoriza a la grada y a Tomé. Lo que más me ilusiona: que el club tiene sangre zamorana con Isra, Pablo y Saúl. Sobre todo el lateral, que se ha convertido en un habitual en el once con un grato rendimiento.
De aquel Zamora que me ilusionó a principio de campaña con un juego excelso, de tira líneas y ofensivo; al de hoy en día parece que han pasado varias temporadas. Pero el equipo sigue dando la cara. Ahora se asemeja un poco más al del año pasado. Rudo, sin grandes virguerías y muy ofuscado de cara a gol. Es cierto que no tenemos aquella defensa, pero ahora contamos con Berodia y Curro Vacas, dos jugadores de Segunda División.
Además, como dice Tomé: nada se decidirá hasta el minuto 88 del último partido. Hay que confiar.
A. Alvarez Rodrigo
Foto:Hoja de Ruta Digital
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