Una encuesta, estadística o estudio, no sé exactamente qué era, ha dictaminado que las mujeres italianas escogerían a José Mourinho como su amante. Lástima por ellas, y alivio para sus maridos, quienes aplauden que Florentino Pérez se haya encaprichado del portugués para engañar a su entrenador, Manuel Pellegrini, a quien hace menos de un año le juró fidelidad eterna durante dos años.
Ante la atónita mirada del cuñado postizo Jorge Valdano, el presidente del Real Madrid ha vuelto a ser infiel. No le culpo, la verdad, porque en realidad, infieles somos todos que miramos al sexo opuesto con ojos de viciosa envidia, sobre todo en esas mágica noches de primavera cuando se alzan copas y uno se percata de que el camarero ya se ha llevado la nuestra.
Florentino defendió en un escarnio de entrevista en Cuatro (ya comentada por servidor hace algún tiempo), que si el Real Madrid no ganaba nada esta temporada, no sería un fracaso. ¡Qué pena! Ya entonces comenzó el engaño.
Ahora Mou es el amante elegido, quien puede sofocar ese ansia, esa sed, esas ganas de culminar. Pero… ya el verano pasado el amante fue Cristiano Ronaldo, y antes Capello, Luxemburgo, Queiroz, Camacho… Demasiadas aventuras. Quizá sea el momento en que el madridismo madure, se comprometa y sea fiel, en la salud y en la enfermedad, en las victorias y en las derrotas, en Liga, Copa y Champions, aunque los títulos escaseen, hasta que los contratos concluyan. Porque Florentino es humano, aunque a la vez sea un ser superior, y también se ve afectado por la manipulación informativa que encrespa a la afición. Ya lo ven, hasta los dioses tienen momentos de flaqueza.
Ante la atónita mirada del cuñado postizo Jorge Valdano, el presidente del Real Madrid ha vuelto a ser infiel. No le culpo, la verdad, porque en realidad, infieles somos todos que miramos al sexo opuesto con ojos de viciosa envidia, sobre todo en esas mágica noches de primavera cuando se alzan copas y uno se percata de que el camarero ya se ha llevado la nuestra.
Florentino defendió en un escarnio de entrevista en Cuatro (ya comentada por servidor hace algún tiempo), que si el Real Madrid no ganaba nada esta temporada, no sería un fracaso. ¡Qué pena! Ya entonces comenzó el engaño.
Ahora Mou es el amante elegido, quien puede sofocar ese ansia, esa sed, esas ganas de culminar. Pero… ya el verano pasado el amante fue Cristiano Ronaldo, y antes Capello, Luxemburgo, Queiroz, Camacho… Demasiadas aventuras. Quizá sea el momento en que el madridismo madure, se comprometa y sea fiel, en la salud y en la enfermedad, en las victorias y en las derrotas, en Liga, Copa y Champions, aunque los títulos escaseen, hasta que los contratos concluyan. Porque Florentino es humano, aunque a la vez sea un ser superior, y también se ve afectado por la manipulación informativa que encrespa a la afición. Ya lo ven, hasta los dioses tienen momentos de flaqueza.
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