El objetivo

El equipo ganador es el que se levanta el primero después de una derrota

viernes, 11 de junio de 2010

A favor del mestizaje y en contra del interés

Artículo publicado en el diario As por Juanma Trueba donde explica muy bien por qué en las selecciones nacionales no debería de haber extranjeros nacionalizados.


El asunto es delicado y proclive a las malas interpretaciones. Por tanto habrá que empezar por decir que el fútbol debe ser reflejo del mestizaje que vive la sociedad. Es muy lógico, en consecuencia, que las selecciones de los países que acogen inmigrantes se enriquezcan con sus hijos y con su talento. Lleva años ocurriendo en Francia e Inglaterra y pronto sucederá en España. Caso muy distinto es el de quienes nacieron en un país y se formaron como deportistas en él. Cambiar luego de nacionalidad es una posibilidad legal que encaja difícilmente con lo emocional, con el papel que cada jugador internacional debería desempeñar como representante de su país. Tal vez esté defendiendo una tesis demasiado romántica, pero es que la contraria me parece excesivamente pragmática: nacionalizarse por el interés, por la oportunidad de jugar un gran torneo. Camoranesi, y cito a uno de tantos, llegó a Italia con 24 años y aseguró, tras su nacionalización, que se seguía sintiendo argentino. A eso me refiero. Al jugador que persigue un objetivo personal, a veces sin disimulo, y al equipo que privilegia la competitividad al sentimiento.

Me gusta pensar que en los Mundiales los estilos futbolísticos se corresponden, en mayor o menor medida, con las idiosincrasias nacionales. Me gusta disfrutar de ese enfrentamiento casi sociológico. Lo admito: tal vez sea demasiado romántico.

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