Arsène "Merlín" Wenger

Cuando los romanos llevaron la practica del fútbol (un juego muy rudimentario en ese momento) a Inglaterra pocos eran los que pensaban que este deporte acabaría convirtiéndose con el paso de los siglos en el mas conocido y practicado del mundo.

A su llegada a Inglaterra, sus habitantes quedaron impresionados con el fútbol que pronto acogieron como suyo, practicado por los obreros de las fabricas durante los descansos en plena revolución industrial. Entre estos equipos apareció uno formado por obreros del acero y de la industria armamentística que finalmente se llamó Arsenal Football Club, y a los que sus rivales denominaron cañoneros por su trabajo en la fabrica y porque su símbolo es un cañón.

El club, fiel a su estilo, tuvo sus momentos de gloria en Inglaterra y Europa con grandes maestros de los banquillos como los ingleses Herbert Chapman, que dirigió al equipo entre los años 30 y 60, y George Graham, en los 80. Con la crisis de principios de los 90 llegó al banquillo un francés desconocido por los aficionados pero que ya había conseguido éxitos en Mónaco y Japón. Arsène Wenger no vino solo, ya que a su llegada al club trajo de su mano a jugadores de la talla de Anelka, Petit, Overmars o Vieira que consiguieron construir la base del Arsenal que quería, ( un equipo basado en jugadores jóvenes que practiquen un fútbol de toque y brillante). Este modelo fue bien recibido por los dirigentes del club ya que su situación económica no era buena. Las ventas de jugadores, como Anelka al Real Madrid, permitieron al Arsenal obtener beneficios y con ellos el despegue a nivel mundial.

Aunque durante estos años el juego del equipo no era acorde con la clasificación en la tabla. Todo cambió cuando llegó un joven Thierry Henry que venía después de ser desechado por la Juventus de Turín. Aunque en sus inicios la situación del club no mejoró, el joven francés sería la guinda del proyecto de Wenger que le llevó a conseguir en la temporada 2001-02 un doblete y en la 2003-04 la liga sin perder un solo encuentro pero cuyo culmen fue el subcampeonato de la Champions League dos años más tarde.

Wenger, odiado por muchos entrenadores ingleses, por su ruptura con el juego al contragolpe británico así como por su gusto hacia el fútbol de toque, ha sabido ganarse el respeto a base de resultados y de su apuesta por la cantera como ha quedado demostrado esta temporada, cuando tras la marcha del “viejo” Henry al Barcelona ha sido el joven español Cesc Fabregas quien se ha hecho con las riendas del equipo. En esto momento el equipo del Emirates Stadium es uno de los conjuntos que mejor fútbol practica en Europa, como demostró en su victoria por 7-0 frente al Slavia de Praga en Champions y con su liderato al frente de la Premier League.

Tales han sido los éxitos de Wenger que son muchos los presidentes que sueñan con el francés para sus clubes, y es que la barita con la que Arsène “Merlin” Wenger dirige sus equipos hacen que cada nota de su fútbol suene como una sinfonía celestial.

Benito Fernández