El gol de David Villa a Suecia obligó a España a ser primer de grupo. De haberlo sabido, muchos hubieran preferido clasificarse en segundo lugar y no enfrentarse a Italia. Aunque el rival fuese Holanda. Pero Italia es una bestia negra para la Roja, que lleva sin derrotarla en partido oficial desde hace 88 años. Ahí es nada.
España está realizando un juego alegre, vistoso y bonito en Austria. Es, junto con Croacia y Holanda, el único equipo que ha ganado los tres partidos del grupo. Además, después de diez días de torneo, España, Holanda y Portugal se han convertido en las favoritas para suceder a Grecia. Pero llegan los cuartos y con ellos los fantasmas. Nos empezamos a acordar de Corea, Francia, Inglaterra, Italia… y la presión se multiplica por mil.
Por su parte, nuestro rival del próximo domingo llega al encuentro como mandan los cánones. De menos a más: primer partido, derrota; segundo, empate (y gracias); y tercero, victoria. Es decir, de menos a más, que es la evolución que sigue todo campeón. Italia ya lo hizo en el pasado Mundial de Alemania. Ganó a Australia de penalti injusto en el último minuto. A la italiana, vamos. El martes ganaron, sí, pero también recibieron el favor de Holanda, que venció a Rumanía.
Al contrario que a España, que los fantasmas le salen hasta de debajo de la cama, la azzurra parece tocada por un hada. Siempre ese oportunismo, esa suerte, ese gol en el descuento… En la Eurocopa del 68 llegaron a la final gracias a una moneda. Empataron con la URSS en semifinales y el ganador del partido se decidió a cara o cruz. Como no, salió cara. Pero, más que suerte, es una mentalidad triunfalista. Italia no se permite pensar ni un segundo en la derrota.
España e Italia son dos países parecidos: idioma, cultura, clima… Sin embargo, los italianos superan con más facilidad las adversidades. No se asustan ante los problemas, acostumbrados a un sistema político inestable, con continuos cambios de presidentes, la inestabilidad es algo común en el país de la bota. Mientras que España es la cara opuesta. Pesimista, miedosa y perdedora.
Por eso, si hay algún favorito el domingo, esa es Italia, que por algo son los campeones del mundo. Aunque, una vez que el árbitro indique el inicio del partido, serán once españoles frente a otros tantos italianos. La historia, los datos, las estadísticas no importarán. Decidirá el balón… y el hada.
A. Alvarez Rodrigo
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