Reflexión más que interesante de Alfredo Relaño, director del diario deportivo As , sobre la guerra del fútbol. Es cierto que Relaño es parte implicada en el asunto y, por tanto, su visión es subjetiva, ya que la empresa editora del periódico que dirige participa en Sogecable y Audiovisual Sport. Sin embargo, una vez más, Relaño analiza con su sapiencia y experiencia un tema que puede pasarle factura inmediata a los clubes de Primera División.
No creo que la explotación en abierto de los partidos sea rentable. Como tampoco pienso que sea beneficiosa para los aficionado. ¿Acaso estaban satisfechos los aficionados del Recreativo o del Sevilla el sábado cuando La Sexta conectaba de vez en cuando con el Colombino?
Nuestros clubes de fútbol me empiezan a parecer como peces en una pecera de la que alguien ha retirado el tubo que inyecta el oxígeno. Se van a morir, pero no lo saben. Flotan ahí, felices, a su bola, porque no saben lo que se les viene encima. ¿Por qué pasa esto? ¿Quién ha quitado el tubito de oxígeno? Tebas, claro. Con sus manejos dio lugar a que Audiovisual no pagara al Numancia. Con sus nuevos manejos lo que va a conseguir es que Audiovisual no pague tampoco a unos cuantos más. Abrumados por el efecto de la crisis, sólo les falta verse sin los ingresos de televisión, tan jugosos.
Viene esto a cuento por lo de esta jornada, en la que todo el sistema de transmisión de partidos ha saltado por fin por los aires. Tras años de pruebas, se había llegado a un modelo de máxima explotación: un partido en abierto el sábado, un partido en Canal + y el resto en 'pay per view', procurando aislar en horarios definidos (20:00 del sábado y 19:00 del domingo) partidos del máximo interés posible, para concentrar en las 17:00 los demás, que podían ser ofrecidos en un paquete llamado 'Multifútbol', una especie de Carrusel. Así marchó la cosa, y marchó bien, hasta la guerra. Guerra que perderá el fútbol.
La juerga de muchos partidos en abierto es sólo eso, una juerga. El mismo presidente de la Liga declaró en este periódico que el fútbol en abierto es malo. De hecho, si en España hay un partido de Liga en abierto es una rareza en nuestro entorno, instigada por aquella malhadada ley del nunca bien ponderado Álvarez Cascos. El fútbol no se explota así, y lo saben todos los expertos, incluidos los peristas que recompran partidos a quien saben que no es su dueño. Llevar el conflicto a ese extremo es insensato, desafiar así las cautelares de los jueces es un desvarío. Hundir el fútbol es una necedad.
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