El objetivo

El equipo ganador es el que se levanta el primero después de una derrota

miércoles, 5 de marzo de 2008

Vito Villar

Cuando uno se fija en los movimientos de Ángel María Villar en su figura de presidente de la Real Federación Española de Fútbol, acaba preguntándose cómo ha podido dirigir durante dos década el máximo organismo del deporte rey del país. Con su actitud ha logrado que la presencia de la Selección Nacional en Austria y Suiza esté en entredicho. Y todo por sus rencillas personales con Jaime Lissavetzky y demás tropa que están en el otro barco, al que Villar ve como los enemigos que buscan destronarle.

Pero es que Villar no merece estar en ese puesto, que requiere muchas mayores luces de las que parece tener. Y, sino, ¿por qué acude a la Audiencia Nacional para pedir el aplazamiento de las elecciones de la RFEF hasta finales de año, si después ha “pasado” del auto del juez? Total, va a convocar los comicios en noviembre, a pesar de que el Consejo Superior de Deportes y la Audiencia Nacional le han instado a que lo haga antes de abril, al igual que todas aquellas federaciones no clasificadas para Pekín. Es decir, no es que Lissavetzky le tenga manía (que a lo mejor sí), sino que es una orden ministerial que deben de cumplir todos los deportes que no han conseguido llegar a los Juegos Olímpicos.

Ante todo ello, Villar reacciona como un verdadero mafioso. Le ha pedido ayuda a su jefe Joseph Blatter para que lance una amenaza calabresa al Gobierno español. ¡O las elecciones en noviembre, o no hay Eurocopa! Pero ahí no acaba el asunto. No, no. Por si las moscas, y si fallase el sistema caciquista que le sustenta, el pasado lunes, la Asamblea de Villar, digo, de la RFEF, aprobó un reglamento que impedirá a Mateo Alemany, portavoz de la oposición, presentarse como candidato. Ahora, después de revisar todo esto, uno ya encuentra la respuesta a la pregunta.



A. Alvarez Rodrigo

Foto: UEFA

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