Ahora resulta que viene Lass Diarrà. Así ha dicho que lo llamemos, porque como se parece tanto a Diarra (Mahamadou), que hasta comparten el apellido, ha decidido cambiar el nombre para disimular un poco. Mismo jugador… ¿para qué? ¿ Le hace falta al Madrid ahora un jugador de corte defensivo? Y la temporada que viene, cuando esté listo Mahamadou, ¿qué se va ha hacer con Lass? Una vez más, un desastre de planificación. En la Casa Blanca no hay cabeza, ni para fichar ni para dirigir, porque llegados un punto Ramón Calderón debería echar el freno a esta situación de derroche. Pero bueno, ¡que se va a esperar de un presidente que ofreció una cuantiosa prima a una de las plantillas mejor pagadas del planeta por ganar cinco partidos seguidos!
Lass ha costado cerca de 20 kilos. Drenthe costó algo parecido (unos 16) y no sabe centrar, Huntelaar más de 25, Van der Vaart y sus 10 millones y todavía falta por traer un extremo… Con toda esa pasta se podría haber fichado a Villa. Pero vamos, que no, ¡para qué!. El montenegrino prefiere despilfarrar poco a poco los euros y no apostar por gente con futuro, contrastada y de calidad. Cuando se vaya el hombre que selló la Séptima Copa de Europa deberá de poner en su currículum: yo me gasté 30 millones por un centrar, 36 por un hombre de cristal, 16 por un tipo que no sabe centrar y se rieron de mí en Valencia y Vila-Real. Bueno, y por todo el Viejo Continente. Sí señor. ¡Ah! Y además repesqué en invierno a un canterano que en verano no me valía.
Feliz Navidad para todos
A. Alvarez Rodrigo