“Cambiar de equipo no depende de mí, pero a mí lo que me gusta es ganar”, afirmó Pau Gasol en un entrevista publicada en su página web. El ala-pívot español que juega desde hace seis temporadas en la NBA responde así a las voces críticas que surgen entorno a su figura. Desde ciertas butacas del FedExForum se han lanzado cuchillos en forma de pitos hacia, según los periodistas, el catalán, y, según éste, hacia todos los jugadores. Lo que sí está claro es que algo no marcha bien en la franquicia de Tennessee.
Si la música de viento va dirigida a la plantilla que entrena Marc Iavaroni, tienen toda la razón. Por el contrario, si el objetivo es Gasol habría que realizar un estudio de los conocimientos baloncestísticos de esa afición. Es cierto que los Grizzlies llevan dos años malos. En la temporada pasada el club fue uno de lo peores, por lo que no se clasificó para los play off por el título, algo que había logrado los tres años anteriores. De la mano del de Sant Boi, la franquicia se metió por primera vez en su historia en las eliminatorias por el título. Bien es cierto, que también entraron en la anales por no conseguir ni una sola victoria en ninguno de los tres intentos.
El enfrentamiento entre Pau y la afición local se puede remontar al mes de septiembre del 2006, cuando el español se lesionó en el Mundial de Japón. Parece que desde entonces no le pasan ni una al MVP de aquel campeonato. Sin embargo, el rendimiento de Gasol no ha bajado. Por el momento, sus números siguen parejos a los guarismos de otros años -17 puntos, 7 rebotes y 2,8 asistencias en 35 minutos de media-. Pero, al parecer, los seguidores, los pocos seguidores que apoyan en directo al equipo, ahora que pasa malos momentos, no están contentos con él.
Ni que tuviera la culpa de la mala gestión deportiva que se ha hecho desde los despachos. Hace un año, Gasol sonaba en la órbita de dos equipos: los Chicagos Bulls y los Boston Celtics. Los primeros jugaron los play off y fueron la sensación. Los segundos compartieron, junto con los de Memphis, los peores dígitos de la NBA. Sin embargo, la mítica franquicia verde ha sabido hacer un equipo ganador, juntando sobre el mismo parquet a Kevin Garntt, Ray Alleon y Paul Pierce. Y el asunto no les va nada mal, con 26 victorias y 3 derrotas.
Gasol, un hombre comprometido, humilde y trabajador, ya ha aguantado bastante de una afición que desde un primer momento prefirió a Shane Batiré antes que a él. Por eso, el ala-pívot ha avisado –“…pero a mí lo que me gusta es ganar”-. El sueño de alzarse con un anillo se antoja difícil a orillas del Mississippi. Y este año más, pues después de una treintena de partidos, los Grizzlies tan sólo han logrado 8 victorias, lo que le ha costado el primer objetivo: el All Star. Y Gasol, por mucho Gasol que sea, no sabe hacer milagros.
A. Alvarez Rodrigo
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