El objetivo

El equipo ganador es el que se levanta el primero después de una derrota

jueves, 31 de enero de 2008

¡Cuidado con el jarrón!

Ramón Calderón le ha prometido a Raúl un contrato de por vida con el club blanco. Es decir, después de que se retire de la práctica profesional, el “7” tendrá un puesto en el organigrama del Real Madrid para siempre. Lo que busca el Presidente es mantener a los símbolos del club para que traspasen unos valores de un club que se ha hecho, más que ninguno, a sí mismo. Ahora que estamos en tiempos de diferenciaciones nacionalistas, los clubes, a su manera, buscan su idioma, su bandera y su escudo.

Se puede decir que Raúl es al Madrid, lo que Del Piero a la Juve, un apéndice y una insignia. Lo que era Albelda para el Valencia, hasta que se lo han cargado, y con él, el DNI de una generación triunfal para un club de segunda fila mundial. El caso del valencianista es un ejemplo de cómo no cargase a un ídolo, a ese joven jugador que ha subido escalón a escalón hasta llegar a levantar dos Ligas y una Copa de la UEFA, que siempre aportará cordura, seriedad y compromiso en el vestuario.

Sin embargo, Ramón Calderón ha dado un paso más. No le vale con que Raúl acabe su carrera en el Real Madrid. Lo que quiere es que pertenezca ligado para la eternidad, hasta el día del juicio final. Como hizo en su día el Athletic de Bilbao con Julen Guerrero, extraño caso de futbolista abrumado por la fama. Guerrero fue un referente para todos lo niños que iban a entrenar a Lezama. A pesar de que su carrera se paró en seco, los aficionados continuaron amando a ese exquisito futbolista. Pero ahora Guerrero es una hipoteca para el Athletic, el club no sabe dónde ubicarlo y quiere prescindir del que otrora fuera símbolo vizcaíno.

Lo mismo le puede ocurrir a Raúl, ahora muy útil y querido, pero, quizá, en el futuro se convierta como un jarrón chino: muy grande, muy bonito, pero que nadie sabe dónde ponerlo, porque en todos los sitios estorba.

A. Alvarez Rodrigo

miércoles, 23 de enero de 2008

El modelo del sentido común


La temporada del iurbentia Bilbao Basket es, hasta el momento, impecable. Que un club humilde como el vizcaíno esté segundo a un triunfo del líder, el Real Madrid, en la jornada 18 y con más victorias que otros colosos de la ACB, merece un reconocimiento del mundo baloncestístico y un análisis del porqué de la situación.

Para ello debemos remontarnos al inicio del proyecto, hace ocho años cuando el club militaba en LEB-2. Como todos los planteamientos deportivos de una entidad humilde la ilusión pesa los mismos kilos que el propósito utópico que se fija. Tras una primera mala temporada, llega Txux Vidorreta, y, junto a él, los ascensos de categoría. En cuatro años el club había llegado a la élite, y la ACB era una realidad palpable.

Pero lejos de desesperarse y liarse la manta a la cabeza con revoluciones innecesareas, la dirección del club siguió confiando en el cuerpo técnico que le había llevado a lo más alto. Tras dos temporadas titubeantes en las que se salva el cuello en las últimas jornadas, llega una tranquila, la pasada, en la que los aficionados empiezan a vislumbrar un proyecto que crece y en que se puede creer.

Con un patrocinador nuevo, iurbentia, que apuesta de verdad por el club, el Bilbao Basket mantiene el bloque la de temporada anterior (Salgado, Recker, Banic, Rancik y Weis), y se refuerza con tres piezas básicas: Marcelinho Huertas y Paco Vázquez (cedido por el DKV Juventud) y Qincy Lewis. Es decir, no se ficha por fichar, sino sólo lo que se necesita. Sin embargo, en el primer partido el equipo cae en Murcia. Pero nadie se pone nervioso.

Las jornadas pasan y el iurbentia Bilbao va de sorpresa en sorpresa: aplastante victoria en Badalona (58-81); histórico triunfo en Vitoria (78-80); una brillante clasificación para la Copa del Rey; y se convertir en el primer equipo que usurpa, siete años después, uno de los dos primeros puestos a los grandes del campeonato (Tau, Unicaja, Barça, Pamesa y Real Madrid).

Otros clubes lo intentaron antes, incluso con mucho más dinero. Pero fracasaron. El Akasvayu Girona es un ejemplo. Éstos, a diferencia del iurbentia Bilbao Basket no tuvieron paciencia, ni confianza en ningún proyecto ni en ningún hombre. En definitiva, les faltó lo que parece que le sobra a los bilbaínos: sentido común.

A. Alvarez Rodrigo


Foto: ADN.com

miércoles, 16 de enero de 2008

A vueltas con el himno

Resulta que nos tiramos la tira de años sin tener una letra que cantar mientras suena el Himno Nacional, y cuando lo encontramos, acaba siendo asesinado con una puñalada por la espalda. Alejandro Blanco, cuando llegó al Comité Olímpico Español, fijó como uno de sus objetivos prioritarios darle alma a la melodía. Con algún que otro retraso, por fin la semana pasada conocimos la “cancioncilla” que todos íbamos a cantar cada vez que alguno de nuestros deportistas subiesen a un podium, o en la antesala de algún partido de fútbol, baloncesto, balonmano…

Sin embargo, aquella comadrona que ayudó en el alumbramiento de la criatura, se lo ha cargado con pocos días de vida. Aunque ya desde un principio todo pareció un poco chapucero. Se conoció por una filtración que precipitó su presentación y la de su padre, Paulino Cubero. La letra era neutral, no tomaba parte de ninguna de “las dos Españas”. Pero, quizá por eso, recibió tantas críticas, la primera de ellas, de la Vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.

Pocos apoyaron la letra que un castellano-manchego, cuya madre padece Alzheimer y sin trabajo, había creado para su Patria. Era la letra del trabajador, del hipotecado, de la España profunda. Y como las altas esferas no entienden de pico y pala, y mucho menos de llegar justos a final de mes, no dieron su beneplácito. No superó el difícil listón de la crítica. Ahora, su himno pasará al libro de las anécdotas y caerá en el olvido.

El COE rectifica porque, según Blanco, no se han logrado las premisas de unión y consenso. Se equivocó al presentarlo de manera oficial. Debería de haber utilizado la estrategia de filtrar la letra y esperar la reacción de la opinión pública para tomar una decisión definitiva. Y así no hacer el ridículo. Sin embargo, lo único que se ha ganado es que la siguiente propuesta va a estar sometida a un mayor análisis, amén de la consiguiente comparación con la de Cubero.

En definitiva: hay pocas cosas en el Mundo más difíciles que poner de acuerdo a todos los españoles.

A. Alvarez Rodrigo

lunes, 14 de enero de 2008

Por el buen camino


En el mes de septiembre, cuando un servidor realizó la crónica para La Opinión del partido entre el Zamora C.F. y el Guadalajara, decidimos titular el suplemento de deportes del lunes con el mismo título que lleva este artículo. Por aquel entonces, el conjunto rojiblanco derrotó a los alcarreños, invictos y líderes. Era la jornada 4. Dos más tarde, y tras ganar al Baracaldo (1-3), el Zamora entró en puestos de “play off”. Casi una vuelta después (exactamente 14 jornadas) el equipo de Miguel Ángel Álvarez Tomé sigue en zona de privilegio. Y con el paso del tiempo, el pan empieza a fermentar.

La victoria ante el Huesca (como aquella ante el Guadalajara) sirve para cerciorarnos de que se va por el camino correcto. Partido serio, con una sobria defensa, gran despliegue táctico, y sobre todo, físico, lo que quiere el mister leonés. El Zamora C.F. es como el alumno que va a clases particulares de matemáticas: no es ningún privilegiado técnicamente, por lo que para aprobar necesita trabajar, trabajar y trabajar. El día que salga a un partido “de sobrao”, sacará un cero. En esta ocasión, visitaba el Ruta de la Plata un equipo ofensivo, con dos bueno jugadores, Robert y Lalo (10 y 8 goles respectivamente), y la defensa aprobó con notable.

Fue uno de los mejores partidos que se recuerdan. Excelente regalo para los aficionado que desafiaron al frío, agua y viento para ver al “Glorioso” (el Atlético de Madrid no tiene la patente). Resultaría fácil destacar a todos, porque el equipo realizó un gran encuentro. Pero no puedo resistir la tentación de nombrar a dos por encima del resto: Jorge Rodríguez y Aitor Sanz. El primero es como un bombero, conato de fuego que surge en las inmediaciones del área, lo extingue con rapidez. Mientras que el segundo es el pulmón, el trabajo en la sombra, en definitiva, el alma y ejemplo de lo que es el equipo: humilde, trabajador y silencioso.

Pero como siempre, la alegría no es completa. De nuevo las lesiones. Esta vez Besugo, que presuntamente padece una rotura de fibras. Resulta preocupante la plaga que arrastra el equipo, ya no esta temporada, sino desde hace años. Y es que la situación es más grave de lo que parece. Contra el Huesca Aarón Darias, interior de profesión, jugó de central. Y lo hizo bien, en una clara demostración del compromiso de los jugadores con el club.


A. Alvarez Rodrigo

jueves, 10 de enero de 2008

¿Se puede ser número 1?

Parece una utopía, pero algún día tendrá que ocurrir. El número 1 de la ATP no puede pertenecer hasta la eternidad a Roger Federer. Su dominio, su dictadura dura casi cuatro largos años. Es decir, una legislatura olímpica. Desde el 2004 cuando el suizo izó su bandera en los mares y océanos como único pirata con poder para saquear cualquier torneo sin problemas, nadie había estado tan cerca de hundir su galeón. Ahora Rafael Nadal, forzudo velero de la Armada Española, lo tiene a tiro.

El español lleva al acecho desde 2005, y no le ha quitado el ojo. Pero resulta una empresa casi imposible meterle mano a un elegante y poderoso tenista que ha jugado las 10 últimas finales de Gran Slam, de las que sólo ha salido con los pies en polvorosa en dos, ambas, en París, ante Nadal. Es el único océano que se le ha resistido a Federer, brillante deportista que puede tener en la tierra de Roland Garros una obsesión y un lunar en su histórico palmarés.

A pesar de la tiranía, el 2008 arranca con esperanzas para los que queremos ver a Nadal como “number one”, aunque nos caiga bien Federer, por su elegancia, superioridad, saber ganar (perder, no sabemos si sabe perder, porque no ocurre nunca), y por su clase. Si es necesario, que a cambio del liderazgo del mallorquín, el suizo se lleve el Roland Garros y obtenga su botín más preciado.

El Maestro llega a Australia con problemas de salud y sin haber debutado. Sin duda, una buena noticia. No obstante, Nadal no está rodado, como se vio tras la derrota sufrida ante Youzhny el fin de semana pasado. Para alzarse a la cima de la ATP, Rafa necesita ganar el Open de Australia, y que Federer no pase de cuartos (como España). Aunque parece imposible (“impossible is nothing”, dice el anuncio), pues el suizo ha ganado tres de los últimas cuatro finales en Melbourne.

Además, Don Roger tiene que estar especialmente motivado esta temporada. Una vez más se le abre la posibilidad de conseguir los cuatro grandes, más los Juegos Olímpicos, espina clavada, después de no pasar de 2ª ronda en Atenas. Pero, al menos, ya suena su final, y Nadal lo tiene al alcance de la mano. Entonces, un español volvería a reinar en la ATP, como ya hiciera Carlos Moya, en 1999, y Juan Carlos Ferrero, cuatro años más tarde.

A. Alvarez Rodrigo

miércoles, 2 de enero de 2008

Otra temporada en blanco

“Cambiar de equipo no depende de mí, pero a mí lo que me gusta es ganar”, afirmó Pau Gasol en un entrevista publicada en su página web. El ala-pívot español que juega desde hace seis temporadas en la NBA responde así a las voces críticas que surgen entorno a su figura. Desde ciertas butacas del FedExForum se han lanzado cuchillos en forma de pitos hacia, según los periodistas, el catalán, y, según éste, hacia todos los jugadores. Lo que sí está claro es que algo no marcha bien en la franquicia de Tennessee.

Si la música de viento va dirigida a la plantilla que entrena Marc Iavaroni, tienen toda la razón. Por el contrario, si el objetivo es Gasol habría que realizar un estudio de los conocimientos baloncestísticos de esa afición. Es cierto que los Grizzlies llevan dos años malos. En la temporada pasada el club fue uno de lo peores, por lo que no se clasificó para los play off por el título, algo que había logrado los tres años anteriores. De la mano del de Sant Boi, la franquicia se metió por primera vez en su historia en las eliminatorias por el título. Bien es cierto, que también entraron en la anales por no conseguir ni una sola victoria en ninguno de los tres intentos.

El enfrentamiento entre Pau y la afición local se puede remontar al mes de septiembre del 2006, cuando el español se lesionó en el Mundial de Japón. Parece que desde entonces no le pasan ni una al MVP de aquel campeonato. Sin embargo, el rendimiento de Gasol no ha bajado. Por el momento, sus números siguen parejos a los guarismos de otros años -17 puntos, 7 rebotes y 2,8 asistencias en 35 minutos de media-. Pero, al parecer, los seguidores, los pocos seguidores que apoyan en directo al equipo, ahora que pasa malos momentos, no están contentos con él.

Ni que tuviera la culpa de la mala gestión deportiva que se ha hecho desde los despachos. Hace un año, Gasol sonaba en la órbita de dos equipos: los Chicagos Bulls y los Boston Celtics. Los primeros jugaron los play off y fueron la sensación. Los segundos compartieron, junto con los de Memphis, los peores dígitos de la NBA. Sin embargo, la mítica franquicia verde ha sabido hacer un equipo ganador, juntando sobre el mismo parquet a Kevin Garntt, Ray Alleon y Paul Pierce. Y el asunto no les va nada mal, con 26 victorias y 3 derrotas.

Gasol, un hombre comprometido, humilde y trabajador, ya ha aguantado bastante de una afición que desde un primer momento prefirió a Shane Batiré antes que a él. Por eso, el ala-pívot ha avisado –“…pero a mí lo que me gusta es ganar”-. El sueño de alzarse con un anillo se antoja difícil a orillas del Mississippi. Y este año más, pues después de una treintena de partidos, los Grizzlies tan sólo han logrado 8 victorias, lo que le ha costado el primer objetivo: el All Star. Y Gasol, por mucho Gasol que sea, no sabe hacer milagros.

A. Alvarez Rodrigo