El objetivo

El equipo ganador es el que se levanta el primero después de una derrota

viernes, 27 de junio de 2008

La España del 2008


Pues sí, resulta que es verdad. He leído todos los periódicos, habidos y por haber; he visitado miles de páginas web; he escuchado la radio, la azul, la amarilla, la naranja, la verde…. Y todos coinciden. España ha llegado a la final de la Eurocopa del 2008. Hasta que no me he parado a pensar quiénes jugarán la final, no he tenido un gramo de consciencia de que la Roja estará allí, en Viena, en el Happel, en la historia.

Daba gusto pasear ayer por las calles. Pitidos de coches engalanados de rojigualda, sonrisas como rajas de sandías (que dice Juanma Trueba es su literaria crónica del As) en las caras de los niños, de los viejos, de las mujeres y de los hombre. España era un país feliz. Todos nos sentimos aliviados. Liberados de un tópico que afectaba al fútbol. La de ayer, y la de hoy también, es una felicidad extraña, rara, nueva. Como la del primer día con tu novia. Todo está perfecto y el futuro se mira con optimismo.

La victoria de la Selección española demuestra la importancia del fútbol en la vida de las personas. Sólo es un juego, sí, pero un juego que hace feliz a la gente. Es difícil alcanzar tal sentimiento en otras facetas de la vida. Es fútbol es uno de los elementos más influyentes en las personas. En este país se han ganado mundiales de baloncesto, balonmanos, fútbol sala…. Pero la magnitud, jolgorio y capacidad de congregación del fútbol no tiene igual.

El domingo espera Alemania. No dan miedo, aunque sí respeto. Pero después de la segunda parte contra Rusia, no tememos ni al mismísimo Brasil del 70. Quizá el lunes se empiece a hablar de la España del 2008.

A. Alvarez Rodrigo
Foto: As

lunes, 23 de junio de 2008

Hay vida después de cuartos

Italia tenía un hada, pero España tiene un santo. Iker Casillas, joven portero de Móstoles que ha sabido conjugar la calidad y talento con la suerte y oportunismo, ha parado dos penaltis que han supuesto la clasificiacón de la Selección, 24 años después, a la penúltima ronda de un gran evento absoluto. Se ha pasado la barrera de los cuartos de final. Algunos dudábamos que después de cuartos hubiese vida. Pero resulta que sí, que hay algo que se llama semifinales o algo así.

Es difícil de creer que España haya eliminado a Italia en la tanda fatídica, después de un partido igualado, donde cada uno ha jugado sus bazas. Los transalpinos esperando su oportunidad, su flor en el culo. Los nuestros tocando de aquí para allá, buscando el gol a través de una bonita jugada. España lo ha merecido. Los españoles nos lo merecemos, leñe.

Fracaso tras fracaso. Corea, Francia, Inglaterra… Siempre la misma historia. Todos los campeonatos el mismo fiasco, la misma cara en los cuartos. Cara de pardillos, de tontos. Ahora son los italianos los que lloran. Hace dos años tocaban en cielo. Hoy lo tocamos nosotros. Sólo hemos llegado a semifinales, algo común en la vida e historia de un italiano, de un alemán, de un brasileño…. Pero no en la de un español.

La victoria de los chicos de Aragonés es la alegría de un pueblo que vive el fútbol con más entusiasmo que su vida diaria. El fútbol es la referencia, la otra vida, la bábula de escape del trabajo, del matrimonio, de los estudios. Las calles de España sonríen, se sienten felices, respiran aliviados, llenos de esperanza, de júbilo… y lo más importante, han recuperado la ilusión. Se había perdido. Los cenizos que augurábamos otra eliminación éramos muchos. Gracias a Dios, Villa, Torres, Marchena, Casillas, Sena, Xavi, Cesc… nos han callado la boca y mostrado el camino que lleva, de momento, a las semifinales contra Rusia.

Ahora toca disfrutar.

A. Alvarez Rodrigo

Foto: As

viernes, 20 de junio de 2008

El hada de Italia


El gol de David Villa a Suecia obligó a España a ser primer de grupo. De haberlo sabido, muchos hubieran preferido clasificarse en segundo lugar y no enfrentarse a Italia. Aunque el rival fuese Holanda. Pero Italia es una bestia negra para la Roja, que lleva sin derrotarla en partido oficial desde hace 88 años. Ahí es nada.

España está realizando un juego alegre, vistoso y bonito en Austria. Es, junto con Croacia y Holanda, el único equipo que ha ganado los tres partidos del grupo. Además, después de diez días de torneo, España, Holanda y Portugal se han convertido en las favoritas para suceder a Grecia. Pero llegan los cuartos y con ellos los fantasmas. Nos empezamos a acordar de Corea, Francia, Inglaterra, Italia… y la presión se multiplica por mil.

Por su parte, nuestro rival del próximo domingo llega al encuentro como mandan los cánones. De menos a más: primer partido, derrota; segundo, empate (y gracias); y tercero, victoria. Es decir, de menos a más, que es la evolución que sigue todo campeón. Italia ya lo hizo en el pasado Mundial de Alemania. Ganó a Australia de penalti injusto en el último minuto. A la italiana, vamos. El martes ganaron, sí, pero también recibieron el favor de Holanda, que venció a Rumanía.

Al contrario que a España, que los fantasmas le salen hasta de debajo de la cama, la azzurra parece tocada por un hada. Siempre ese oportunismo, esa suerte, ese gol en el descuento… En la Eurocopa del 68 llegaron a la final gracias a una moneda. Empataron con la URSS en semifinales y el ganador del partido se decidió a cara o cruz. Como no, salió cara. Pero, más que suerte, es una mentalidad triunfalista. Italia no se permite pensar ni un segundo en la derrota.

España e Italia son dos países parecidos: idioma, cultura, clima… Sin embargo, los italianos superan con más facilidad las adversidades. No se asustan ante los problemas, acostumbrados a un sistema político inestable, con continuos cambios de presidentes, la inestabilidad es algo común en el país de la bota. Mientras que España es la cara opuesta. Pesimista, miedosa y perdedora.

Por eso, si hay algún favorito el domingo, esa es Italia, que por algo son los campeones del mundo. Aunque, una vez que el árbitro indique el inicio del partido, serán once españoles frente a otros tantos italianos. La historia, los datos, las estadísticas no importarán. Decidirá el balón… y el hada.


A. Alvarez Rodrigo

miércoles, 18 de junio de 2008

Orgulloso del Zamora C.F.

Cuando me preguntan de qué equipo soy, respondo con inmediatez y casi como acto reflejo que del Zamora C.F. Muchos me miran extrañados, y otros me dicen que deje de vacilar. Algunos me insisten y, de nuevo, inquieren cuál es mi equipo preferido. Por segunda vez respondo que el Zamora C.F.

Es difícil ser de un club modesto cuya mayor alegría ha sido un acenso a Segunda División B. Pero, ante la falta de grandes triunfos, quienes sentimos los colores desde lo más hondo del corazón, nos hemos emocionado, cual triunfo en Copa de Europa, con pequeñas batallas. El gol de Aiert: en Sevilla, el de Curiel al Castellón, la tanda de penaltis ante la Real... y, por supuesto, la eliminatoria ante el F.C. Barcelona.

Escribo esta carta antes del partido de vuelta de Vallecas. No quiero que el resultado, sea positivo o no tan positivo, influya en mi forma de ver las cosas, ahora que la ilusión por jugar la próxima temporada en Segunda División está aún intacta. Me viene a la memoria el partido del Cádiz. El gol de Simón en la Tacita de Plata fue el inicio de un camino que seguro tarde o temprano concluirá con éxito. Miro con nostalgia a Castalia. Allí lo tuvimos muy cerca. O los agrios partidos contra el Algeciras.

Lo mal que lo pasamos en el Helmántico para mantener la categoría me hace recordar cual es el sitio del Zamora CF. Hace dos años sufrimos mucho. La Tercera acechaba como un tigre detrás de un arbusto, listo para matar. Poder jugar un play off de ascenso a Segunda División A es un premio magnífico para un club pobre pero honrado. Esa es nuestra mayor virtud y de la que nos tenemos que sentir orgullosos.

El equipo de esta temporada ha vivido por encima de sus posibilidades. Lesiones, problemas internos, plantilla muy corta... Sin embargo, los jugadores lo han dado todo, se han convertido en unos verdaderos guerreros. Gran culpa de todo ello la tiene Tomé. Su carácter distante y frío es propio de una persona que ha sufrido muchos palos en el fútbol. Pero su compromiso es ejemplar, digno de alabanza. Desconozco si Tomé seguirá en el equipo. Eso sólo lo saben Casas y él. Pero tengo claro que si el Zamora sube alguna vez, gran culpa del ascenso la tendrá el entrenador leonés. El nos enseñó el camino.

Respecto a los jugadores, como cualquier aficionado con su equipo, discrepo de algunos e hinco la rodilla ante otros. Pero a todos, a todos y cada uno de los futbolistas que han participado de una manera o de otra a escribir otro bello párrafo en la historia de mi equipo del alma, les quiero dar las gracias. Gracias por hacerme soñar, sufrir, morderme las uñas, gritar, aplaudir, llorar. De verdad, es un honor pertenecer a un sentimiento de un equipo humilde, donde cualquier alegría vale mil veces más que una del Real Madrid o del Barça.



A. Alvarez Rodrigo


Foto: El Norte de Castilla

sábado, 7 de junio de 2008

La República Checa ahoga la fiesta helvética (0-1)

Sverkos aprovechó un fallo de Suiza para dar tres puntos a su selección

Suiza y República Checa comenzaron la Eurocopa con un flojo partido en el que un solitario gol de Sverkos otorgó tres puntos a la selección dirigida por Brückner. Los suizos, obligados por su condición de local, llevaron la iniciativa del encuentro pero no supieron cómo superar a una muy colocada República Checa. Vonlanthen disparó al larguero a falta de siete minutos para el final. Los suizos, a punto de quedar fuera de “su” Euro.

A. Alvarez Rodrigo

Ninguno de los dos quería perder. Y al final, perdió la que menos se lo mereció. El miedo de Suiza y República Checa propiciaron un partido inaugural soso, frío y sin condimentos. Las televisiones se tendrán que estrujar el cerebro para sacar ocasiones de un partido en el que apenas hubo disparos a puerta. Entre tanta mediocridad, fue Suiza la que más buscó el triunfo, pero sólo después del descanso, porque antes ambas selecciones regalaron 45 minutos de sopor y falsa felicidad.

Es decir, la felicidad que sentía el público helvético por iniciar “su” Eurocopa. Mejor dicho. “Su media” Euro. Porque la otra mitad es de Austria. Sobre el papel, Suiza era la favorita para llevarse el partido. Jugar en casa y ante un renovado combinado checo, que no cuenta ni con Nedved, ni Rosicky. Pero en la mente de los dos veteranos seleccionadores sólo había un propósito: no perder. Y cuando dos equipos juegan a no perder es sinónimo de empate.

Suiza y República Checa son muy parecidos. Les gusta replegarse atrás y jugar a la contra. Total: una mitad de partido tirada a la basura. Ninguno quiso la pelota. Si acaso un poco más los suizos, pero más por vergüenza que por intención. Mucho toque y poca profundidad. Si el partido inaugural es un ejemplo de lo que va a ser el torneo, es mejor apagar la televisión y aprovechar el tiempo en otra cosa, como ir a la playa. Incluso, una partida de ajedrez hubiera tenido más emoción.

Un partido de ajedrez
En realidad, el encuentro se pareció mucho al ajedrez. Los dos rivales se habían estudiado mucho, sabían los movimientos de memoria. Todos los jugadores estaban encorsetados. El único que se salía del guión era el delantero suizo Frei, un caballo blanco saltando de casilla en casilla. Hasta que un peón checo se lo comió. Frei abandonó el campo lesionado, con el rostro lleno de lágrimas que denotaban que quizá se pierda el resto de campeonato.

Aunque para Suiza pueda ser más corto de lo esperado. Los checos la arruinaron la fiesta. Igual que ellos arruinaron a los ingleses la suya en la Euro del 96, cuando un gol de penalti de Turkyilmaz a falta de cinco minutos puso el empate y el miedo en Wembley. Ahora les ha tocado a ellos sufrir la amargura del fracaso. Porque para los suizos, no pasar de la liguilla será un fracaso.

Por su parte, los checos ganaron casi, casi sin querer. No lo intentaron mucho. Agazapados atrás esperaron y esperaron. Hasta que les llegó una oportunidad. Un saque de esquina mal achicado por los helvéticos dejó a Sverkos sólo ante Benaglio. El máximo goleador de la liga checa lo metió, pero más que nada porque Lichtsteiner le tocó en el pie y le salió un disparo errado. Bueno, errado no, porque la pelota acabó en la red suiza. Era el minuto 75. A la República Checa sólo le quedaba hacer lo mismo que hasta entonces: esperar. Aunque esta vez, esperar al silbido final de Rosetti.

Lo intentaron los helvéticos. Con más intención que fortuna. Precisamente la que le faltó a Vonlenthen cuando a siete metros de la portería de Cech disparó al larguero, en una jugada muy protestada, porque Ufjalusi golpeó con la mano al balón dentro del área. Pero no había nada que hacer. Ahora, están obligados a ganar los otros dos partidos si quiere pasar a cuartos, donde nunca han llegado. Mientras que los checos han visto como subían tres puntos a su casillero, cuando hubieran firmado uno.

jueves, 5 de junio de 2008

Nada está escrito

El próximo sábado comenzará la Eurocopa 2008 de Austria y Suiza. Una competición internacional donde se dan cita lo más fuerte del fútbol mundial (salvo Brasil y Argentina) y donde el espectáculo y los altos beneficios están asegurados. Con los Juegos Olímpicos a la vuelta de la esquina, la Euro se convierte en el primer plato de un verano deportivo 100%, que contará con muy pocos días sin deporte de alto nivel.

En un principio, la ausencia de un anfitrión fuerte provoca una igualdad entre una terna de equipos con posibilidades de ganar. Con todo el respeto hacia Grecia, defensora del título, por supuesto. Italia, campeona mundial, y Francia, subcampeona, tienen grandes nombres. Sin embargo, a la primera se le ha lesionado Cannavaro, que no se sabe a ciencia cierta si es bueno o malo para la azzurra. Los galos comienzan la era post Zidane. Con una defensa muy veterana, un centro del campo sin imaginación y una delantera fatigada, sólo otra milagrosa resurrección como la del último Mundial de Alemania puede dotar a los de Domenech para llegar a la final.

Detrás aparecen Alemania y Portugal, semifinalistas en la cita mundialística. Los alemanes, más por coraje y tradición que por calidad. Además, que la proximidad geográfica de las sedes les convertirá en el tercer anfitrión. Por su parte, Portugal tiene una oportunidad histórica de ganar una competición internacional. El buen estado de forma de Cristiano Ronaldo, previsible MVP del torneo, más una estable defensa (Pepe, Carvalho, Ferreira y Bosingwua –por el que el Chelsea ha pagado una millonada) y dos buenas bandas (Quaresma y Simao) meten miedo, aunque carezcan de un delantero centro decisivo. Además, el espíritu luchado y sabio de Scolari puede ser el ingrediente secreto. En su Euro lloraron amargamente su derrota ante la “cenicienta” Grecia. Ahora querrán vengarse.

A distancia de estos cuatro equipos están Holanda y España, eternas favoritas que caen por el camino con más pena que gloria. Ambas cuentan con jugadores de renombre, pero su competitividad en los momento clave deja mucho que desear. Atención a Rusia y Croacia. Los rusos porque están dirigidos por un Guus Hiddink que le sabe sacar partido hasta a un lapicero en un campo de fútbol, mientras que los croatas cuentan con la juventud y el desconocimiento propio de un equipo revelación.

Pero esto es un análisis previo. De aquí al final habrá sorpresas, golazos, lesiones, desilusiones… y un campeón. Porque lo bonito del fútbol es que nada está escrito.


A. Alvarez Rodrigo

lunes, 2 de junio de 2008

Los sueños se hacen realidad

Dos partidos. 180 minutos. Esa es la distancia que separa al Zamora C.F. de su techo. La última eliminatoria de la fase de ascenso a la división de plata será contra el Rayo Vallecano. El club de María Teresa Rivero, otro club que tiene presidenta. El equipo madrileño, primero del Grupo I, eliminó al Benidorm, tal y como pronosticaba el guión.

Pero lo que no se esperaba era lo del Zamora. Con la necesidad de marcar, como mínimo, los rojiblancos se presentaron en Linarejos con multitud de problemas en forma de lesiones. Sin embargo, Iker demostró que Castillo era un auténtico chollo, y a la primera, el premio. Vendetta personal por lo de Algeciras. El 0-1 dio confianza a los zamoranos. O por lo menos eso pareció, porque "ver" un partido por la radio es un auténtico sufimiento. El gol de Senel, como hace tres años Aiert en Sevilla, llegó a falta de cuatro minutos para el final. El Zamora se mete de nuevo en una final. La verdadera final.

Espera el Rayo, que tiene la vitola de favorito. Más dinero, más famoso, más historia... pero ¿más coraje? Esa es la clave. Tomé ha repetido desde el principio que este equipo tendrá opciones en el momento que sus hombres den el 110%. No pueden escatimar, porque no tienen una gran calidad. No son superdotados. Son simples alumnos de clase media, que están luchando por una matrícula de honor.

Para el Zamora es el cuarto intento, y la proyección ha ido de menos a más. De aquella primera fase con Tomé a la actual el Zamora ha ido recabando experiencia, y mazazos. A buen seguro que se habrá tomado nota de Castellón. Linares también ha sido una buena asignatura: la de sufrir, aferrarse al destino. El Zamora C.F. se asemeja un poco a Grecia, que hace cuatro años ganó la Eurocopa. Desconocida, cenicienta, pobre, sin jugadores de renombre, pero escuadra trabajadora. Y, por qué negarlo, con un poco de suerte.

El Rayo jugará su tercera fase. Antes, Real Unión de Irún, en el 2005, y el Eibar, el año pasado, le robaron el regreso. En aquellas eliminatorias jugaron siempre el segundo partido fuera de casa, pero ahora todo se decidirá en Vallecas, barrio de Madrid. La ciudad de Madrid siempre ha traído buenos recuerdos. Los dos últimos ascensos del Zamora fueron en la capital. Santa Ana y Coslada son parte de la historia del club. Incluso, el mismo Rayo fue uno de los que empejuron al Zamora en sus inicios. Carlos Pinilla puso en contacto a los ilusionados fundadores del club con los vallecanos, que aportaron su granito de arena. Zamora siempre escribe su más bellas páginas en Madrid.

El primer envite, el domingo en el Ruta de la Plata. Sólo espero que no haya quejas por parte de la afición por el precio de las entradas, por la distribución de las que dé le Rayo para la vuelta. La directiva ha acertado de pleno al subir el precio de los no abonados. Si no apoyan al equipo durante el año, que saquen la billetera. Si el Ruta no se llena, la culpa no la tendrá Casas, sino los zamoranos oportunistas que no van nunca y se suben al carro siempre que hay una fiesta. Ahora es tiempor de saborear la gloria, la esperanza y de esperar que los sueños se hagan realidad.

A. Alvarez Rodrigo

Foto: La Opinión de Zamora