El objetivo

El equipo ganador es el que se levanta el primero después de una derrota

jueves, 5 de junio de 2008

Nada está escrito

El próximo sábado comenzará la Eurocopa 2008 de Austria y Suiza. Una competición internacional donde se dan cita lo más fuerte del fútbol mundial (salvo Brasil y Argentina) y donde el espectáculo y los altos beneficios están asegurados. Con los Juegos Olímpicos a la vuelta de la esquina, la Euro se convierte en el primer plato de un verano deportivo 100%, que contará con muy pocos días sin deporte de alto nivel.

En un principio, la ausencia de un anfitrión fuerte provoca una igualdad entre una terna de equipos con posibilidades de ganar. Con todo el respeto hacia Grecia, defensora del título, por supuesto. Italia, campeona mundial, y Francia, subcampeona, tienen grandes nombres. Sin embargo, a la primera se le ha lesionado Cannavaro, que no se sabe a ciencia cierta si es bueno o malo para la azzurra. Los galos comienzan la era post Zidane. Con una defensa muy veterana, un centro del campo sin imaginación y una delantera fatigada, sólo otra milagrosa resurrección como la del último Mundial de Alemania puede dotar a los de Domenech para llegar a la final.

Detrás aparecen Alemania y Portugal, semifinalistas en la cita mundialística. Los alemanes, más por coraje y tradición que por calidad. Además, que la proximidad geográfica de las sedes les convertirá en el tercer anfitrión. Por su parte, Portugal tiene una oportunidad histórica de ganar una competición internacional. El buen estado de forma de Cristiano Ronaldo, previsible MVP del torneo, más una estable defensa (Pepe, Carvalho, Ferreira y Bosingwua –por el que el Chelsea ha pagado una millonada) y dos buenas bandas (Quaresma y Simao) meten miedo, aunque carezcan de un delantero centro decisivo. Además, el espíritu luchado y sabio de Scolari puede ser el ingrediente secreto. En su Euro lloraron amargamente su derrota ante la “cenicienta” Grecia. Ahora querrán vengarse.

A distancia de estos cuatro equipos están Holanda y España, eternas favoritas que caen por el camino con más pena que gloria. Ambas cuentan con jugadores de renombre, pero su competitividad en los momento clave deja mucho que desear. Atención a Rusia y Croacia. Los rusos porque están dirigidos por un Guus Hiddink que le sabe sacar partido hasta a un lapicero en un campo de fútbol, mientras que los croatas cuentan con la juventud y el desconocimiento propio de un equipo revelación.

Pero esto es un análisis previo. De aquí al final habrá sorpresas, golazos, lesiones, desilusiones… y un campeón. Porque lo bonito del fútbol es que nada está escrito.


A. Alvarez Rodrigo

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