A veces no apreciamos una cosa hasta que la perdemos, o hasta que otros nos dicen lo bonita que es. En ocasiones son otros los que tienen que abrirnos lo ojos para explicarnos dónde está lo bello. En España, por ejemplo, conocíamos a Manuel Almunia. Lo vimos jugar en el Albacete en Primera, pero nada más. Más tarde supimos de él cuando sustituyó a Lehmann en la final de la Liga de Campeones de 2005 que le ganó el Barça al Arsenal. Su actuación fue respetable y digna. Pero no demostró ser el gran arquero que es hoy. Y es que Almunia tiene sangre española, y eso, en los porteros, es como la sangre azul: algo superior.
Dicen los libros de historia que Ricardo Zamora, el Divino, se convirtió en la primera estrella futbolística del país. No era un delantero, ni un defensa, sino que fue un portero el que dejó con la boca abierta a los primeros aficionados, por entonces, minoritarios, de ese salvaje juego llamado balompié. Más tarde vinieron Iribar, Miguel Ángel, Arconada, Betancourt, García Remón, Ramallets Buyo, Zubizarreta… entre otros, que siempre protegieron con nivel su parcela. Curiosidades de la vida, fueron unos obreros británicos de las minas de Huelva los que importaron el fútbol. Ahora es Inglaterra la que quiere llevarse a un español para salvaguardar su portería. No confían en los suyos. Y es que el navarro Almunia está dejando alucinados a los “supporters”.
En España siempre ha habido buenos porteros. Es el plato fuerte de nuestra historia. Ahora, en pleno inicio del siglo XXI, la abundancia es extrema. Casilla encabeza a un grupo de altísimo nivel. Es tal la riqueza, que se discute hasta el nombre del tercer portero de la Selección: que si Cañizares, que si Palop, que si Valdés… Y ahora Almunia, un chico que siempre ha tenido que buscarse las habichuelas lejos de su hogar, primero de Pamplona y luego de la Península, para ver reconocida su valía. Los rumores que apuntan a su posible convocatoria con la selección inglesa de Fabio Capello han de ser tomados en cuenta por Luís Aragonés, quien, como mínimo, le debe ofrecer la oportunidad de elegir.
A. Alvarez Rodrigo
2 comentarios:
Bastante de acuerdo tio.
Sin embargo podrías haber dicho que resulta paradójico que luego en la selección ningún portero destaque y todos sean pufos o hagan cantadas en los momentos importantes (Arconada,Zubizarreta, Toni, Molina, Cañizares,etc).
UN SALUDO
si, también es cierto, aunque eso se podría decir en un artículo sobre el fatal destino de la selección, que casi siempre se simboliza cn los errores de los porteros (como bien as dicho, la de arconada, la de zubi, la de molina...)
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