El objetivo

El equipo ganador es el que se levanta el primero después de una derrota

jueves, 29 de mayo de 2008

El enredo de Sáez


La cuerda que une al presidente de la Federación Española de Baloncesto (FEB), José Luís Sáez, y al seleccionador nacional, José Vicente Hernández, se ha tensado hasta tal punto que se puede deshilachar en cualquier momento con el riesgo de herir a todo aquel que esté próximo. La relación entre presidente y técnico no es un ejemplo de amistad y concordia, ahora que, por fin, un combinado nacional es favorito real en las competiciones internacionales.

Con el conflicto entre tenistas españoles y su presidente, Pedro Muñoz, aún por solucionar, el lunes saltó la alarma, de nuevo, en la FEB. A principios de mayo, Pepu Hernández comunicó su decisión de no continuar al frente de la selección más allá de los Juegos Olímpicos de Pekín. Motivo entendibles y razonable pese a ser una lástima, porque Pepu es uno de los mayores culpables del oro en el Mundial de hace dos años. Sin embargo, en el deporte, como en la vida, todo tiene un inicio y un final. Y Pepu decidió poner su punto final con la selección.

Pero las formas no convencieron al presidente, quien había sido informado minutos antes que la prensa. Sáez amagó con destituirlo, fruto de la frustración y desconfianza. En realidad, Sáez sospecha que el seleccionador haya firmado con otro club, cuestión que está prohibida en su contrato con la FEB. A todo esto, Pepu niega en rotundo que haya suscrito nada, ni a bolígrafo ni con palabras, con ningún equipo.

Una falsa paz pareció apagar el fuego. Sin embargo, las llamas se han reavivado. El lunes Pepu no acudió a una reunión en Madrid porque se encontraba en Sevilla. La gota que colmó el vaso. Sáez realizó una ronda de prensa, radio por radio, para anunciar que quizá él ponga el punto final mucho antes de lo esperado. La confianza del jefe es nula. El empleado no tiene crédito y sus actos son juzgados con lupa, hasta tal punto que si Pepu continúa va a tener que aguantar un juicio constante desde la sombra.

Sáez ha errado. En lugar de apaciguar los ánimos y apartar sus rencillas personales, ha optado por vengar su antipatía hacia el míster con la única arma que puede utilizar: la destitución. No es consciente de que queda poco menos de dos semanas para dar la lista de convocados para los JJ. OO. Es cierto que la elección parece clara. Pero fichar a estas alturas a un nuevo entrenador (sea Aíto García Reneses o el mismísimo Ferrándiz) es una locura. El equipo está hecho, conjuntado y listo para actuar. Tiene unos hábitos, sistemas de juego y costumbres desde hace dos años. Cambiar todo por un odio personal es poner en peligro una medalla olímpica, porque la selección campeona del Mundial y subcampeona de Europa es de Pepu y no de Sáez.

A. Alvarez Rodrigo

Foto: Sport

jueves, 15 de mayo de 2008

Castigo Capital

El descenso del Grupo Capitol acaba con todo un histórico del baloncesto. Fundador de la ACB hace 25 años, el C.B. Valladolid consumó el viernes en Murcia un descenso anunciado desde hace un par de meses, cuando saltó a la luz, en forma de rueda de prensa, el malestar de la plantilla con el club y la división del vestuario y afición. Lejos de criticar a la prensa deportiva con el empeño que ha puesto para que Estudiantes no bajase a LEB Oro, olvidándose del resto de equipos, el Pucela ha descendido porque ha incurrido en seis pecados capitales.

El primero que surgió fue la avaricia. La plantilla decidió convocar una rueda de prensa para comunicar que llevaban un par de meses sin cobrar. No se les criticó su reclamación, sino las formas, pues el club nunca ha faltado a una nómina y todos habían cobrado hasta ese momento. Esta avaricia, que lleva consigo un poco de gula pues profesionales del baloncesto como los del Capitol ganan buenos sueldos que le permiten llegar a fin de mes con soltura, derivó en la pereza de unos jugadores que concluyeron la primera vuelta con ocho victoria en el casillero y, por lo tanto, con la permanencia muy cerca.

Sin embargo, con sólo tres victorias en la segunda parte de la temporada ha sido imposible mantener a flote un barco que hacía más aguas que el Titanic. Al mítico barco inglés no lo hundió un iceberg, sino la soberbia. La tripulación se creía invencible e inmune a todo. Retó a Dios. Lo mismo les ha pasado a Nacho Rodríguez, Corrales, San Miguel, Pakamanis, Gomis, Yebra, Pavlidis, de la Fuente, Santos, Boddicker, Evtimov y Eley. Pensaron que por haber luchado por jugar la Copa del Rey estaban fuera de peligro, y que el descenso no iba con ellos. Luego, la envidia entre ellos acabó con el equipo, que la temporada pasada se distinguió por su buena defensa y que este año ha sido la peor de toda la ACB.

Lo que sorprende del descenso es que el entrenador fuese un experimentado Javier Imbroda. Pero el melillense también pecó. Su ira hacia el director deportivo vallisoletano, Lalo García, que le recriminó su incapacidad para atajar la envidia de sus jugadores, acabó con él. Sabio dentro de la pista y con la pizarra en la mano, Imbroda ha mancillado su expediente. Si el año pasado fue el salvavidas de un club que se hundía a LEB, este año ha sido un flotador pinchado.

El C.B. Valladolid consumó su descenso el 9 de mayo, justo cuando se cumplieron dos años de la trama de Forum Filatélico. La estafa de su principal patrocinador le hizo mucho daño al club. El círculo se ha cerrado. Ahora toca empezar de cero.

A. Alvarez Rodrigo

Foto: ADN

sábado, 3 de mayo de 2008

El sueño, un poco más lejos

El sueño se complica. El ascenso del BM Zamora se pone más cuesta arriba después de la derrota de hoy ante el Alemria. Ante un verdadero ambientazo, con un Manuel Camba a rebosar, los de Edu García Valiente no han podido con un experimentado conjunto andaluz. Porque si algo se caracterizaron por algo, fue por su pillería. El Almería demostró que sabe manejar mejor los tiempos del partido y que la veteranía es todo un grado.

Empezó bien el Zamora, dominando y con la iniciativa en el juego. Se buscaba un juego rápido, con mucha velocidad. Y de inicio se consiguió. El Almería, que utilizó una defensa inicial de 6-0, no tuvo más remedio que cambiarla a un 5-1. A partir de entonces la situación cambió. Los locales se atascaban en ataque, y el número 11 del Almería causaba estrago en la defensa verde.

Al descanso se llegó con un empate a 19 que auguraba un encuentro más que equilibrado. Decían los entendidos, que vistos los otros dos rivales del grupo, el que ganase, Zamora o Almería, sería el campeón. De modo que el partido se cargó con un matiz de final. A pesar de ser un grupo de cuatro, andaluces y castellanos-leoneses son los favoritos.

Sin embargo, y para pesar de la hinchada, la segunda parte fue un verdadero recital andaluz. El portero y el ya mencionado jugador número 11 ganaron el partido. De poco sirvió la defensa individual, como si de baloncesto se tratase, que le realizó Carlos. Jortos y Octavio, pilares del ataque, no acertaba. La grada empujó, pero poco se pudo hacer.

Restan aún dos jornadas. La ilusión no se debe perder, y la esperanza tampoco. Pero ayer el Alemría demostró ser un poco mejor equipo que el Zamora. ¡Lástima que sólo suba uno!


A. Alvarez Rodrigo